EL PARTIDO DEL RCDE STADIUM

Un Espanyol frágil encadena el sexto fracaso en Cornellà

El equipo perico se adelantó con un gol de penalti de Marc Roca pero el Valencia remontó en la segunda mitad

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Raúl Paniagua

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El peor Espanyol en casa de la historia sigue acumulando fiascos en Cornellà. En el sexto partido de Liga en su estadio volvió a repetirse el resultado de siempre: derrota. No bastó una notable primera parte para lograr algo positivo ante el Valencia. El equipo perico se descompuso tras el descanso y tiró por la borda la ventaja conseguida con el gol de penalti de Marc RocaParejo Maxi Gómez, con un cabezazo a 10 minutos del final, certificaron la remontada (1-2) ante un rival hundido que visitará al Atlético antes del parón de noviembre. El panorama es muy preocupante. 

Con un tercio de Liga consumido, al Espanyol no le queda otra que centrarse en lograr la permanencia. Ocho puntos en 12 jornadas es un registro penoso que obliga a la reflexión. Son ya demasiadas decepciones, especialmente en Cornellà, donde este sábado volvieron a escucharse tímidos pitos al concluir el partido. Ya no está David Gallego, despedido hace casi un mes tras caer en Mallorca. El efecto Machín ha sido demasiado efímero, casi imperceptible en la Liga, con 3 puntos de 12 posibles. Si el Leganés derrota al Eibar este domingo, los pericos concluirán la jornada como colistas.

Vargas, suplente

Sorprendió el técnico con un pelotazo en su alineación. Del once tipo que se vislumbra con el soriano, se quedó fuera Vargas, el fichaje más caro de la historia perica. Costó 10,5 millones el delantero argentino, que empezó en el banquillo y estuvo fatal cuando saltó al césped. Su puesto lo ocupó otro jugador mediático de la plantilla: Wu Lei. Sus compatriotas pudieron disfrutar de una mejorada versión de su ídolo en un partido con un horario ideal para el mercado oriental, donde el Espanyol tiene más impacto que el Barça o el Madrid.

"Hicimos muchas cosas buenas y una primera parte excelente, pero la derrota lo tapa todo", dice Machín

Tres días después de la clara derrota en San Mamés, se esperaba una reacción. Era obligatorio dar un paso adelante y acabar de una vez con la maldición en casa. La afición pedía una alegría ante un rival atractivo que venía de empatar ante el Sevilla, pero acabó llevándose otro revolcón. Las buenas sensaciones del primer tiempo no tuvieron continuidad y acabó consumándose una nueva catástrofe.

Susto de Cheryshev

Aunque el primer susto lo protagonizó el Valencia con una ocasión clarísima de Cheryshev, el Espanyol convenció hasta el ecuador del partido. Hubo suerte en esa acción del ruso, que se plantó solo delante de Diego López. Por fortuna, le tocó definir con la pierna derecha, mal asunto en un zurdo cerrado como el exjugador del Madrid (m. 7). El disparo se marchó fuera, los pericos respiraron y se vinieron arriba. En apenas 10 minutos, los blanquiazules lanzaron cinco córners. En uno de ellos Darder estuvo cerca de batir a Cillessen con una volea (m. 8).

El ímpetu local encontró el premio en un penalti por unas inocentes manos de Kondogbia que transformó Marc Roca (m. 31). El canterano selló el primer gol de un jugador del Espanyol en casa en la Liga. El anterior lo había marcado Zaldúa, lateral de la Real Sociedad, en propia meta. El guion se ponía favorable para los planes de Machín, que disfruta defendiendo el tesoro de la ventaja. No pudo hacer lo mismo en Bilbao, donde la libreta se vino abajo por la vía rápida con los goles de Muniain. Contra el Valencia también llegarían las desgracias.

Leve empujón

Todo se puso en contra en una segunda parte lamentable de los pericos. El Espanyol se salvó de milagro del penalti gracias al VAR en una acción de Darder sobre Diakhaby precedida de unas manos del central (m. 54). La suerte no acompañó en otra pena máxima por un leve empujón de Víctor Gómez sobre Rodrigo que Parejo no desaprovechó (m. 69). Ese golpe acabó de desestabilizar a un equipo frágil que volvió a exhibir su peor cara en el desenlace del duelo.

Rodrigo y Kondogbia acariciaron el segundo tanto de un Valencia que olió la sangre y no desperdició su oportunidad. El Espanyol se tambaleaba repleto de heridas y Maxi Gómez culminó la remontada con un cabezazo letal. “Que nadie piense que quisimos echarnos atrás. La clave fue el penalti que propició el empate. Hicimos una primera parte excelente, pero todo queda tapado por la derrota”, reflexionó Machín.

Espanyol, 1; Valencia, 2