ABIERTO DE TENIS DE EEUU

Nadal avanza en una impresionante victoria ante Cilic

El espectacular triunfo por 6-3, 3-6, 6-1 y 6-2 inyecta confianza al de Manacor para sus cuartos frente a Schwartzman

Rafael Nadal

Rafael Nadal / periodico

Idoya Noain

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A veces, ante una historia tan impresionante de logros y triunfos como la de Rafael Nadal, el segundo tenista con más Grand Slams de la historia, 18, es fácil olvidarse de la grandeza de lo que hace el de Manacor. Este lunes, en Nueva York, fue imposible no recordarlo y hacerlo maravillándose en el espectáculo.

Corría el tercer set en el partido de cuarta ronda del Abierto de Estados Unidos entre el de Manacor y el croata Marin Cilic. Nadal había ganado el primero pero el croata había resurgido en el segundo, tomando las riendas, apuntándoselo, enseñando los dientes con un saque y una derecha imponentes y haciendo sudar a su rival tanto como la asfixiante humedad. En el cuarto juego del tercer set, no obstante, surgió ese ciclón tan humano como extraordinario que es Nadal, una máquina de tenis capaz de anotar los puntos que para la humanidad son imposibles, inalcanzables, sobrehumanos.

El 0-15 de Nadal en ese juego cuando servía Cilic llegó con un retorno a un globo por la espalda. El 0-40 con un revés cruzado ganador. Luego Nadal anotó el punto y el primero de nueve juegos consecutivos que, estaba ya claro, no iban a dejar lugar a un resultado diferente.

Como guinda, ya en el cuarto set, un retorno por fuera de la red (como el mismo diría luego en la red "fácil de describir, difícil de hacer") le dio la primera bola de partido. Y no hicieron falta más.

El 6-3, 3-6, 6-1 y 6-2 cosechados en dos horas y 48 minutos, y esa forma de conseguirlo, dando con agresividad la vuelta a un partido que se le volvía en contra, sin duda son una importante inyección de confianza para Nadal, un paso más cerca de su cuarto título en Nueva York. De momento ha alcanzado ya sus cuadragésimos cuartos de final en un grande, un número demasiado fácil de escribir sin restarle la trascendencia que tiene. Y aunque ahora queda el reto de medirse al argentino Diego Schwartzman, un rival peligroso e incómodo para él, un Nadal como el de este lunes parece imparable.

Lo decía él mismo sobre la pista, cuando le preguntaban qué le hace mantener ese amor al tenis que en numerosas ocasiones ha esgrimido como la razón de su longevidad en el deporte y respondía, sencillamente: "noches como esta".