Arturo Vidal: el rey entonado de Chile que busca otra Copa América

Antes de que toque un balón, Arturo Vidal entra primero por los ojos del hincha. Es un cuerpo tatuado con su propio árbol genealógico (madre, hijo y sobrino), sus amores, un caballo de caballo de carrera, la mitad de una calavera, un homenaje al seleccionado chileno en las pantorrillas y una leyenda sobre la piel que lo define: "Never Give Up". Ese es Vidal, el que nunca se rinde, y que por sobre todas las cosas simboliza esa voluntad en la cresta.

El mechón es su declaración de principios dentro de la cancha. "Es algo acorde a mi forma de jugar y de vivir. Es para que los rivales sepan que no será fácil enfrentarse a mí". El fútbol, a su modo, es una variante de la guerra en la que nunca va a término medio: se juega todo en una semifinal de la Copa América como la de este miércoles a jueves ante Perú (02.30 horas, DAZN) o un partido que en apariencia es irrelevante.

De ahí su moto, el Rey, con la impronta que trae de las leyendas caballerescas y el combate. La aparición de Arturo en la primera división del fútbol chileno se remonta al 2005. Unos años antes, y cuando el Colo-Colo detectó el potencial del jugador, su "personalidad diferente", trataron de cuidarlo como una joya en ciernes. El club lo ayudó a arreglar la casa familiar. Luego le "pagaron" sus primeros servicios con mercadería. Dos años después de su debut dio el salto al Bayer Leverkusen de la Bundesliga. Aquel 2007 vistió por primera vez la camiseta del seleccionado. Y eso que todavía le faltaba realizar un largo y exitoso recorrido.

Esculpido por entrenadores de lujo

Entrenadores tan diferentes como Allegri, Heynckes, Ancelotti o Guardiola lo consideraron un eslabón fundamental de sus equipos. El de la cresta siempre debía estar para contagiar el ánimo y llevarse a sus rivales por delante. Ganó títulos por doquier con la Juventus y el Bayern. De los duelos en la Champions viene su inquina hacia el Real Madrid. Con esos pergaminos llegó al Barcelona. La historia de su adaptación es conocida. También la de sus victorias.

Tiene la misma edad que Leo Messi, a quien supo perseguir como un sabueso durante dos finales de la Copa América que Chile ganó por penales. A sus pies se rindió desde el momento en que fueron compañeros. Quizá vuelvan a cruzarse en una instancia definitiva del certamen. Pero antes, el Rey debe dar lo máximo ante los peruanos. Es el séptimo máximo goleador histórico de "la roja" y se disputa la máxima preferencia del país con el ex defensor Elías Figueroa y Alexis Sánchez. Para el volante Jorge Valdivia no caben duda de que Vidal es “lejos, el mejor en la historia de Chile”.

Según el diario limeño Ojo, Chile tiene una relación de amor-odio con Vidal. La mayoría no duda en aplaudirlo. Sin embargo, no faltan los que lo consideran un "roto (pobre) con plata, sin estudios, sin clase y que, a pesar de su éxito, no puede abandonar a sus amigotes de barrio". Parece que Reinaldo Rueda, el nuevo entrenador del seleccionado, logró atemperarlo y darle un nuevo baño de humildad. "Nos inculcó que no somos los bicampeones (de la Copa América), sino los eliminados del Mundial".

Vidal sabe que con Perú se juega una rivalidad que excede al fútbol y que llega contaminada por enfrentamientos bélicos del XIX y los litigios limítrofes en el presente. "Esperamos estar a la altura", dice y todos saben que dará hasta la última gota de su sudor.