El Espanyol logra ante el Betis una remontada para soñar

Del aburrimiento a la desilusión y del chasco al éxtasis. Ese carrusel de emociones vivió este viernes la afición del Espanyol, que se ganó el derecho a seguir soñando con Europa tras lograr una agónica remontada contra el Betis (1-2). Toda esperanza parecía perdida con el gol de penalti de Rubén Castro a falta de un cuarto de hora, pero en un final apasionante, Javi Fuego, el minuto 88, y Reyes, en el 90, voltearon el marcador y devolvieron a los pericos la alegría proclamada  por Quique.

«Le he pegado con el alma», proclamaba José Antonio Reyes al acabar el partido, todavía con el subidón de haber marcado el tanto definitivo y haber participado dos minutos antes en la jugada del empate. «Se lo dedico a la afición del Sevilla», añadió el extremo de Utrera, doblemente feliz por haberle marcado al Betis, dejando claro que en esto de la correción política está más cerca de Piqué que de Raúl.

A tres minutos del final, el Espanyol se había despedido de Europa. El Athletic, que este sábado se enfrenta al colista, Osasuna, podía alejarse a siete puntos. La épica remontada, sin embargo, cambió el panorama por completo: la séptima plaza está, de momento, a un punto, y el martes el Espanyol visitará San Mamés. Y no viajará «en camino hacia el síndrome de la felicidad», como expresaba el viernes Quique, sino completamente inmerso en él. 

Seguramente, las emociones del último cuarto de hora y el alegrón final harán olvidar que los locales hicieron un mal partido. La primera mitad fue nefasta, plana y aburrida por ambas partes. El plan del Espanyol funcionó a medias. El Betis apenas creó peligro sobre la meta de Diego López: Ceballos no logró entrar en juego y el siempre peligroso Rubén Castro no dispuso de ninguna ocasión clara. Pero la segunda parte del plan, esperar un fallo verdiblanco y armar un rápido ataque, fue un verdadero fracaso. 

ABURRIMIENTO INICIAL

Pese a que el ímpetu inicial de Piatti parecía prometedor, la estrella perica se diluyó entre la precipitación general. El Espanyol quería marcar el gol nada más recuperar el balón, lo que provocó muchas imprecisiones. Con Jurado pegado a la banda y sin saber aprovechar los desdoblamientos de Aarón, por el centro Víctor Sánchez no aportaba la clarividencia necesaria. Una vez más, Gerard se tenía que descolgar para generar juego, sin éxito. Caicedo, que pese a venir de jugar con Ecuador le ganó el duelo por la titularidad Álvaro Vázquez, mostró por qué no tiene sitio en el once.

Un disparo de Víctor Sánchez enviado a córner por Adán (m. 8) y una mala cesión de Ceballos a la que no llegó Caicedo (m. 40) fueron lo más parecido a una ocasión en la primera parte para el Espanyol. En el Betis, Rubén Pardo (m. 12) y Durmisi, de falta directa (m. 36), pusieron a prueba a un efectivo Diego López.

La segunda mitad comenzó moviéndose por los mismos cauces, con más miedo por encajar que afán por meter. En los banquillos, Víctor Sánchez del Amo fue más valiente que Quique y rompió su línea de cinco defensas para dar entrada a Joaquín, si bien es cierto que Reyes, que sustituyó a Caicedo, acabó siendo más decisivo. Quizá fuera una de las últimas ocasiones de ver frente a frente a quienes fueran orgullo de los dos equipos sevillanos.

PENALTI INEXISTENTE

Dos remates de cabeza de Diego Reyes (m. 62 y 67) obligaron a Adán a intervenir justo después de que Sanabria probara el disparo (m. 65) y antes de la jugada polémica. Sanabria se dejó caer en el área ante Javi Fuego y el árbitro picó. Rubén Castro no falló a su cita con el gol contra los blanquiazules (m. 78).

Solo entonces el Espanyol fue a por todas. Gerard llegó hasta la línea de fondo y su remate a puerta, despejado por un defensa, lo remató a bocajarro Javi Fuego desde el punto de penalti, quitándose el mal sabor de boca de la pena máxima (m. 88). Pero el punto tampoco le valía al Espanyol, que siguió apretando y justo cuando se cumplía el minuto 90 se encontró con la victoria en una genial acción de Reyes. En la esquina derecha del área se acomodó el balón con la izquierda y disparó con la derecha. Le pegó «con el alma» y devolvió la pelota a las redes y al Espanyol a la lucha por Europa.

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