El Mundial de motociclismo
El 'Doctor' resucita en la 'catedral'
Rossi estrena nuevo chasis en la Yamaha y logra la segunda 'pole' en cinco años
Marc Márquez (Honda) empieza a ser peligroso, empieza a ser un rival a tener en cuenta y hasta puede que, si no llega a tiempo de renovar el título (nadie da un euro por él pese a que aún faltan 11 carreras y 275 puntos en juego), se convierta en el árbitro que decida quién gana el Mundial de MotoGP: el italiano Valentino Rossi, que le hizo una marranada (o eso interpretó el nen de Cervera) en Argentina, o el mallorquín Jorge Lorenzo. Márquez no tiene ya nada que perder y mucho que ganar.
Mientras los dos campeones de Yamaha se vigilan, el Doctor dio ayer un puñetazo sobre la mesa al lograr la segunda pole en los últimos cinco años. Y a fe que la necesitaba pues, con respecto a su colega de box, Jorge Lorenzo, perdía por 0-7. El mallorquín había calificado mejor que él en Catar, Austin, Argentina, Jerez, Le Mans, Mugello y Barcelona. Los domingos tampoco le había ido mejor: Lorenzo le apaliza 0-4 al ganarle en Jerez, Le Mans, Mugello y Barcelona.
LA BROMITA DE ROSSI / Pues bien, Rossi, a quien no solo le favorecen los neumáticos escogidos por Bridgestone para este GP sino también el nuevo chasis Yamaha, acudió ayer tan crecidito a la conferencia de prensa (de la que estaba ausente Lorenzo) que se permitió el lujo de interrumpir la charla de Márquez con los periodistas españoles y, eso sí, desenfadadamente, muy típico en él, pedirle, «por favor», que «cuando veas una moto azul, es la mía, así que ves con cuidado, ponte dos o tres centímetros detrás y, recuerda, que la moto azul frena mucho antes que tú al llegar a la curva; no me tires».
Márquez soltó su sonrisita, pero el aviso no le hizo ninguna gracia, sobre todo al recordar que desde Lin Jarvis, jefazo de Yamaha, hasta el técnico de Rossi, el veterano Silvano Galbusera, le acusan de correr «alocadamente». Todo parece indicar que, sin haber alcanzado la solución definitiva a sus problemas, Honda ha mejorado notablemente la competitividad de la RC213V.
Y Márquez, que hoy compartirá la primera fila de Assen con Rossi y un de nuevo soberbio Aleix Espargaró (Suzuki), no descarta «pelear por la victoria, si se tercia». Después de dejar de marear la perdiz, como señaló el miércoles, Márquez parece haber recuperado el feeling con su bicampeona. Y Rossi empieza a darse cuenta de que, para imponerse al final a un soberbio Lorenzo, necesitará la ayuda del único piloto de la parrilla que puede vencer al mallorquin: Marc Márquez Alentà. El Doctor lo ha intentado en las últimas cuatro carreras y no lo ha logrado.
Lorenzo arranca desde la tercera fila pero, como explica Márquez, «tiene ritmo para llegar delante en un soplido». Rossi, Espargaró, Márquez y Jorge temen el embudo que se forme en la angostísima primera curva de la catedral. «Puede que alguno pierda ahí la carrera», dijo Lorenzo. Una vez superado ese susto, va a ser una carrera de magníficos. Incluso Dani Pedrosa, que sale cuarto, puede presentar su candidatura.
Todo ello, claro, si no llueve, que estamos en Holanda.
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