¿Y si tu madre no es un ser de luz? El cine abunda en la ambivalencia y asfixias de la maternidad

Películas como 'La hija oscura', basada en la novela de Elena Ferrante, y 'Madres paralelas' desafían la figura abnegada de "la buena madre"

"Muchas mujeres que se plantean no tener hijos se ven incapaces de cuidar de forma tan incondicional", afirma la antropóloga Bruna Álvarez

la hija

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Natalia Araguás

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Cuenta Maggie Gyllenhaal que la primera vez que leyó 'La hija oscura', la novela de Elena Ferrante con la que ha acabado debutando como directora de cine, pensó: "Esta mujer está jodida". La protagonista, Leda (Olivia Colman en la película) se presenta como una "madre desnaturalizada", que se entretiene en sus solitarias vacaciones en una playa mediterránea observando a una mujer joven, Nina (Dakota Johnson), con su hija, que le recuerda a ella misma cuando tenía su edad. La luminosa fotografía se ensombrece cuando Leda roba a la pequeña la muñeca que siempre lleva a todas partes, con cierto regodeo ante el berrinche. A partir de ahí, rememora cómo la desbordó su propia maternidad. Hasta el punto de largarse. 

Tras un primer rechazo visceral, Maggie Gyllenhaal recapacitó sobre Leda: "Oh no, entiendo a esta mujer perfectamente. ¿Significa eso que también estoy jodida o es esta una experiencia que mucha gente tiene y nadie habla de ello?". Comenzó a escribirse con Elena Ferrante, la misteriosa autora de la saga napolitana 'La amiga estupenda', de la que poco se sabe además del nombre.

Aguas peligrosas sin salvavidas

La escritora la animó a hacer suya 'La hija oscura' a pesar de sentirse muy apegada a la historia. Al escribirla, Ferrante era consciente de "aventurarse en aguas peligrosas sin salvavidas", afirma en un artículo en 'The Guardian'. Previamente, había tenido la experiencia de que uno de sus libros, traducido y listo para imprenta, no llegase a publicarse "por ser un mal ejemplo para las madres", confesó en ese mismo periódico, del que era colaboradora. Le encantaba que fuera otra mujer la que se hubiera interesado por la novela para llevarla al cine.

Un libro anterior de Ferrante, traducido y listo para imprenta, no se publicó "por ser un mal ejemplo para las madres"

Más de 15 años después de la publicación del libro, 'La hija oscura' se estrena en los cines y parte como una de las favoritas de los Oscar, con nominaciones al mejor guion adaptado y mejor actriz y actriz de reparto para Olivia Colman y Jessie Buckley, que dan vida a la Leda en la edad madura y joven respectivamente. Se pierden por el camino muchas de las perlas de Ferrante sobre la maternidad.

Penélope Cruz en un fotograma de 'Madres paralelas'.

Penélope Cruz en un fotograma de 'Madres paralelas'. / El Periódico

Una persona, no una función

"Tenía la sensación de que me precipitaba hacia atrás, hacia mi madre, mi abuela, la cadena de las mujeres mudas o coléricas de las que descendía", explica Leda en 'La hija oscura' para justificar su espantada del hogar, o "qué estupidez pensar que una pueda confesarse ante los hijos antes de que cumplan al menos 50 años. Pretender ser vista por ellos como una persona y no como una función". Allí donde no llega la asertividad, funcionan en la película las metáforas visuales, como aquel frutero tan seductor a la media luz del apartamento de alquiler, incomestible cuando vas a hincarle el diente. 

"Me sorprendería que hubiese una madre que no se hubiera planteado alguna vez coger la puerta y largarse", afirma Maggie Gyllenhaal

"Me sorprendería que hubiese una madre que no se hubiera planteado alguna vez coger la puerta y largarse, no significa que lo hagas pero espero que la película haga mirar con compasión a esta mujer", planteó Gyllenhaal en el Festival de Venecia. Y sin embargo, no es la empatía lo que más abunda con las madres que claudican, y menos si la buscas en Twitter.

"En las sociedades contemporáneas, donde las relaciones son cada vez más fluidas, el único nicho que se considera amor puro y sagrado es el amor de la madre", apunta Bruna Álvarez, profesora del Departamento de Antropología de la Universitat Autònoma de Barcelona y de la Universitat de Barcelona y miembro del grupo de investigación AFIN. "Muchas mujeres que se plantean no tener hijos, o que retrasan su maternidad, dicen que no se ven capaces de cuidar de manera tan incondicional", añade. La madre abnegada hasta la inmolación responde más a un ideal que a la realidad. En vez de animar a mujeres que se estrenan en la maternidad o que comienzan a planteársela, resulta paralizante. 

"Cuando las relaciones son cada vez más fluidas, el único nicho que se considera amor puro y sagrado es el de la madre", apunta la antropóloga Bruna Álvarez

Este viernes también se estrenó en Netflix 'Madres paralelas', con la que Almodóvar trenza los destinos de dos mujeres a punto de dar a luz que comparten habitación en el hospital. Ambas se quedaron embarazadas por accidente, pero mientras Janis, el personaje de Penélope Cruz, abraza con anhelo una maternidad que le sorprende a los 40, la adolescente Ana, que interpreta Milena Smit, afronta el parto con miedo tras un episodio traumático. El premio a "la peor madre del mundo" se lo autoadjudica Teresa (Aitana Sánchez Gijón), que antepone su carrera de actriz a arropar a su hija Ana, recién salida del paritorio en unas circunstancias nefastas, y se va de bolos. 

Clichés tóxicos y misoginia

De una madre se sigue esperando aquello que cantaba Rigoberta Bandini: que siempre tenga caldo en la nevera y ganas de llorar, pero con fortaleza. El cliché choca contra los múltiples desempeños de la mujer en las sociedades modernas y unos niños que cada vez tienen menos espacios en los que desarrollarse sin supervisión adulta. La contradicción está servida. Y con ella proliferan los ejemplos de maternidad poco ejemplar, al menos el ámbito cinematográfico. 

Con mayor profundidad que Almodóvar, una serie reciente, 'La asistenta', plantea cómo se puede tocar fondo cuando, en una situación de extrema vulnerabilidad, ni tu madre te ayuda, textualmente. Margaret Qualey interpreta a una jovencísima madre que sale huyendo de una pareja colérica y lucha por no caer en la indigencia a base de trabajos domésticos. Cuando pide a su madre, Andie MacDowell, que le haga de canguro mientras limpia, topa con la misma desatención que sufrió de pequeña. Margaret Qualey recomendó para el papel a Andie MacDowell, su madre en la vida real. Lo borda: según ha confesado MacDowell, también ella tuvo una madre esquizofrénica con problemas con el alcohol, parecida a la de la ficción, a quien ha sabido perdonar ("pobrecilla"). "Hay mujeres que tienden a ser como madres todo lo contrario de lo que fueron con ellas", observa la antropóloga Bruna Álvarez, contraviniendo aquella tremenda frase de Óscar Wilde, "todas las mujeres llegan a parecerse a sus madres, esa es su tragedia". Los modelos de madre nada estupenda salen del armario. Aunque solo sea para reconocer que la mayoría hace lo que puede la mayor parte del tiempo.

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