Reportaje MeToo Universidad

Ana Vidu: "Me preguntaron más por mi vida sexual que por el catedrático que denunciaba"

La socióloga, que trabaja en la Universidad de Deusto e investiga en la UC Berkeley, fue la primera en denunciar el acoso en la facultad

Ana Vidu / Cuaderno

Ana Vidu / Cuaderno

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La sombra del acoso sexual, que estalló cuando era alumna de primero de Sociología en la UB, en 2008, sigue proyectándose sobre su presente laboral. El infierno empezó con la recepción de unos correos del catedrático J.M. de “contenido acosador muy explícito” (acompañados de matices como “aún no hemos puesto las notas” para dejar bien sentado quién tenía el poder). Ana Vidu explicó su incomodidad a una profesora, que le desaconsejó cambiar al grupo de tarde porque la profesora titular trabajaba con el catedrático y “sería peor”. Sin saber cómo actuar, accedió a tomar un café en el bar de la facultad con J.M., que le habló de las “oportunidades académicas” que podía tener “si hacía lo que le decía”.

Esquivó como pudo el hostigamiento y, a final de aquel infausto curso, a ella y a otras víctimas del abuso les puso matrícula (“para acallarnos”).

Vidu vivió los siguientes cuatro años "con ansiedad y frustración", temiendo encontrárselo por los pasillos y en la calle. Acabó la carrera con 22 matrículas y un premio extraordinario, y cuando llegó al máster, en 2011, el catedrático le mandó un correo diciéndole que se "acordaba" de ella y que "estaba en la comisión de aceptación". La célula durmiente del acoso se activaba. Vidu mostró el 'e-mail' al catedrático Ramón Flecha -cuyo respaldo pagó muy caro- y, junto a otras 13 víctimas, presentó la primera denuncia en la facultad, que llegó a los servicios jurídicos de la UB. "El primer instructor del caso me preguntó más por mi vida personal y sexual, y por la gente que me apoyaba, que por el catedrático que había denunciado", recuerda hoy desde la UC Berkeley, donde investiga con una beca postdoctoral Marie Sklodowska-Curie.

La "lucha" como tesis

En la primera asignatura de aquel máster recibió un 5, algo "anómalo" en su trayectoria académica ("y en el máster mismo"). Pidió tutoría para revisar la nota y se encontró en el despacho con el profesor y el acosador. Algunos docentes que le habían puesto matrículas en la carrera, empezaron a criticarla públicamente (“ya no sabes expresarte”, “ya no haces bien los trabajos”) y el alumnado, a evitar su compañía. El futuro laboral se nublaba. Así que decidió cambiar el tema de su tesina, "por la lucha". La haría sobre la violencia de género en la universidad.

"No hubo castigo para el acosador, pero quedó constancia de que 'el acoso sexual había existido'" 

Mientras hacía la tesis, trabajó como profesora asociada en el departamento, apechando con mareos, problemas intestinales y cuadros de ansiedad. La UB dilató la investigación de su denuncia, que acabó pasando a fiscalía en 2012, cuando ya habían prescrito los casos (tres de ellos muy graves, "incluso con pena de cárcel", según el informe de archivo). No hubo castigo para el acosador, pero quedó constancia de que "el acoso sexual había existido" y que la decana sabía que ocurría desde 1987.

Las 14 afectadas crearon en 2013 la Red Solidaria de Víctimas de Violencia de Género en las Universidades, y más tarde, para impedir la vuelta del catedrático tras un "permiso de investigación", la asamblea, ya muy movilizada, recogió mil firmas en tres días.

Una "víctima con éxito"

Vidu entregó la tesis doctoral -una comparativa de la primera denuncia de un catedrático por acoso en la UB, y la primera en EEUU, en 1979, en la UC Berkeley-, y partió a la Universidad de Stanford (EEUU) para una estancia doctoral. Estando allí, le notificaron que rechazaban su tesis. Voló a toda prisa, hizo algunos cambios, volvieron a rechazarla. La decana solo dio luz verde después de que en enero del 2017 saliera la sentencia del caso de acoso en la Politécnica de la Universidad de Sevilla y todo el mundo se interesó por las palabras de Vidu.

Salió un posdoctorado en el departamento de la UB y tenía el mejor expediente, pero eligió marcharse a la Universidad de Deusto, donde había llegado el eco de las calumnias vertidas sobre ella. Hoy sigue en Deusto, aunque en estos momentos está temporalmente en Berkeley con un contrato de la Comisión Europea. Le costaría, por el momento, volver a la UB, por salud. Gracias a la red solidaria de víctimas ha podido recomponerse, aunque hay días en que sigue sin dormir bien. "La narrativa de mi paso por la universidad ha configurado quien soy: una víctima con éxito en lo personal y lo profesional".

Suscríbete para seguir leyendo