Estrategias contra el cambio climático

Así se arma Nescafé para un futuro con un 50% más de consumo de café, pero menos campo donde plantarlo

La marca destinará 1.000 M€ a que países como Vietnam, segundo productor de café del mundo y origen de la mitad del grano que llega a la planta de Girona, consigan sacar más rendimiento a sus plantaciones. La clave son la agricultura regenerativa, una pirámide de agricultores y la 'clonación' de plantas.

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Así serán las viñas del futuro: viticultura regenerativa contra el cambio climático

Una caficultora recoge granos de café verde (sin tostar) en la plantación que gestiona junto a su marido, en Vietnam.

Una caficultora recoge granos de café verde (sin tostar) en la plantación que gestiona junto a su marido, en Vietnam. / Paula Clemente

Paula Clemente

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A Nguyen Vo Van se le complicó la vida sobremanera cuando tenía solo 25 años. Este agricultor vietnamita dueño de una granja de café heredada de su padre, vio desaparecer prácticamente todo su cultivo a manos de una plaga de nemátodos. De aquel bache salió –como bien promete el dicho de las ventanas que se abren cuando una puerta se cierra– vendiendo pimienta, además de café, y con el triple de ingresos. Todo, porque la agricultura regenerativa se cruzó en su camino. En el momento de su debacle, Nescafé acababa de poner en marcha en su zona (las Central Highlands, paraíso cafetero del país asiático) un plan para mejorar la trazabilidad del grano de café y, sobre todo, hallar el modo de sacar más rendimiento al campo. El objetivo era armarse ante una proyección que les hablaba de muchos más paladares a los que satisfacer, sin más terreno para plantar.

De ahí el interés de esta enseña propiedad del grupo suizo Nestlé por trabajar directamente con quien le suministra gran parte de su materia prima. Tal como cuentan varios de sus directivos en un viaje organizado para que periodistas de todo el mundo conozcan de cerca su estrategia, Vietnam es el segundo país que más café verde (como se conoce al grano sin tostar) produce y exporta del mundo, por detrás de Brasil. Son casi 30 millones de bolsas y 1,7 millones de toneladas al año, de los cuales Nestlé se queda en torno a una cuarta parte, 700 millones de dólares anuales. Sin ir más lejos, más o menos la mitad del café verde que llega a la fábrica que Nescafé tiene en Girona –una de las más importantes a nivel mundial– viene de Vietnam.

Una pequeña plantación de café vietnamita donde se cultivan, ahora también, árboles de pimienta

Una pequeña plantación de café vietnamita donde se cultivan, ahora también, árboles de pimienta / Paula Clemente

El problema es que toda esta producción empezó a dar primeras muestras de necesidad de auxilio por el cambio climático y por los "patrones inusuales de temperatura", que aparte de resultar en peores cosechas, también dieron más cancha a las enfermedades. “A largo plazo, si no hacemos nada, veremos una reducción sustancial de las áreas en las que se puede plantar café”, contextualiza el director global de desarrollo de café verde de Nestlé, Marcelo Burity.

“La demanda de café verde crece cada año entre un 2% y un 3% [esencialmente porque la población mundial también lo hace], de modo que en 2040, el mundo beberá un 50% más café del que bebe hoy”, explica este mismo portavoz, que subraya enseguida el quid de la cuestión: “No podemos tener un 50% más de campo, lo que necesitamos es que se utilice la tierra existente de forma más eficiente”. “Si no lo hacemos, en unos años o no va a haber café o va a ser una bebida muy cara”, completa el director global de la unidad estratégica de café dentro de Nestlé, Philip Navratil.

1.000 millones de inversión

Con esto como premisa, la compañía puso en marcha hace más de una década lo que llamó Nescafé Plan, que se proponía convencer a agricultores de incorporar nuevas técnicas que incrementaran la eficiencia del campo, renovar los cultivos con plantas más resistentes a la nueva situación climática y, de paso, aumentar el porcentaje de producto que Nescafé puede vender con plena certeza de que procede de fuentes responsables. Tras diez años de trabajo, el grupo quiso llevar este plan al siguiente nivel y activó, con promesa de invertir 1.000 millones de francos suizos (algo más de 1.000 millones de euros), el Nescafé Plan 2030.

Varios granos de café verde (como se conoce al grano sin tostar) recién extraídos de la planta, en Vietnam

Varios granos de café verde (como se conoce al grano sin tostar) recién extraídos de la planta, en Vietnam / Paula Clemente

En esta nueva fase de la estrategia, que, por primera vez, estableció metas concretas a la compañía como que el 100% del café con el que trabaja venga en 2025 de fuentes responsables (ya están por encima del 90%) o lograr ser una empresa neta en emisiones de cara a 2050, una de las piezas centrales es la agricultura regenerativa. Y Vietnam es de los países que más rápido y mejor la ha integrado.

Abastecimiento responsable y agricultura regenerativa

“Abastecimiento responsable” significa pasar de saber solo de qué almacén procede el café, a conocer hasta qué pequeña granja lo ha plantado y cosechado (en Vietnam, el tamaño de los cultivos raramente supera las 2 hectáreas). La estrategia pasa por definir un agricultor líder que, como si de una pirámide se tratara, hace de enlace entre la compañía y los cientos de pequeños caficultores a los que representa. Estos tienen que cumplir un mínimo de prácticas relacionadas con los métodos que emplean o las condiciones laborales en la finca, para entrar a formar parte del grupo. En total, Nestlé colabora con 21.000 de estos caficultores, y el 60%, por cierto, son mujeres.

En el caso de Nguyen Vo Van, el granjero que revivió su cultivo a través de este método, su especie de superior es Tran Thi Lien, una agricultora que representa a 104 dueños de plantaciones y que, según su propio relato, también ha conseguido suficientes ahorros como para abrirse por primera vez una cuenta bancaria y llevar a sus hijos a la universidad. Justo es decir que, mientras que a nivel mundial el 80% de los profesionales que se dedican al cultivo de café viven por debajo o justo en el umbral de la pobreza, en Vietnam, esta es una actividad con la que los trabajadores se ganan bien la vida.

Tran Thi Lien, una caficultora de Vietnam que hace de agricultora líder dentro del plan de Nescafé: representa a más de 100 granjeros de la zona

Tran Thi Lien, una caficultora de Vietnam que hace de agricultora líder dentro del plan de Nescafé: representa a más de 100 granjeros de la zona / Adrien Bessac / Nestlé

Pero, incluso así, la agricultura regenerativa (un “sistema de conreo” que aspira a “proteger y restaurar recursos naturales”) aumenta sus posibilidades. Una de sus patas es el ‘intercropping’ [cultivo cruzado], que propone la plantación de productos más allá del café tanto para que sirvan de fertilizante orgánico del suelo, como para que den sombra a la planta, por ejemplo. De este modo, si bien el café sigue siendo a lo que más rendimiento sacan, también pasan a vender pimienta, durián, nuez de betel... cultivos que se pagan muy bien.

Subvenciones y 'clonación' de plantas

Este tipo de promesas no aplacan siempre, sin embargo, la preferencia por los métodos tradicionales, así que Nestlé ha sumado a su propuesta una especie de subvención para acabar de inclinar la balanza a su favor entre los granjeros. “Al principio, puede haber un descenso de la rentabilidad de la finca”, confiesa Navratil. “A largo plazo sabemos que funciona, pero, a corto plazo, tenemos incentivos condicionales en efectivo para que los agricultores se animen”, añade este directivo, quien también deja claro que en ningún caso esto obliga al agricultor a venderle luego el café a su compañía. “Tenemos que esforzarnos igual que todos en ofrecer un precio justo”, reconoce, asimismo, Burity.

En paralelo, el grupo también investiga cómo crear plantas de café mucho más resistentes a las enfermedades y al nuevo contexto climático. En Vietnam lo hacen en colaboración con el Western Highlands Agriculture & Forestry Science Institute (WASI), un organismo que les ha ayudado a sembrar ya 74 millones de la variante de la planta de café que se ha convertido en la reina de la zona (porque, con ella, los campos pasaron de dar 2,5 toneladas por hectárea a 4) y con el que colaboran actualmente para dar con una versión mejorada ahora que las plagas y posibles enfermedades ya se han acostumbrado a ella. Lo hacen mediante polinización cruzada y con lo que, medio bromeando, llaman clonación, porque se trata de dar con el modelo idóneo y luego imitarlo.

Varias plantas de café logradas con polinización cruzada y sembradas en las instalaciones del Western Highlands Agro-Forestry Scientific & Technical Institute (WASI) de Vietnam.

Varias plantas de café logradas con polinización cruzada y sembradas en las instalaciones del Western Highlands Agro-Forestry Scientific & Technical Institute (WASI) de Vietnam. / Adrien Bessac / Nestlé

“Lo que queremos en Vietnam es producir más café con el terreno que tenemos hoy”, compendia Navratil. “En otros países el objetivo es otro, por ejemplo, ser más productivos para que el agricultor pueda vivir mejor”, explica. Lo que es común es la intención de mantener su posición como tercera marca de bebida más consumida del mundo (la primera en cafés) y servir a un mercado que, según este experto, tiene a España en las primeras posiciones. “Aquí hay mucha tradición de Nescafé”, resuelve el mismo. Desde Esplugues de Llobregat (Barcelona), donde la empresa tiene su oficina central española, lo confirman: aquí se consumen más de 15 millones de tazas de café al año, de las cuales 4,3 millones siguen siendo de café soluble. Y creciendo.