Prueba del Ssangyong Tivoli Grand, sencillo pero eficaz
La <strong>compra de Ssangyong por parte de Edison Motors</strong>, anunciada recientemente, puede significar un cambio de paradigma para la marca, antes perteneciente al grupo Mahindra. Además de solventar su <strong>delicada situación financiera</strong>, la conocida marca coreana presumiblemente apostará por la electricidad para convertirse en una marca 100% electrificada gracias a la experiencia de sus nuevos dueños. Mientras tanto, coches como el <strong>Tivoli Grand</strong> mantiene la esencia de la compañía tal y como la conocemos, con propuestas asequibles que aportan justamente lo que un conductor necesita.
Y es que este Tivoli Grand es el coche perfecto de los que solo quieren un coche para ir del punto A al punto B. Sin alardes, sin excesos, sin fijarse en nada más. Es una herramienta, pero ofrece lo esencial. Con esto no decimos que carezca de comodidades. Para nada, pues no faltan los sistemas de seguridad más habituales, cierta conectividad, detalles atractivos, como el cambio en los gráficos del cuadro de instrumentos, digital, según el modo de conducción o uno de los maleteros, con 720 litros de capacidad, más grandes del segmento.
Este SUV de apenas 4,48 metros de largo mantiene el diseño de la presente generación del Tivoli, presentada en 2019, más afinada y tecnológica que su predecesora. En la versión Grand, que sustituye al XLV, su zaga cambia totalmente respecto al Tivoli estándar. Es, básicamente, la unión del frontal del primero con la trasera del XLV, presentando nuevos detalles como un sutil rediseño de sus grupos ópticos y el paragolpes.
El interior es muy amplio, pese a su corto tamaño, y mantiene el mismo diseño que el Tivoli. La consola central sigue destacando por encima del resto de elementos por su acabado en negro brillante. La pantalla es de tamaño contenido y su sistema operativo muy sencillo, intuitivo y fácil de usar. Se echa de menos el navegador, pero se puede usar el de las aplicaciones Apple CarPlay o Android Auto. En cuanto a la calidad, los plásticos son el material principal pero está bien rematado. La mejoría respecto al primer Tivoli es clara.
Mejora palpable
Lo mismo ocurre con su motor y su dinamismo. Si el primer Tivoli carecía de empuje y recuperación y el tacto de su transmisión era duro y un poco impreciso, este Tivoli Grand se ha ajustado para ofrecer una mejor experiencia. Sus 163 CV le otorgan una aceleración más que correcta y una recuperación satisfactoria. En este caso, la palanca de cambios es más precisa y suave, aunque todavía puede mejorarse.
Dinámicamente es un vehículo cómodo. No es un coche para buscar la diversión, pese disponer de modo Sport, porque aparece cierto balanceo a altas velocidades y porque puede pecar de subviraje si somos demasiado optimistas. En autopista y en marchas tranquilas, la experiencia es mucho más satisfactoria, aunque podría estar mejor insonorizado. Su consumo juguetea con los ocho litros según la orografía y la velocidad. Parte desde 17.200 euros.
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