LOS SECRETOS DEL UNIVERSO

¿Cómo conseguimos esas espectaculares y coloridas imágenes del espacio?

ciencia  del universo

ciencia del universo / NASA-ESA-Hubble

Valentina Raffio

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Hay ocasiones en que la realidad supera la ficción. Y en el caso de las espectaculares imágenes del cosmos que recibimos del telescopio espacial Hubble, el resultado no tiene nada que envidiar a los grandes efectos especiales de Hollywood. Pero la gran pregunta que surge al admirar esas llamativas instantáneas espaciales es qué tan reales son. Es decir, ¿si estuviéramos flotando por el espacio es eso lo que veríamos? La respuesta se halla en el procesamiento de imágenes astronómicas, la técnica mediante la cual le ponemos color al universo. 

Empezando por el gris

Tanto en la vida como en el universo, no todo es blanco o negro. Entre estos dos extremos existe un gran abanico de matices, popularmente conocidos como grises. Si miramos los datos en bruto captados a través de los grandes telescopios espaciales, las imagenes que obtenemos del universo se presentan como un enorme conjunto píxeles grises de diferente intensidad

En las imágenes más simples que captamos del cosmos, de unos 8 bits de profundidad, se pueden representar hasta 256 matices de grises. En estos casos, los píxeles con un valor 0 representarían el color negro y aquellos con el valor 256 corresponderían al blanco. En imágenes de 24 bits, aquellas que normalmente utilizamos para ilustrar la actualidad del mundo de la astrofísica o como fondo de pantalla para nuestros dispositivos electrónicos, la escala de grises recogidos puede representar hasta 16 millones de colores.

Una vez hemos recibido estas instantáneas en bruto del universo, llega el momento de empezar a pintarlas. Para iniciar este proceso podemos imaginar que el conjunto de píxeles de los que disponemos equivale a aquellos dibujos que de pequeños pintábamos en función de los colores indicados en las instrucciones. Según esta misma lógica, el cosmos puede inundarse de colores siguiendo las indicaciones y utilizando las paletas de colores RGB y CMYK.

Explosión de colores

Como si de influencers se tratara, los grandes telescopios espaciales trabajan principalmente con filtros. Pero a diferencia de los instagramers, los dispositivos de exploración espacial utilizan las lentes para captar diferentes longitudes de onda. Es decir, cada filtro es utilizado para captar el espectro de un color. El resultado obtenido es un conjunto de instantáneas del mismo elemento tomadas con diferentes lentes, cada una de las cuales capta una exposición del color.

De ahí a las coloridas imágenes que nos dejan boquiabiertos tan solo hay un paso. Esta etapa de la edición fotográfica consiste en la superposición de imágenes captadas por los filtros. Tras apilar todas las capas, el resultado obtenido muestra la amplia gama de colores y tonalidades a la que estamos acostumbrados pero que, en realidad, dista mucho de aquellos píxeles grises captados por el telescopio.

Tras un largo proceso de edición, composición y descomposición de la imagen, la pregunta que surge es si el universo que hemos creado es realmente así. Es decir, ¿si estuviéramos sentados a lomos del Hubble veríamos exactamente lo mismo que hemos obtenido tras procesar los datos que nos envía? La respuesta a esta pregunta dependerá de la precisión con la que habremos trabajado las exposiciones de banda del color. Claro está que también dependerá de si trabajamos con fines puramente científicos o estéticos.

¿Por qué pintamos el universo?

Si las grandes agencias espaciales como la NASA o la ESA invierten millones para enviar en órbita un telescopio espacial no es para que, al final del día, podamos tener bonitas imágenes para compartir en las redes sociales. El principal motivo por el que estudiamos los colores del universo es explorar qué hay más allá de los confines terrestres. Si bien estamos muy lejos de poder alcanzar todos los puntos del cosmos que hasta ahora hemos fotografiado, tener una imagen de estos nos pueden proporcionar valiosos indicios sobre qué está ocurriendo a centenares de años luz de la Tierra.

Una nebulosa de tintes rojizos, por ejemplo, nos estaría dando pistas de la presencia de azufre. Si el tono fuera azul, estaríamos ante muestras de oxígeno. Y si por casualidad fuera verde, podríamos especular con la existencia de hidrógeno. Según esta misma lógica, el color obtenido tras procesar las imágenes también nos podría dar pistas sobre la edad y el estado de las estrellas, indicándonos si el cuerpo celeste está moribundo o acabado de nacer.

El universo en tus manos

<span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">La cantidad de información que recibimos desde el espacio es excepcional. Sin embargo, tan solo unos pocos frames consiguen acaparar la atención de los astrónomos y astrofísicos que se dedican a dar color al cosmos. Y es aquí donde entran los </span><strong style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">amateurs de la fotografía astronómica, apasionados del espacio y de la fotografía que dedican parte de su tiempo a crear imágenes inéditas del universo</strong><span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">. Conscientes del enorme potencial que reside en estos </span><em style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">voluntarios</em><span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">, cada vez son más los foros que surgen para recoger las obras, dudas y observaciones de aquellos que dedican su tiempo a colorear el cosmos. Un ejemplo de ello, </span><a href="https://www.facebook.com/hubbleimageprocessors/" style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">el grupo de Facebook</a><span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;"> creado por los responsables del telescopio espacial Hubble para recoger los resultados de las observaciones del viajero espacial. </span>