el Tourmalet
Las bicicletas son para el verano
De Logroño a Aguilar de Campoo el GPS te lleva para acortar la ruta de la Vuelta a Poza de la Sal, el pueblo natal de Félix Rodríguez de la Fuente
Sergi López-Egea
Periodista
Periodista especializado en ciclismo desde 1990. Ha seguido regularmente el Tour como enviado especial desde 1991 al igual que la Vuelta, varias ediciones del Giro, la Volta y Mundiales de la especialidad. Autor de los libros 'Locos por el Tour' (con Carlos Arribas y Gabriel Pernau, RBA), 'Cumbres de leyenda' (con Carlos Arribas, RBA y reedición en Cultura Ciclista), 'Cuentos del Tour', 'Cuentos del pelotón', 'Cuentos del equipo Cofidis' y 'El Tourmalet', todos ellos de Cultura Ciclista.
Sergi López-Egea
Las bicicletas son para el verano, como decía Jaime Chávarri. Y el verano ha vuelto a la Vuelta. ¡Aleluya! Los ciclistas pueden ir en manga corta y los que seguimos la estela de la carrera, por delante o por detrás, hemos podido volver a recoger en el maletero del coche la ropa invernal. Hasta parece que estemos en primavera sino fuera por los colores y los tonos marrones y rojizos que se contemplan a un lado y otro de la carretera en el camino que comunica Logroño con Aguilar de Campoo, la meta palentina de la novena etapa de la ronda española.
A veces, para llegar a la meta, para acortar tiempo, para poder escribir un poco antes de que se intensifique la etapa, es necesario buscar una ruta alternativa, con menos kilómetros que la escogida por la organización para que los ciclistas decidan o no batallar y demostrar quién es el mejor de todos.
La tierra del naturalista
Y, en ocasiones, como ha ocurrido este jueves, sin buscarlo, y casi sin fijarte te encuentras de frente con un mural de Félix Rodríguez de la Fuente, quizás el naturalista más importante, por su impacto televisivo, que ha habido en España y que murió en Alaska, en 1980, mientras rodaba un episodio para su famosa serie 'El hombre y la Tierra'. El helicóptero en el que viajaba se precipitó al suelo y comenzó el mito, como ha habido en otros campos cuando una persona fallece de forma precipitada. Ciclísticamente hablando, y guardando las distancias, es lo que ocurrió a Alberto Fernández, ciclista de Aguilar de Campoo, al que apodaban 'El Galletas', por la vinculación de esta villa palentina con la fabricación de este tipo de alimento. Son impresionantes las fábricas que hay a la entrada de la localidad. Fernández regresaba a casa el 14 de diciembre de 1984, acompañado de su mujer, después de asistir a una entrega de premios en Madrid, cuando sufrió un accidente de tráfico. Murió el matrimonio. 'El Galletas' había sido tercero en el Giro y la Vuelta de 1983 y segundo en la ronda española de 1984.
Félix Rodríguez de la Fuente era de Poza de la Sal, donde un mural pintado a su memoria recibe a los forasteros, donde hay una estatua y hasta un centro de conservación medioambiental. Todo lleva su nombre. Allí se llega por una carretera desierta, donde, por no haber, no hay ni camiones, solo algún vehículo acreditado de la Vuelta.
Sin tráfico por la carretera
Nunca se había visto tan poco tráfico. Los vecinos de la Rioja, de Burgos y, finalmente, de Palencia, por donde discurre la ruta alternativa se han quedado en sus casas. No es ni necesario poner controles policiales para comprobar si la gente cumple los cierres perimetrales porque solo se ven los pocos coches de la Vuelta, que tienen permiso para circular. Y unos pocos vehículos aparcados junto a los bosques repletos de boletus. Son los cazadores de setas, los únicos que solo se atreven a coger el coche y circular unos pocos kilómetros, lo que no está prohibido.
Cuando se retoma la ruta oficial de la Vuelta, de esta Vuelta que al menos este jueves nos hace creer que las bicis son para el verano, con un sol reluciente, se vuelve a la realidad, a la de 'carreteras cerradas' al público, y a las vallas, que antaño servían para separar al público de los ciclistas, y que ahora solo se utilizan para colocar la publicidad de los patrocinadores de la carrera. Las pegas de competir en plena pandemia.
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