Comer por menos de 15 €

Menú del día: El Rincón Sevillano, desde 1978 dando bien de comer

Este restaurante del Carmel ofrece 7 primeros y 10 segundos a elegir, 4 de los cuales con justificado suplemento

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La paella de El Rincón Sevillano.

La paella de El Rincón Sevillano. / Alberto García Moyano

Alberto García Moyano

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De las cosas que más me ha alegrado la existencia durante este año es poder compartir con vosotros, seáis lectores fieles u os asoméis por casualidad, las visitas a los menús del día que quincenalmente me veo “obligado” a hacer. Y como procuro, aunque no siempre sin acierto, no ser un desagradecido, vamos a intentar darle a 2023 un broche a la altura de las circunstancias, subiendo para ello hasta uno de los barrios predilectos del siempre eterno Manuel Vázquez Montalbán: el Carmel.

De este lugar contaba con magníficas referencias. De una parte, sabía que la banda de 'esmorzadors i esmorzadores de forquilla', de la que honrosamente me dejan formar parte, cada vez que acuden salen hablando maravillas. Y, de otra, mi admirada Rosa Molinero relató su experiencia en el lugar con esa mirada y ese tacto que tanto admiro. Pero no fue hasta que recibí el mensaje de Roger Compte, que conocí hará ya más de una década como devoto de su blog, que no me animé. Era mi último menú antes del 25 de diciembre y compartirlo con él me pareció un regalo adelantado de Navidad. 

El Rincón Sevillano

Calderón de la Barca, 129. Barcelona

Tf: 93.358.41.02

Precio: 12,50 €

Como se trataba de poder comer, porque el éxito de este lugar es incontestable, nos citamos a una hora más bien afrancesada. Así la espera -si la hubiere- se reduce y uno se asegura ración de paella. Porque es jueves y no sé si el cuerpo lo sabe pero con el arroz no se juega. Y allí estábamos, frente a El Rincón Sevillano, cuyo toldo-rótulo reza asimismo 'Desde 1978 dando bien de comer'. Y espero que hasta la eternidad, porque qué alegría nada más cruzar el umbral.

La entrada de El Rincón Sevillano.

La entrada de El Rincón Sevillano. / Alberto García Moyano

Diría que es la primera vez en las 38 visitas narradas en estas líneas que comí en barra. Que a nadie se le caigan los anillos por comer en una barra. Si te ofrecen esa posibilidad es, una aplastante mayoría de casos, porque puedes disfrutar tanto como en la mesa. Allí te espera el menú del día escrito a mano, con 7 primeros y 10 segundos a elegir, 4 de los cuales con justificado suplemento.

El ambiente de El Rincón Sevillano.

El ambiente de El Rincón Sevillano. / Alberto García Moyano

Del primero no debería hablar demasiado porque, al margen de que volveré a por esas señoras tortillas que lucían deliciosas en el mostrador, los jueves hay que respetarlos y directos a la paella que, cosas de la vida, es de las mejores de la ciudad. No veníamos tampoco desprevenidos, no nos vamos a engañar. Y ni media decepción sino más bien al contrario, todavía es mejor de lo que me imaginaba. Hay 'fumet' y hay buenas piezas acompañando al arroz, que a su vez está bien tratado. 'In claris non fit interpretatio'. 

Los calamares a la andaluza de El Rincón Sevillano.

Los calamares a la andaluza de El Rincón Sevillano. / Alberto García Moyano

Es bonito ir acompañado y así poder (p)robar algo del plato del otro, pero más bonito es que tu acompañante tenga la iniciativa de diversificar (ese verbo que los expertos se sacaron de la manga para que parezca que no te timan con productos financieros) el segundo plato. Una de mar y otra de montaña: los calamares a la andaluza, orgullo de la casa; y la carne al ajillo, otro que no se debe dejar escapar si te lo cruzas en el camino.

La carne al ajillo de El Rincón Sevillano.

La carne al ajillo de El Rincón Sevillano. / Alberto García Moyano

Me voy a ahorrar nuevamente abundar sobre las aristas gastronómicas de estos dos platos porque ni siquiera es necesario acudir a la foto que acompaña al artículo: es tan rico como suena tu cabeza. En mi caso incluso más, porque ese nivel de material y calidad de fritura del calamar en un menú es -perdón por el taco que viene a continuación- la rehostia en patinete. 

El pudin de Baileys de El Rincón del Sevillano.

El pudin de Baileys de El Rincón del Sevillano. / Alberto García Moyano

Que, además, el postre pueda ser, como fue, un pudin de Baileys nada empalagoso y sí bien esponjoso; y que, con motivo de las fiestas navideñas, al carajillo le acompañe un mantecado de El Patriarca, es de sacarse el sombrero. Si es que cuando decía al principio que se iba a cerrar el año en alto no solamente me refería a subir la colina del Carmel.

Y hasta aquí ha dado la cosa este año. Acabad de pasar las fiestas lo mejor posible y disfrutadlas todo lo que queráis, que así más rabiarán quienes se empeñan en evitarlo. Nos vemos en un par de semanas, estrenando año y con un nuevo menú del día en el haber. Salud.