Cata Menor

La tortilla y el recuerdo de los que se fueron, por Pau Arenós

Una cena en la bodega Torelló en la que se recordó al fallecido Julián Fernández, de Taktika Berri

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Un canelón, un corpinnat y la reivindicación del Penedès

Taktika Berri Torelló: tortilla

Taktika Berri Torelló: tortilla / Pau Arenós

Pau Arenós

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El martes fue ese día tórrido en el que estar a 30 grados era de afortunados.

Cena al aire libre –con un aire pesado que ni los abanicos espantaban– en la finca de Can Martí, propiedad de Torelló, de los hermanos Paco y Toni de la Rosa.

La entrada es deslumbrante, con las viñas y los olivos en pendiente hacia la gran casa en un camino de desconexión.

Otra velada que formaba parte del tercer Festival Gastronòmic de Corpinnat, esta vez, una alianza catalano-vasca, con los espumosos de Torelló y los platos de Taktika Berri, con Carmen Erdocia al frente y sus hijos, Iker y María. Y una ausencia: la de Julián Fernández, el marido y padre, fallecido de forma inesperada en febrero del 2022.

La cocinera Carmen Erdocia, antes de la cena en la bodega Torelló.

La cocinera Carmen Erdocia, antes de la cena en la bodega Torelló. / Pau Arenós

Carmen recibió descalza, cocinó descalza, sirvió descalza, conversó descalza, como otra Carmen, la Amaya.

Con carácter, guerrera, desenvuelta, señaló con el brazo abierto los platos atiborrados de gildas y de ‘pintxos’ de langostino y huevo y dijo:

–He llorado todo lo que tenía que llorar. Todo esto es muy Julián.

Todo esto. La abundancia.

El corpinnat 225 del 2017, de Torelló.

El corpinnat 225 del 2017, de Torelló. / Pau Arenós

Descorchado el corpinnat 225, del 2017, aún vigoroso pero ya sabio, adecuadamente acunado en las copas Riedel, las reputadas tortillas del Taktika, restaurante abierto en 1995 y que llevó a Barcelona desde el País Vasco el huevo poco cuajado, ya tan de moda. Y hechas al momento, lo que también se ha extendido.

–Siempre poco hechas. Y el pescado poco hecho. ¡Me devolvían troncos de merluza!

La de patatas, con esa fluidez que es signo de los tiempos, y la de sidrería, con bacalao y pimiento verde, ambas bajas y sorprendentemente jugosas.

Antes del ‘txuletón’ envuelto en llamas, el luto festivo de los chipirones en su tinta.

Y ese último brindis de Carmen para Julián.

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