Una carta con alma

Contraban: ¿a qué saben las emociones?

El restaurante del Hotel Wittmore sirve platos para compartir elaborados con productos de proximidad que se inspiran en los sentimientos que surgen durante el proceso creativo

Carpacho de verduras del restaurante Contraban, en el Hotel Wittmore.

Carpacho de verduras del restaurante Contraban, en el Hotel Wittmore.

Ferran Imedio

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Alain Guiard (La Mundana, Santa Burg, A Restaurant) sigue divirtiéndose y divirtiéndonos. Ahora lo hace con Contraban, la nueva propuesta gastro del Hotel Wittmore. El chef ya venía colaborando con este establecimiento escondido del Gòtic (Riudarenes, 7) y, ahora que el restaurante ha cambiado de nombre, le ha dado una vuelta de tuerca más personal.

Eso se traduce en una carta de sabrosos platos para compartir elaborados con productos de proximidad que no se estructura en los típicos apartados de primeros, segundos y postres, sino en las emociones que surgen durante el proceso creativo: impaciencia, frustración, nostalgia, libertad... 

Veamos. De la impaciencia salen cositas rápidas como los panes con el trío de mantequillas (ahumada, con pimienta de Espelette y de algas).

Evocan la libertad bocados que pueden tomarse a cualquier hora, como las croquetas de bacalao y 'allioli' de ajos asados y perejil.

Excitación creativa en carpachos

Cuando el chef se queda en blanco, se refugia en combinaciones sencillas que ayudan a desbloquearse como la ensalada de tomate confitado, burratina y aceite de albahaca.

La terraza interior del restaurante Contraban.

La terraza interior del restaurante Contraban. /

Y cuando siente una excitación creativa lo traduce en carpachos que trata como un lienzo, como el de cigala con crema agria y caviar.

Sobreático, azotea para el 'finger food'

La frustración llega en platos que no puedes comer de buenas a primeras porque necesitan la intervención del camarero, como la remolacha con queso crema y salsa de trufa, envuelta en una costra de arcilla que rompen frente a ti.

La nostalgia se materializa evocaciones a la infancia como los macarrones del cardenal con secreto ibérico... Todo ello se puede sentir en la sala o en el coqueto patio interior, con un jardín vertical hipnótico.

El hotel ha abierto al público Sobreático, su azotea, cuyo encanto solo podían disfrutar los huéspedes del hotel. De 16.00 a 22.00 horas, los fans del buen 'finger food' tienen otro 'must' que apuntar.

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