La gastronomía en la realidad virtual

El Mobile abre la puerta del metaverso: ¿y qué tal se come allí?

En la realidad paralela digital que están construyendo las grandes compañías tecnológicas también habrá restaurantes, mercados y tiendas de alimentación

Los usuarios podrán sentarse a la mesa en una sala virtual con amigos de todo el mundo y pedir la comida, que les llegará a su casa vía 'delivery'

El metaverso gastronómico también puede conducir a la venta de recetas y otras fuentes de conocimiento culinario en forma de NFT

El metaverso también tendrá sus restaurantes virtuales

El metaverso también tendrá sus restaurantes virtuales

Eduard Palomares

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Una de las grandes novedades de la edición en curso del Mobile World Congress es la presentación en sociedad del metaverso, una realidad paralela donde todos seremos avatares e interactuaremos entre nosotros en escenarios digitales. Y sí, también iremos a restaurantes. Entonces, ¿cómo se entiende la comida en un espacio no tangible? Aunque sea difícil de comprender aún, todo parece indicar que hacia allí nos dirigimos, con Mark Zuckerberg, Elon Musk y compañía pilotando la nave.

Quizás en un futuro lejano el ser humano pueda alimentarse de ondas eléctricas, pero por el momento no es el caso. Así que el metaverso tendrá que ofrecer una propuesta culinaria híbrida, y ya hay varios ejemplos de cómo pueden interactuar el plano digital y el real. Gary Vaynerchuk, que comenzó como crítico de vino y ahora es un reconocido inversor del ecosistema digital con más de 3 millones de seguidores en Twitter, está a punto de abrir en Nueva York el primer restaurante NFT.

El Flyfish Club, que es cómo se llamará el local, será perfectamente real. De hecho, este emprendedor americano de origen bielorruso no inventa nada nuevo, sino que actualiza algo ya conocido: los clubs privados. La diferencia es que la membresía se adquirirá a través del metaverso y en forma de NFT (‘non-fungible token’). Quien posea un ‘token’ ­tendrá acceso libre al local, especializado en pescado y marisco, y otra serie de ventajas.

En este sentido, hay diversos tipos de ‘tokens’ y, por lo tanto, una escala de privilegios que va en aumento según el precio que se ha pagado ­–en criptomonedas­– por ser miembro. La versión básica se consigue pagando 2,5 ‘ethereums’, que equivalen a casi 5.500 euros. Comida aparte, claro.

Salas virtuales con comida a domicilio

Este ejemplo está reservado solo a las élites, pero cualquier restaurante podrá tener su réplica en 3D en el metaverso y sacarle partido. “En poco tiempo empezaremos a utilizar salas de ocio virtuales para ver una película o un concierto con nuestros amigos o familia, cada uno en su propia casa. Y disfrutaremos de un refresco y una pizza, todo comprado en el metaverso, que nos llegará a domicilio”, predice María José González, cofundadora y directora creativa de DR Digital Agency, que cuenta con un departamento especializado en este mundo de realidad virtual.

De hecho, las cadenas de comida rápida ya se están poniendo las pilas y, por ejemplo, la americana Chipotle ha creado su réplica virtual en la plataforma de juegos Roblox, donde ofrece códigos de descuento.

El restaurante virtual de la cadena de tacos Chipotle en la plataforma de videojuegos Roblox, donde los usuarios pueden obtener códigos de descuentos.

El restaurante virtual de la cadena de tacos Chipotle en la plataforma de videojuegos Roblox, donde los usuarios pueden obtener códigos de descuentos. / Chipotle

Pero también podrá haber una versión en el sentido contrario. “La experiencia real cobrará más y más valor de aquí a unos años cuando la vida en el metaverso sea algo normal. Los restaurantes podrán enriquecer la experiencia sensorial con unas gafas de realidad virtual con las que los comensales podrán ver cómo se han preparado los platos o de dónde proceden los ingredientes. Las opciones son tantas como la creatividad que se tenga”, explica María José González.

Para las marcas de alimentación, añade, este universo digital puede ser una buena oportunidad para crear su propio espacio donde vender sus productos y ofrecer experiencias de valor añadido. En cierta manera, estamos hablando de tiendas ‘on line’ enriquecidas con realidad virtual, por lax que nos moveremos libremente desde nuestra casa gracias a un entorno 3D.

Sin embargo, siempre se puede ir un paso más allá. La ‘start-up’ OneRare está construyendo un metaverso centrado en la comida, lo que ellos denominan un ‘foodverse’. Explican que, obviamente, la cocina es algo real que se tiene que disfrutar en persona, pero añaden que existe mucho terreno para crear otras experiencias “inmersivas y gamificadas” en torno a la gastronomía y los chefs. Aseguran que quieren ‘comidificar’ el ‘blockchain’, lo que sea que signifique eso.

Recetas en NFT a la venta

La combinación de metaverso, activos no fungibles y criptomonedas abre la puerta a negocios inconcebibles hace unos años. Igual que se están vendiendo memes, gifs e incluso obras de arte fragmentadas en formato NFT (que permite garantizar su autenticidad y originalidad) por grandes sumas de dinero, también puede llegar a comercializarse el conocimiento gastronómico de la misma manera.

“Cualquier archivo digital puede convertirse en NFT, también una receta de Ferran Adrià firmada. Lo interesante es que todos podremos poseer activos en el metaverso y vender lo que consideremos que tiene valor, como una receta de la abuela”, comenta la cofundadora de DR Digital Agency.

Cualquier archivo digital puede convertirse en NFT, también una receta de Ferran Adrià firmada

— María José González, cofundadora y directora creativa de DR Digital Agency

Todo esto suena ahora muy raro y tiene ciertos aires distópicos. Pero la breve historia del siglo XXI demuestra que los cambios tecnológicos llegan en plan Julio César: veni, vidi, vici. Así que no es descartable que en un futuro no muy lejano nos encontremos pidiendo comida en el metaverso o cocinando recetas compradas con criptomonedas.

Y, de nuevo, siempre se puede ir un paso más allá. El fundador de Tesla y SpaceX, Elon Musk, está impulsando un proyecto de desarrollo de microchips cerebrales. Esto significa que quizás sí será posible disfrutar de una comida a través de impulsos eléctricos procedentes de un universo paralelo virtual. A no ser que Skynet acabe antes con todos nosotros, claro.