Actualización obligatoria

Tres de cada cuatro ascensores deberán reformarse en Catalunya en los próximos años

Un cambio normativo exigirá poner al día la seguridad de más de 150.000 elevadores, con costes que pueden superar los 25.000 euros para reparar unos 20.000 aparatos

¿Cuándo tendré que reformar el ascensor? Plazos, trámites y motivos de una puesta al día obligatoria

Una pareja en un ascensor de un bloque de viviendas en Barcelona.

Una pareja en un ascensor de un bloque de viviendas en Barcelona. / JORDI OTIX

Jordi Ribalaygue

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Pocos ascensores se librarán de tener que renovarse en los próximos años. En mayor o menor medida, la mayoría deberá someterse a algún tipo de arreglo para ceñirse a una disposición del Ministerio de Industria, que refuerza las exigencias en seguridad y entrará en vigor el 1 de julio. El abanico de supuestos que se abre para cualquiera de los elevadores instalados -ya sea en bloques de viviendas, edificios de oficinas, recintos privados o equipamientos públicos- es amplio: según el estado del aparato, puede bastar con colocar alguna pieza puntual o puede que adaptarse al real decreto exija obras que se alarguen durante semanas, una hipótesis que encarecería la factura para titulares y comunidades de propietarios.

El Gremi Empresarial d’Ascensors de Catalunya constata que se trata del cambio normativo que obligará a reformar más elevadores en las últimas décadas. “Entre un 75% y un 80% necesitarán alguna intervención o mejora”, calcula el presidente de la asociación, Pere Piñero. Contando que hay unos 202.000 instalados en Catalunya, se estima que entre 151.500 y 161.600 ascensores requerirán de modificaciones en la comunidad

“Excepto los instalados desde hace unos 10 años, todos los demás están afectados en mayor o menor medida”, añade Piñero. Aun así, la antigüedad del aparato no es una referencia precisa para saber si han de repararse o no. “También hay cosas a revisar desde la anterior normativa de 2013 hasta ahora. Algunos de los que se han puesto desde entonces pueden necesitar pequeñas adecuaciones, aunque los de los últimos años ya cumplen. Y de los antiguos, habrá que no necesiten reforma, porque han ido mejorando sus condiciones. Muchos han cambiado toda la parte electrónica y mecánica”, aclara el dirigente de los ascensoristas. 

Peticiones de ayudas

Amoldarse a la instrucción técnica complementaria que el Gobierno ha dictado comportará un desembolso. Los importes fluctúan en una horquilla amplia: según el sector, la puesta al día puede saldarse por 500 euros por alguna añadidura puntual o dispararse a 40.000 euros cuando una remodelación de calado sea ineludible. A priori, la actualización de los más veteranos conllevará un dispendio más alto. “Aunque dependerá de las adaptaciones que ya hayan hecho, porque algunos antiguos están puestos al día”, matiza Piñero. 

Tanto las empresas de instalación y mantenimiento como los administradores de fincas reclaman subvenciones para financiar las reparaciones que la norma desencadenará. “En algunos casos, la inversión puede llegar a 20.000, 25.000 o 30.000 euros”, augura Lorenzo Viñas, presidente del Col·legi d’Administradors de Finques de Barcelona-Lleida. “Muchas comunidades tendrán dificultades. Hay edificios con alta vulnerabilidad y es muy difícil que puedan asumir inversiones de golpe tan significativas”, avisa.

Dos ascensores en un centro comercial de Barcelona.

Dos ascensores en un centro comercial de Barcelona. / JORDI OTIX

Viñas aboga por crear “un fondo de reserva que minimice el impacto final”. A su vez, la agrupación de ascensoristas ha solicitado una línea de subsidios a la Agència de l’Habitatge de Catalunya, dependiente de la Generalitat. “Sin duda, las reformas serán más necesarias en viviendas, que es la gran parte del mercado”, señala la gerente del gremio de ascensores, Beatriu de la Fragua. “Por ahora, hay ayudas específicas para la instalación de ascensores nuevos. Estamos en conversaciones y llamando a puertas”, apostilla. La Agència de l'Habitatge responde a EL PERIÓDICO que no tiene previstas subvenciones para sufragar las obras.

Medidas de seguridad

La normativa enumera siete “medidas mínimas de seguridad” que, de detectarse que no están implementadas en la próxima inspección ordinaria, cada ascensor deberá adoptar en un margen que varía entre uno y 10 años, dependiendo de la modificación y la antigüedad del elevador. A partir que la orden sea vigente, será exigible una precisión de parada que deje el aparato con exactitud a la altura del rellano para evitar tropiezos, mecanismos de detección de personas para que las puertas de accionamiento automático no las golpeen por un cierre repentino y protecciones frente a movimientos incontrolados de la cabina. 

En caso de un cambio de máquina para mejorar la nivelación, el gasto será de “10.000 a 12.000 euros”, tasa Piñero. A su vez, todos los ascensores tendrán que equiparse con una línea de comunicación bidireccional para que los pasajeros pidan auxilio en caso de quedar atrapados. “La comunidad asumirá un pequeño coste añadido, porque se tendrá que hacer cargo de una línea telefónica, pero es sencilla de instalar e importante por seguridad”, subraya De la Fragua. “Quedan muchos que aún no la tienen. En bastantes casos, son ascensores particulares con más de 25 años”, apostilla Piñero.

El gremio apunta que el requisito más caro será sustituir las guías que encauzan a la cabina y el contrapeso. “Son 25.000 euros para arriba”, concreta Piñero. La regulación no autoriza que sigan siendo cilíndricas, de raíl o de madera.

Modelos con más de medio siglo

El gremio estima que unos 20.000 ascensores en Catalunya deberán sustituir las guías. Los modelos susceptibles de tener que afrontar la costosa transformación son los operativos al menos desde finales de la década de los 60 del siglo XX. Se concentran sobre todo en Barcelona, donde se ha identificado al menos 1.220 ascensores históricos aún en funcionamiento, que conservan la caja original de madera y en su mayoría están en servicio desde antes de 1940

“Hubo un ‘boom’ de instalación de ascensores en los 50 y 60, todos montados con guía redonda. Antes se habían puesto muchas de madera. Tanto unas como otras se han de cambiar”, advierte Piñero. Aparte de gravoso, suplir guías conlleva unos cuantos días de obras. “Son dos o tres semanas, si todo va rodado. En algunos casos, se ha de desmontar medio ascensor, en otros es mucho más fácil… Depende”, observa el presidente de los ascensoristas.

Un ascensor en un edificio de oficinas de Barcelona.

Un ascensor en un edificio de oficinas de Barcelona. / JORDI OTIX

La instrucción técnica también prescribe dispositivos para impedir sobrecargas y adecuaciones en los contrapesos. "Con algunas de estas medidas, mejorará la confortabilidad, la velocidad o la parada", aprecia De la Fragua.  

Los administradores de fincas ruegan que el pago de las reformas se pueda saldar “de la forma más aplazada posible”, plantea Viñas. El presidente del colegio cree que contribuiría a propiciar “la aceptación de los propietarios y tirar adelante los trabajos necesarios de reparación o corrección”. 

Piñero opina que, en función de cuánto valga la rehabilitación al completo, “la reforma saldrá más cara que tirarlo todo e instalar un ascensor nuevo, en el que viene todo estandarizado”. No obstante, no augura un relevo masivo de modelos antiguos por otros acabados de fabricar.

El gremio solicita que los auxilios económicos sean extensibles para renovar la mecánica de los elevadores catalogados como históricos. El Ayuntamiento de Barcelona ofrece costear hasta el 30% de las tareas de conservación, pero circunscritas a proteger “los valores compositivos del elemento original”. “Los históricos tendrán que adaptarse para nivelar bien y poner guías como las actuales. Está muy bien que mantengamos cabinas, pero la mejora de las medidas de seguridad será costosa y estaría muy bien tener subvenciones específicas”, sugiere Piñero.

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