La prensa turca señala que el asesinado a tiros en Barcelona era el líder de una mafia vinculada al narcotráfico

El pasado sábado, 4 de mayo, un hombre fue ejecutado a plena luz del día en el barrio del Besòs i el Maresme de Barcelona. La víctima se encontraba en la confluencia de la Rambla de Prim con la calle Llull cuando recibió cinco disparos, una escena que presenciaron numerosos testigos de la zona. No fue un tiroteo casual, fue una ejecución y, según fuentes, el fallecido podría ser el líder de una mafia turca.

Medios de comunicación de Turquía aseguran que se trata de Tekin Kartal, quien presuntamente controlaba buena parte del tráfico de drogas en Inglaterra y era conocido como "el rey turco de la heroína". Kartal sería el líder de una organización vinculada al narcotráfico y al crimen organizado en Inglaterra.

No obstante, los Mossos d'Esquadra continúan sin confirmar oficialmente la identidad de este hombre, ya que el caso continúa bajo secreto y la investigación del suceso todavía está abierta. Sí confirma la policía catalana que han detenido a un hombre que podría estar vinculado con esta muerte.

Perseguido "desde hacía mucho tiempo"

Según el periódico turco Sabah, Kartal era perseguido desde hacía mucho tiempo por sus enemigos. "Emboscada al líder del grupo Kartallar en España", titula este medio. Kartal ya era una persona conocida en este país, y habría logrado escapar de una redada policial en Estambul el pasado mes de enero. Según la misma fuente, Kartal habría venido a Barcelona desde Alemania para encontrarse con el líder de una mafia local, motivo por el que se alojó en hotel cerca del lugar del incidente.

El mismo diario explica que Kartal estaba involucrado en otros sucesos relacionados con armas, como una disputa sobre un aparcamiento en Estambul. Presuntamente, quería convertir un espacio vacío en un párking, pero el dueño del terreno no estaba de acuerdo. La disputa llevó a un tiroteo donde murió un joyero local. Aunque Kartal fue detenido después del tiroteo, fue liberado por falta de pruebas.

“Desvinculado con el territorio”

El presunto ajuste de cuentas se produjo en una zona concurrida y coincidiendo con el último fin de semana de la multitudinaria Feria de Abril, que se celebraba en las inmediaciones. Residentes y transeúntes fueron testigos del suceso, como prueban las fotografías y los vídeos del cadáver de la víctima, que circularon veloces entre los habitantes de los barrios de Barcelona pegados al extremo bajo del Besòs. La voz corrió de inmediato, también varias preguntas: ¿La víctima era vecino? ¿El altercado tenía que ver con rencillas entre clanes delictivos de ese rincón de la ciudad?

“Hubo un momento de tensión importante aquella tarde”, admite una fuente conocedora de los entresijos del lugar. “Los mensajes de que había habido un tiroteo llegaron rapidísimo. Circulaba información diversa, llegaban audios… Se decían muchas cosas. Hubo un momento de duda y de cautela, por si podía originar un altercado grave. Hace un mes que tuvimos las trifulcas y se disparó contra viviendas... Pero no había el movimiento que vemos en la calle en otras ocasiones. Si no es un enfrentamiento entre familias, hay tranquilidad. Y esta vez no implica directamente al barrio”.

“Es algo completamente desvinculado con el territorio. Es importante remarcarlo”, prosigue una fuente. Recuerda la estigmatización que acusa uno de los enclaves más pobres del área metropolitana de Barcelona. “Pero ya es mala suerte que escogiera un hotel de nuestra zona”, lamenta.

Refuerzo policial

El asesinato ha provocado movimientos entre los colectivos vecinales del entorno. La Asociación de Vecinos del Maresme ha pedido al Ayuntamiento de Barcelona que convoque una mesa de seguridad tras el homicidio. “Pedimos que se pongan a trabajar en el Compromiso por el Besòs i el Maresme en seguridad. Está todo montado y todos los partidos lo aprobaron”, recalca Ramon Tur, vicepresidente de la entidad. El compromiso plantea medidas como incrementar efectivos policiales, reforzar la policía de barrio y “atención prioritaria” de las unidades de investigación de los Mossos d’Esquadra.

El presidente de la Asociación de Vecinos del Besòs, Paco Abad, opina que ya “hay mucha presencia policial” entre las calles del Besòs i el Maresme y La Mina, en territorio de Sant Adrià de Besòs. “Sí que pedimos que la Guardia Urbana actúe de oficio cuando patrulla y ve que hay follón. También estamos por la instalación de cámaras de seguridad en determinados puntos, por seguridad y también por tráfico, porque hay horas que pueden ser como una pista de carreras”, asegura.

Abad sostiene que se palpa una “calma tensa” tras el episodio del sábado. “Estuvimos comentando durante varios días que había una situación rara. Cuando pasó el hecho, todos dijeron que por ahí iban los tiros. Luego ha habido mucho silencio. La gente está expectante y hay un cierto temor”, observa.

“No hay un problema de inseguridad generalizado, como en otras partes”, distingue Teresa Pardo, de la asociación SOS Besòs. “Lo que hay es un asentamiento de ciertos grupos criminales desde hace décadas e, inexplicablemente, no hay un trabajo de presión continuada sobre esos grupos, como si fuera cómodo tenerlos aquí acotados”, subraya.

Pardo pide responsabilidades al Departament d’Interior y a los Mossos d’Esquadra. “No ha caído ni una sola banda que se dedican a ocupar para realquilar”, se queja. Al mismo tiempo, recalca que la zona achaca, ante todo, un “colapso social”. “En realidad, en tirones y otros delitos tenemos buenas cifras. Hace falta un programa de seguridad específico para atajar los grupos criminales asentados desde hace años y, por otro lado, abordar con medidas sociales y que mejoren la convivencia lo que son alteraciones que también generan sensación de inseguridad”, diferencia.