En La Bordeta

Barcelona estudia recrear un pequeño jardín conquistado al franquismo al que niega el indulto

El Ayuntamiento decide mantener la construcción de un edificio de pisos asequibles sobre el parque de la calle Mossèn Amadeu Oller y, a cambio, prevé ensanchar la acera de enfrente para plantar vegetación

Los árboles emergen como reivindicación vecinal en Barcelona

Una mujer sentada en un banco del jardín de Mossèn Amadeu Oller, junto a Can Batlló, en Barcelona.

Una mujer sentada en un banco del jardín de Mossèn Amadeu Oller, junto a Can Batlló, en Barcelona. / LAURA GUERRERO

Jordi Ribalaygue

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El Ayuntamiento de Barcelona no prevé indultar el pequeño jardín de la calle Mossèn Amadeu Oller, reclamado por los residentes de esa vía de La Bordeta para que no sea borrado por la próxima construcción de un bloque de viviendas. No obstante, planea recrearlo justo en la acera de enfrente, ensanchándola y plantando vegetación bajo los pisos que son partidarios de conservar un espacio ganado por una movilización durante el franquismo.

Responsables del distrito de Sants-Montjuïc se reunieron este jueves con miembros de la plataforma Salvem Mossèn Amadeu Oller y de la cooperativa Empriu. Los primeros reclaman la protección del parque, mientras los cooperativistas promueven el edificio de alquiler asequible, con unas cuotas de unos 500 euros al mes. Tras las demandas incompatibles que un grupo y otro han plasmado con concentraciones recientes en la calle, el consistorio ha resuelto que la construcción del inmueble se mantendrá como estaba prevista, tras unas semanas de debate e incertidumbre al abrirse el distrito a analizar las propuestas de los vecinos.

Así pues, la zona ajardinada que verdea un trecho de acera se eliminará y el bloque se edificará encima. No obstante, el gobierno municipal apunta que la calle se transformará para "hacer compatible la reivindicación vecinal de conservar un espacio para el ocio y el descanso y la construcción del edificio". El distrito pretende congeniarlas "desplazando" el trecho ajardinado "a la acera al pie de los bloques que reinvidican el espacio, que se ampliará". Dice que trata así de "dejar constancia del carácter simbólico y reivindicativo del jardín que la lucha vecinal consiguió en 1961". Se instalará también un atril que lo recordará.

En todo caso, la decisión supone un chasco para los integrantes de la plataforma vecinal. "Es una contraprestación de mínimos, no un desplazamiento", contesta el colectivo, dispuesto a trabajar para que la "reurbanización sea lo más beneficiosa posible". Aun así, resalta que "implicará de facto la supresión del actual espacio ajardinado".

Por su parte, la cooperativa se muestra satisfecha. “Cualquier modificación hubiese significado un peligro para la autopromoción cooperativa de vivienda social, que entendemos que es prioritaria sobre un espacio que no deja de ser un trozo de acera”, distingue. Empriu prevé comenzar a edificar hacia septiembre para acabar antes de junio de 2026, imprescindible para cobrar una subvención comprometida de los fondos europeos Next Generation.

Salvem Mossèn Amadeu Oller opone que el Ayuntamiento admite que se trata de "una mala propuesta urbanística". "Admite que la desaparición del espacio es una pérdida moral y de un valor no solo simbólico, sino también físico, y que se debe compensar con una mejora urgente y significativa de la calle, que no ha sido reformada en 60 años", blande. La plataforma se muestra decepcionada con el Ayuntamiento, al que acusa de haber “menospreciado” a la calle pegada a la antigua fábrica de Can Batlló y qu desemboca en la Gran Via.

Disputa por cuatro metros

El colectivo vecinal sugiere que el futuro inmueble retroceda unos cuatro metros para cimentarse dentro de los terrenos del recinto fabril, pendiente de convertirse en un gran parque, y compatibilizarlo con la salvaguarda del tramo ajardinado. Según la versión de Salvem Mossèn Amadeu Oller, el distrito reconoce que la propuesta “es técnicamente viable, pero no quiere asumir los costes de indemnizaciones que esto supondría en el caso de que Empriu judicializara el caso”.

La plataforma replica que el plan se respeta “tal como se decidió en buena ley”. “Nos hubiese encantado poder dejar la zona como está y respetando la reivindicación histórica, pero en el proceso participativo que hubo entre 2015 y 2018 no se alegó ni se presentó ninguna contrapropuesta. Ahora es imposible salvarlo sin modificar y perjudicar el calendario y el proyecto”, esgrime.

"Será una calle más estrecha, más oscura y más ruidosa. También más contaminada", augura la plataforma de vecinos. A su vez, reprocha “falta de sensibilidad hacia la memoria histórica”. Sostiene que el consistorio tendría que haber protegido el espacio “hace décadas” y calificarlo como zona verde. 

Asimismo, recrimina “falta de voluntad” a Empriu para “explorar una solución conjunta”. El colectivo vecinal -que anuncia que se constituirá en asociación de vecinos- exige a Sants-Montjuïc que “el proyecto y el presupuesto de mejora de la calle Mossèn Amadeu Oller quede concretado antes del inicio de las obras”, mediante “un proceso participativo transparente y abierto a todo el vecindario”.

La cooperativa opina que los residentes “han llegado demasiado tarde” con su petición. “El Ayuntamiento entiende que, con la situación actual del mercado, 40 viviendas son prioritarias”, interpreta. El grupo vecinal responde que no estuvieron representados en el debate de hace unos años para definir la construcción del inmueble y que no se atendió su demanda para buscar alternativas hace año y medio.

Empriu recalca que se ganarán nuevas zonas verdes cuando la remodelación de Can Batlló culmine. Además, se declara dispuesta a sondear con la plataforma y el Ayuntamiento cómo conseguir "una calle más amable" y menos transitada, ahora paso habitual de vehículos que suben desde la Gran Via hacia Sants.

Salvem Mossèn Amadeu Oller apunta que las obras obligarán a talar dos grandes árboles plantados hace más de cuatro décadas. "No pueden ser trasladados. Pocos quedan así en La Bordeta. Confiando en que no haya sequía y se pueda plantar, los del parque de Can Batlló no serán de la misma envergadura", previene.