Pugna en Sants-Montjuïc

La cooperativa barcelonesa que quiere hacer pisos en La Bordeta alerta: "el proyecto morirá" si se retrasa

Asegura que un cambio de fecha les dejará sin subvenciones europeas y pide al vecindario alcanzar un acuerdo

Lucha vecinal por salvar de la tala un jardín conquistado al franquismo en Barcelona

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Pol Langa Sebastià

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Los miembros de la empresa cooperativa Empriu del barrio de La Bordeta de Barcelona se han reunido este mediodía de sábado en una concentración en la calle del Mossèn Amadeu Oller. Su objetivo era reivindicar la necesidad de mantener la planificación de la construcción de un edificio de 40 viviendas de protección oficial tal como está, ante las peticiones vecinales de salvar una zona ajardinada frente al terreno de Can Batlló, que quedaría eliminada.

"Estaremos encantados de aceptar con gusto cualquier iniciativa que no afecte al calendario de construcción del edificio", asegura Marc Dalmau, miembro de la cooperativa, a EL PERIÓDICO bajo la mirada curiosa de algunos vecinos desde sus balcones, muchos con proclamas en defensa de la zona que se pretende transformar. Si no se cumplen los plazos estipulados en el plan actual --se prevé el inicio de las obras en septiembre de este año y que terminen antes de julio de 2026-- se perdería la subvención de los fondos europeos Next Generation, sin los que el proyecto no es viable.

En el caso de que no se cumplan dichas fechas el ayuntamiento les "tendría que indemnizar con un dinero que no tiene y Empriu moriría", indica la presidenta de la entidad Núria Martínez junto con Maria Isern, miembro de la comisión de arquitectura. El colectivo no cierra la puerta a incluir cambios que permitan responder a parte de las peticiones de la Plataforma Mossèn Amadeu Oller, que incluye a los vecinos de los bloques de la calle homónima. Esta asociación quiere impedir la eliminación de la pequeña zona de bancos y árboles ubicados enfrente del espacio de Can Batlló.

Desde Empriu ven la defensa de esta zona ajardinada como algo "legítimo". Pese a ello, inciden en que aunque se tengan que retirar los árboles está proyectado un parque de 40.000 metros cuadrados. Este contaría con más vegetación que la que hay actualmente y cumpliría con la petición de los vecinos, aunque estos siguen sin ver con buenos ojos el proyecto.

Rifirrafes entre Empriu y los vecinos

Como alternativas y para satisfacer las demandas de los residentes a la vez que mantener los plazos del plan urbanístico, Empriu ha propuesto dos alternativas: por un lado, "pacificar la calle" y convertirla en peatonal. Por otro lado, "quitar la primera línea de aparcamiento y ampliar la acera", indica Dalmau. Cree que así saldrían "todos ganando", aunque los vecinos no han aceptado ninguna de las dos.

Los vecinos de la calle no nos han escuchado

Núria Martínez

— Presidenta de la cooperativa Empriu

Martínez afirma: "Los vecinos de la calle no nos han escuchado y nos han vetado reuniones para explicarles el proyecto". La Plataforma Mossèn Amadeu Oller responde que es "completamente falso" que les haya impedido expresarse en sus encuentros. Semanas atrás, dos concentraciones simultáneas de los partidarios de uno y otro plan confluyeron en la calle. Los congregados de ambos grupos se mezclaron y tuvieron ocasión de charlar. Incluso se leyeron sendos manifiestos ante todos los presentes para exponer las reivindicaciones de los dos colectivos opuestos.

Dalmau añade que los vecinos deberían haber hecho sus peticiones "durante el proceso participativo de 2015 a 2018, como hicieron otros vecinos afectados de otras calles". Sin embargo, apuntan, no han dicho nada hasta que se han dado cuenta que les afectaba de primera mano y que, por tanto, ahora "ya es demasiado tarde para cambiar nada".

Imagen virutal de cómo debe quedar la zona con el nuevo edificio construydo según Empriu

Imagen virutal de cómo debe quedar la zona con el nuevo edificio construydo según Empriu / Empriu

Por su parte, Pau Domingo, miembro de la plataforma vecinal, defiende que son "partidarios de un entendimiento". Los partidarios de proteger el parque piden mover unos cuatro metros la línea de construcción del edificio y que se establezca dentro de los límites de Can Batlló para salvar un espacio de "importancia histórica y funcional". No obstante, desde Empriu aseveran que es algo que está registrado en el plan urbanístico y no depende de la cooperativa.

Vivienda cooperativa para blindar un precio por debajo de la media

El nuevo edificio que se proyecta sobre la actual zona ajardinada de la calle es un modelo de vivienda de protección oficial bastante nuevo en la ciudad. Se trata de viviendas cooperativas cuya concesión de uso dura 80 años y están cedidas por parte del Ayuntamiento. 

Durante ese tiempo los usuarios, en este caso los socios de Empriu, podrán hacer uso de los pisos aunque nunca serán propietarios de los mismos, explica Dalmau. De esta manera se busca proteger estos inmuebles de la continua inflación inmobiliaria que caracteriza al sector y ofrecer viviendas públicas a precios inferiores a la media.

Ya existen otros equipamientos de estas características, pero es algo poco recurrente en Barcelona. Dalmau explica que es un modelo "muy habitual en países como Uruguay o Dinamarca", aunque es poco visto en la capital catalana y eso lo hace "frágil". En el mismo barrio de La Bordeta ya hay dos edificios de estas características:La Borda y La Diversa.

Sants-Montjuïc y el alza de los precios

El barrio de La Bordeta está situado en el distrito de Sants-Montjuïc. Se trata del tercer distrito de Barcelona en que más se ha disparado el precio del metro cuadrado durante el año pasado, según los datos del portal inmobiliario Idealista.

Aunque la subida de los alquileres es un dato común en todos los distritos de la ciudad, el de Sants-Montjuïc ha vivido un incremento del 15,8% entre el mes de enero de 2023 --16,5 euros el metro cuadrado-- y el de 2024 --19,1 euros---. Solamente Sant Martí, con una subida del 16%, y Horta-Guinardó (18,6%) han visto aumentar más su precio.

Por este motivo, desde Empriu ven indispensable la creación de más vivienda pública destinada a la gente del barrio y tienen claro que en este nuevo edificio "vendrá quien lo necesite", sobretodo gente joven y trabajadora del barrio de La Bordeta.

Los partidarios del jardín: "Se está creando una tensión innecesaria"

En contraposición a las demandas de la cooperativa Empriu, la plataforma Mossèn Amadeu Oller reúne a los vecinos partidarios de salvar el jardín. Su portavoz, Pau Domingo, dice que han preferido “no contraprogramar” saliendo a la calle al mismo tiempo que los futuros habitantes de los domicilios por construir, como ya pasó semanas atrás.

“Huimos de beligerancias. Se está creando un clima de tensión innecesario”, resuelve Domingo, quien cree que queda margen para alcanzar un consenso. Para la plataforma vecinal, pasa por que el bloque retroceda cuatro metros y se alce sobre terrenos de las antiguas naves de Can Batlló, para permitir así que el parque quede intacto.  

Domingo subraya que los habitantes de la calle no se oponen a que se levante el edificio de viviendas de alquiler asequible. “Lo que tenemos que hacer es que su proyecto habitacional sea compatible con la preservación de un espacio de la importancia histórica y funcional que tiene el jardín”, alega. En medio del debate abierto en la calle, el distrito de Sants-Montjuïc tiene pendiente resolver si acepta modificar el planeamiento de la zona de acuerdo a la propuesta de los residentes o si reafirma que las obras del bloque pueden tirar adelante, sin más cambios y a costa del parque.