Colonias gatunas

Conflicto entre animalistas, vecinos y TMB por dos gatos sobre un tejado público de Barcelona

Los dos animales merodean por el techo de unos talleres y reciben comida lanzada por residentes en el bloque que hay al lado

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Los gatos de la discordia sobre un tejado de TMB en Sant Andreu

Los gatos de la discordia sobre un tejado de TMB en Sant Andreu / DeGats

Luis Benavides

Luis Benavides

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Uno se llama Estel y el otro no tiene nombre. Viven sobre el tejado de unos talleres de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) en el distrito de Sant Andreu y comen lo que lanzan vecinos de un bloque de pisos colindante. Sí, se trata de dos gatos. Y protagonizan un singular conflicto entre la administración local y un colectivo animalista.

La entidad DeGats está preocupada por el futuro de estos dos animales, ambos adultos y de pelaje negro, que merodean el centro para vehículos de gran tonelaje que TMB tiene en la calle de Hondures de Barcelona. Para el consistorio, estos dos mininos no constituyen un asentamiento y ese recinto, por sus características, dista mucho de ser el más adecuado para su bienestar. Por ello, apuesta por capturarlos y trasladarlos al CAACB, el centro municipal para mascotas abandonadas. Una solución, advierte la asociación, que no funcionará porque están asilvestrados y muy poco acostumbrados a convivir con otros animales.

El desalojo podría ser inminente, pero la entidad que preside Laura Belchi se resiste. Mantiene que el tejado del recinto lleva más de cuatro décadas siendo el hogar de muchos gatos -lo que acredita con fotografías- que sobreviven gracias a la comida arrojada y la que algunos trabajadores les dejan a escondidas. “Aunque uno estos dos todavía no ha sido esterilizado y maulla, los gatos no molestan. Los que molestamos a TMB somos nosotros, no quieren que nos encarguemos de ellos”, protesta la portavoz de DeGats, abierta a consensuar un protocolo específico para gestionar este pequeño grupo. “Son gatos comunitarios y no se adaptarán fácilmente al centro de acogida”, asegura Belchi.

Belchi ve paradójico "que la presidenta de TMB sea también presidenta del Consell Municipal de Convivència, Defensa i Protecció dels Animals de Barcelona", en referencia a Laia Bonet, también teniente de alcaldía. “Ni eso garantiza la protección y bienestar de los gatos comunitarios, es un ejemplo más de una nefasta gestión por parte del Ayuntamiento”, acusa.

Los gatos de la discordia en unos talleres de TMB en Sant Andreu

Los gatos de la discordia en unos talleres de TMB en Sant Andreu / DeGats

"Agrupamiento espontáneo, no colonia"

Fuentes municipales explican a EL PERIÓDICO que TMB puso en conocimiento del servicio de Protección de los animales del Ayuntamiento la situación de “esta agrupación de gatos en un tejado de un espacio de su titularidad en el que se hacen reparaciones de vehículos de gran tonelaje”. Sostienen que “en ningún caso se trata de una colonia de gatos, sino de un agrupamiento espontáneo no fidelizado que deambula por la atracción de alimentación no controlada por parte de los vecinos del entorno”. En este sentido, continúan las mismas fuentes, se ha perfilado un plan de retirada con la “captura profesional” de los gatos y un “traslado provisional a los equipamientos municipales del CAACB” pasando antes por el Viver Tres Pins para su revisión veterinaria y esterilización si fuera necesario.

El consistorio subraya que no puede atender las peticiones de la entidad DeGats, que principalmente pide poder alimentar y hacer seguimiento de esta pareja de gatos. Argumenta que es un espacio inaccesible, porque el tejado no está preparado para el paso de personas. Además, lamenta que se ha generado “una situación de insalubridad” por la alimentación descontrolada por parte de algunos vecinos que pone en riesgo a los propios animales.  

Más de 250 gatos callejeros en Sant Andreu

Estel y su compañero de tejado son solo dos de los más de 250 gatos comunitarios controlados con mayor o menor dificultad por los voluntarios y voluntarias de DeGats, encargada de gestionar más de 30 colonias felinas diseminadas por el distrito de Sant Andreu. La situación del resto no es mucho mejor, pues la gran mayoría habita lugares peligrosos, denuncia la presidenta de la entidad. “Dos tercios de nuestras colonias están en zona de obras y otro tercio están pegadas a las vías del tren, entre la Sagrera y Baró de Viver, donde algunos gatos han perdido miembros de su cuerpo y algunos incluso su vida”, explica Belchi.

Este lunes invitó a EL PERIÓDICO a presenciar el rescate de tres gatos que suelen habitar unos terrenos de Adif, concretamente en La Baixada de la Sagrera, rodeados de basura. “Estos gatos fueron localizados por unos voluntarios junto a un asentamiento humano donde sabemos que llegan trabajadores sociales del servicio municipal SASSEP”, explica la presidenta de la entidad. Los capturó con relativa facilidad usando unas latas de comida y llamó al 112 para que los trasladasen al CAACB porque el refugio de la entidad, situado en Navas, está completo. “Estos tres gatos son mascotas abandonadas o perdidas -continúa-, no son ferales y será sencillo darlos en adopción”.

Jaula gato

Laura Belchi captura un gato abandonado en un solar cercano a las vías del tren, en La Sagrera. / Luis Benavides

Respecto a las colonias situadas en zona de obras, que en alguna ocasión han comportado 'desalojos exprés', según entidades animalistas, el consistorio aclara a este diario que en esos casos se aplica el plan correspondiente de acuerdo con lo que establece la Ley estatal de Protección de los Derechos y Bienestar de los Animales, que entró en en vigor el año pasado.  

En la actualidad, ni una sola colonia gestionada por DeGats es ideal, lamenta su portavoz. Y debería ser el Ayuntamiento, aseguran, quienes hicieran una propuesta de emplazamientos alternativos disponibles y seguros. “La mejor colonia era la situada en el recinto de Mercedes Benz, en Bon Pastor. ¡la localización era perfecta! Pero desde hace un año y medio, tras el derribo de algunos edificios, está repleta de vehículos y han arrasado con la vegetación, que los gatos necesitan para esconderse y sentirse seguros”, enumera Belchi, también intranquila por el futuro de la colonia del Espai 30, en La Sagrera, cuando empiece el desamiantado del edificio programado para el próximo verano. Tienen varios frentes abiertos, algunos realmente complejos, pero no se rinden. “Seguiremos luchando todo lo que sea necesario para proteger la vida de los gatos de Sant Andreu”, apostilla.