Tras el incendio de Valencia

Los administradores de fincas de Barcelona advierten: hay que "conocer" las fincas, su estado y mantenerlas

El colegio profesional envía una circular para que las comunidades de vecinos maximicen la seguridad

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Un edificio en rehabilitación en Barcelona.

Un edificio en rehabilitación en Barcelona. / Elisenda Pons

Patricia Castán

Patricia Castán

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Las preguntas planearán a buen seguro sobre muchas de las próximas reuniones anuales de comunidades de vecinos: "¿Sabemos si esta finca es segura? ¿Qué pasa si no tenemos la inspección técnica de edificios (ITE)? ¿En el año en que se construyó nuestra finca se tuvieron en cuenta medidas antiincendios? Ante la inquietud que han generado los recientes siniestros de Badalona (el derrumbe mortal de un edificio) y Valencia (el incendio que calcinó todo un bloque), el Col·legi d'Administradors de Finques de Barcelona i Lleida (CABFL) enviará esta semana a todos los colegiados, para que lo trasladen y apliquen a las comunidades que gestionan, una circular donde se recuerda la necesidad de realizar el debido mantenimiento de los inmuebles, de difundir y aplicar toda la regulación vigente en la materia, y la necesidad de tener bien aseguradas las fincas.

La entidad profesional pide "no caer en alarmismos desmesurados" dado que la normativa "es cada vez más eficiente respecto a la seguridad" de los residentes. Apuesta por la "cautela" hasta que se determinen con precisión las causas de la tragedia de Valencia y de la rápida propagación del fuego, donde todo apunta al aislamiento y materiales utilizados. Pese a que el bloque parecía cumplir la normativa, se hace un llamamiento a no bajar la guardia y seguir la normativa a rajatabla.

El presidente del colegio profesional, Lorenzo Viñas, apela a la "concienciación social de la importancia de la protección contra incendios". Y tiene claro que contar con "la documentación adecuada del edificio, y actualizada" permite "actuar con la máxima rapidez y eficacia posible". Destaca que las administraciones y colegios arquitectos están creando grupos de trabajo para detectar riesgos. E insiste en medidas básicas preventivas: como mantener despejadas las salidas de emergencia y zonas de paso, evitar fuentes de calor cerca de materiales inflamables (cortinas, productos químicos..), mantener puertas cortafuegos cerradas y que los vecinos sepan dónde se encuentran los extintores.

Conocimiento profesional

El colegio no lo apunta, pero no hay que olvidar que en fincas de pocos vecinos que se autogestionan estos temas complejos y técnicos pueden pasar por alto.

En primer lugar el CAFBL insta que en las obras de los edificios intervenga siempre un técnico cualificado, "de cabecera". También que se trabaje en colaboración con las diferentes administraciones, que den los permisos necesarios en cada intervención. Pero es fundamental en la prevención y en caso de actuaciones de urgencia que haya "conocimiento del edificio". Para ello es clave disponer del "preceptivo Libro del Edificio con toda su documentación y plan de mantenimiento". Y también destacan que hay que cumplir "la normativa de salud y seguridad".

Fachada de un edificio residencial de Barcelona, el pasado febrero.

Fachada de un edificio residencial de Barcelona, el pasado febrero. / Elisenda Pons

Para los edificios existentes, y en materia antiincendios, en el documento que distribuirán se recopila que es necesario contar con las normativas "vigentes en la fecha de construcción" (de la de Edificación al código técnico, la ordenanza municial de 2008 y la última modificación del código de 2019).

Mención específica y detallada merece el tema de las ITE (las revisiones obligatorias que exige y controla la Generalitat), que para muchas comunidades se ha convertido en un dolor de cabeza si tras una primera inspección previa comprueban que hay deficiencias que deben subsanarse y tienen un alto coste. Una vez el documento de aptitud se obtiene --corregidas las deficiencias importantes, de haberlas, para su aprobación--, el mantenimiento del edificio sigue siendo importante, con los "planes de rehabilitación" y mejoras futuras planificadas y las consiguientes derramas. Dado que el 'examen' precisará revisiones futuras para mantener vigente su validez.

Los administradores recuerdan a todos los profesionales para que lo transmitan a sus clientes que también es hay que disponer de certificados de seguridad de los paramentos exteriores, de eficiencia energética, de las instalaciones del edificio y el código de accesibilidad.

Para los edificios de nueva construcción se alude al código técnico de edificación de 2006, el libro del edificio y el resto de normativas aplicables en la actualidad.

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