Furor de las habitaciones de alquiler en Barcelona: un 33% más de oferta y un 10% más caras

Cuando el presupuesto no da para vivir solo, los pisos compartidos o las habitaciones de alquiler se han convertido en el salvavidas de miles de personas que necesitan un techo al alcance de sus posibilidades. El fenómeno crece en toda España, pero en Barcelona se ha traducido además en un enorme negocio al incorporar a quienes explotan de forma profesionalizada las viviendas solo por habitaciones. A resultas del auge de esta práctica, que se suma a la oferta convencional, el último informe anual de Idealista concluye que la oferta en la capital catalana de pisos compartidos creció un 33% en 2023, sin que ello pusiera freno a los precios, que subieron un 10%. Consolidaron a Barcelona como la ciudad más cara del Estado, a 530 euros mensuales de media por una habitación.

Barcelona encadena otro aumento de alquileres de récord: 1.171 euros al mes

Los analistas del mega portal inmobiliario destacan que en la ciudad el volumen de oferta ha crecido tanto que el número de personas interesadas en cada anuncio ha bajado, aunque solo un 13%. De ese modo, el dinamismo de la demanda hace que los precios sigan escalando. Cabe recordar, como informó este diario, que esta fórmula de convivencia en el caso de Barcelona se nutre tanto de las personas que conviven temporalmente y con contratos a su nombre (típico piso de estudiantes universitarios), como de nuevos perfiles de personas solas que no pueden vivir en solitario (emancipaciones, separaciones y demás) y deben compartir con extraños, como del creciente grupo de nómadas digitales y trabajadores extranjeros que vienen a pasar unos meses a la ciudad.

Negocio y necesidad

Justamente a este último público se dirige la imparable oferta de pisos gestionados por empresas, con precios habitualmente muy por encima del resto de la oferta. De ese modo, un propietario cede la explotación a una empresa que renueva y acicala la vivienda para sacar más rédito, o en ocasiones son fondos de inversión quienes se hacen con los inmuebles y lo dedican a ese mercado libre, sin las limitaciones de precio que en breve deberán encajar los alquileres de pisos completos a causa de la ley de vivienda. En estos casos las habitaciones más elitistas llegan a superar los 1.000 euros al mes. En muchos casos son grandes viviendas reformadas con ese propósito en distritos con tirón como el Eixample, que pueden suponer de 6 a 12 habitaciones.

Otra modalidad que ha ampliado la cartera en la ciudad son los inquilinos que alquilan en solitario y luego exprimen el resto de habitaciones, hasta el punto de que el arrendamiento les sale gratis.

Otras ciudades

La vivienda compartida se expande en buena parte de España, con incremento medio de la oferta del 42%, un aumento de precios del 5% y un alquiler promedio de 400 euros. Tras Barcelona, la ciudad más cara es Madrid (480 euros de media, y un incremento de oferta del 27% en un año), seguida por Palma y San Sebastián.

En el resto de Catalunya, en el caso de Girona la oferta ha crecido un 71% mientras que la demanda se ha disparado un 98%, con un precio medio de 400 euros; en Tarragona se pagan 350 euros, pero las opciones han aumentado un 65%, mientras que en Lleida cuestan solo 300 euros pero la eclosión de esta forma de convivencia crece sin tregua: hay un 161% más de oferta que hace un año.