'She Taxi'

La app argentina que evita abusos sexistas como los que denuncian las taxistas de Barcelona

Una conductora hastiada de sentirse insegura en Rosario creó un exitoso canal independiente solo para mujeres

"Me tocó un pecho y lo apretó": Mujeres taxistas alzan la voz contra el acoso sexual

'She Taxi', la app argentina para mujeres taxistas y viajeras

'She Taxi', la app argentina para mujeres taxistas y viajeras / Facebook / She Taxi

Abel Gilbert

Abel Gilbert

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Mujeres taxistas de Barcelona han revelado los últimos días ejemplos de los abusos machistas y vejaciones que soportan mientras ejercen su trabajo de conductoras profesionales. Reclaman que se las autorice de una vez a llevar instalada videovigilancia en el vehículo, algo que finalmente las autoridades se han abierto a estudiar. El machismo que soportan en sus vehículos laborales no es un caso aislado, se produce en muchos otros rincones del planeta. Como Argentina, donde una aplicación de móvil ha cambiado las reglas del juego.

She Taxi, la app antimiedo

Rosario se ha mostrado al mundo como el lugar donde nació y creció Leo Messi, antes de marchar a Bacelona. Ubicada unos 400 kilómetros al norte de la capital argentina, es, además, la ciudad más violenta de este país por las disputas a balazos entre facciones del narcotráfico. En una de sus paredes han sido escritas en letras mayúsculas palabras escalofriantes: “Mi maldad… tu miedo”.

María Eva Juncos ha experimentado esa zozobra como conductora o a bordo de un automóvil. No solo las calles a oscuras pueden intimidar. El machismo de los choferes, su misoginia ocasional, el destrato, la llevaron a tomar una decisión. Ella fundó She Taxi, la aplicación gratuita que desde 2016 conecta a taxistas mujeres con pasajeras. Su utilización excedió los límites de Rosario. Existen centenares de conductoras. Miles de usuarias, entre 15 y 30 años, la convirtieron en su herramienta de viaje.

Inquietud al volante

Juncos se había quedado en el paro en 2008. Estuvo en España. Fue camarera, trabajó en un supermercado y una disco. Retornó a Rosario un año más tarde. Un día le pidió a su hermano taxista que le enseñara a conducir. Una amiga suya tenía una flota de taxis. "¿Por qué no?", se dijo, y comenzó a gestionar uno por la noche. Cada viaje, una dosis de inquietud. A veces no se detenía y pasaba de largo, solo por instinto. Otras veces, observaba por el espejo retrovisor los rostros de los clientes y le devolvían un interrogante sin respuestas claras: ¿quién era esa persona que ocupaba el asiento trasero?

No se sentía cómoda. Mucho menos si eran hombres propensos al derrape verbal o la falta de sentido de ubicación. "Hermosita", podían soltarle algunos. La posibilidad de acoso era latente. No era solo Juncos la que experimentaba esa sensación, descubrió al conversar con otras taxistas y amigas. "Al conocer estas y otras muchísimas historias y al darme cuenta de que yo también me sentía más cómoda con pasajeras mujeres, pensé que sería ideal que esta especie de complicidad positiva que se generaba entre nosotras se pudiese convertir en una constante". De esa constatación surgió She Taxi. Con la ayuda de un ingeniero en sistemas diseñaron la aplicación.

La necesidad de un servicio de esa naturaleza estaba en el aire: "Me gusta conversar con la gente. Sobre todo, escuchaba a chicas. Me contaban algunos problemas o habían tenido una mala experiencia con algún taxista. Me pedían el móvil para pactar un viaje y eso se venía repitiendo con las pasajeras. A un par de compañeras les pasaba lo mismo". Se había creado un espacio de necesidades mutuas. Las taxistas, a partir de la aplicación, tendrían la oportunidad de trabajar de noche solo con mujeres y sin estar expuestas a tantos peligros.

Proyecto social

She Taxi no es una empresa sino un proyecto social. A Juncos nunca se le olvidará que pasaron dos meses desde el momento en que la app comenzó a funcionar y se concretó el primer viaje. El rumor, primero, y luego las redes sociales, a fin de cuentas otra manera de circulación del cotilleo o el comentario casual, lograron expandir la novedad. "La aplicación tuvo un crecimiento vertiginoso y estamos superadas. Las clientas se pasan el dato y nos recomiendan. Muchos padres y madres nos usan para ir a dejar a sus hijas menores de edad al colegio u otros lugares".

Argentina reportó en 2023 un total de 322 femicidios, un 33% más respecto al año precedente. Los Centros de Emergencia Mujer habían atendido hasta octubre pasado 140.802 casos de violencia de género. "Ofrecer tranquilidad a una parte de la sociedad es el mejor pago que pudimos recibir. El miedo al usar el sistema tradicional, el miedo a ser raptadas, violentadas, acosadas y hasta violadas, aún está presente. She Taxi ayuda, no obstante, a que esta indefensión sea menor".

Juncos reconoce que muchas clientas nunca han tenido episodios de violencia en un taxi. Pero, ante la duda, prefieren este tipo de servicio: "Cuando desde los medios señalan que una mujer es violada o asesinada cada 24 horas, forma parte de un contexto, hay que ponerse en el lugar de esas mujeres". Los comentarios que recibe de las usuarias son recurrentes: "Ahora puedo salir", escriben. Algunas de ellas abandonaron el antiguo protocolo que habían establecido con sus parejas o padres, del tipo "llámame cuando llegas" o "te aviso cuando llego".

La expansión de la app también tuvo que atravesar complicaciones burocráticas y judiciales. Requirió un crédito bancario para costear el litigio en tribunales que la habilitara para operar en todo el país. "No pensé en la aplicación como un negocio sino como una herramienta de seguridad".  

Maria Eva maneja un taxi en Rosario y no dudó en pasarse al nuevo canal. "Cuando son dos o más varones parece que no advierten que soy mujer, o no les importa, o se piensan que porque manejo y es un servicio público tengo que soportar cualquier manifestación verbal. Hablan de intimidades de sus novias, se pasan los móviles, descalifican a otras mujeres. Yo no tengo por qué tolerarlo", argumenta. Cuando se enteró de She Taxi no lo dudó: "Me di cuenta de la paz mental que la aplicación me trae". No fue la única. De Rosario pasó a la ciudad de Córdoba, la tercera en importancia en Argentina. Y en 2021 a otras ciudades, entre ellas Buenos Aires.