Comerciantes migrantes rompen estereotipos con 'Tengo Nombre': "Es de mala educación llamarnos 'el chino'"

“El paqui” o “el chino” son formas con las que en la actualidad todavía nos referimos en numerosas ocasiones a comercios y bares regentados por personas migrantes. Si bien a algunos puede parecerles inofensivo, es importante destacar que el lenguaje sí impacta en cómo percibimos o tratamos a los demás. Conscientes de esta problemática, dos estudiantes barceloneses de creatividad publicitaria idearon la iniciativa #TengoNombre, que consiste en facilitar carteles que, de manera clara, piden a los clientes que no se refieran a estos negocios y trabajadores con términos raciales, y que les llamen por su propio nombre. 

Los autores de esta campaña son Laia Sánchez (23) y Àlex Porras (22), a quienes una de sus profesoras del curso de creatividad que están estudiando les pidió que eligieran una problemática y crearan una idea que diera a conocer ese problema. Se les ocurrió presentar #TengoNombre. Diseñaron los carteles, crearon una cuenta de Instagram y repartieron algunas fotocopias por comercios del barrio del Poblenou de Barcelona, cerca de 'Brother', el centro en el que estudian. De esto hace más de un mes, y allí se quedó: como un trabajo más de clase. No obstante, en la última semana su idea se ha viralizado, ha incrementado seguidores en redes y medios de comunicación e instituciones han mostrado interés por ella. 

Con humildad y sin pretensión de ser abanderados de ninguna causa, Laia y Àlex cuentan en una entrevista con EL PERIÓDICO que, a través de un enlace que han publicado en su cuenta de Instagram, cualquiera puede descargar e imprimir los carteles que ellos han diseñado, para que las personas racializadas que se encuentran con este tipo de discriminación hagan suyo el mensaje. “Esto está aquí para quien quiera. No tenemos intención de apropiarnos de nada” aseguran, aún sorprendidos por la repercusión de su idea.

Si bien todavía son pocos los comercios y bares que están haciendo uso de sus carteles -algunos, de hecho, los han retirado después de que se hayan estropeado por la lluvia-, la campaña parece tener potencial para crecer. Algunos ayuntamientos han contactado con los estudiantes para ponerla en marcha en sus municipios, y el número de seguidores de sus redes sociales no deja de incrementar. También ha sido bien recibida por la comunidad china que reside en España. Tanto es así, que su iniciativa ha aparecido en la plataforma de redes sociales y noticias china Weixin (微信).

"No soy el chino de la esquina"

Sudan Lu es una mujer de origen chino que lleva 20 años viviendo en Barcelona. Regenta junto con su marido el bar 104, en el barrio del Poblenou, y recientemente ha colgado el cartel “No soy el chino de la esquina” de #TengoNombre. Encantada con la iniciativa, Lu ha explicado a este diario que "es muy importante para nosotros que nos llamen por nuestro nombre” y que le parece “de muy mala educación” llamar a las personas “el negro”, “el paqui” o “el chino”. 

Asimismo, Lu, con dos hijos nacidos en Barcelona, muestra su preocupación por cómo se enseña a hablar a los niños: “Necesitamos enseñar a las nuevas generaciones a no decir ‘vamos al bar de chinos’, porque seguirán diciendo lo mismo cuando sean mayores. Nosotros llevamos 20 años aquí, mis hijos hablan catalán y castellano perfectamente, y les siguen llamando ‘chinos’”, manifiesta. 

Un grupo de jóvenes que frecuenta el bar 104 valora muy positivamente esta iniciativa, al ser preguntados por este diario: "Es verdad que, cuando bajamos a comprarnos una cervecita, en vez de decir 'voy al colmado' o 'al súper 24h', decimos 'vamos al paqui'. Son cosas que se han instaurado en la sociedad y las tomamos como normales, pero es verdad que son microrracismos. Deberíamos cambiarlo. Nosotros, que somos jóvenes y estamos más abiertos a dichos cambios, sí que podemos hacerlo".

Otras dos clientas habituales del bar, que prefieren mantenerse en el anonimato, también han mostrado su apoyo a esta campaña: "Tenemos que reconocer los nombres de todas las personas que viven en nuestra ciudad, vengan de donde vengan", han declarado a este diario. No obstante, también matizan que, además de estas iniciativas, también son necesarias "políticas que contribuyan a incluir a estas personas y que no sientan que son de fuera", y pone como ejemplo "que se les alquilen pisos", ya que a menudo el ser de origen extranjero es un obstáculo para acceder a la vivienda.

"Caso de referencia" para estudiantes de publicidad

La profesora que les encargó el trabajo a Àlex y Laia, Nerina Sapino, ha valorado el resultado en declaraciones a EL PERIÓDICO: "Me sorprende la repercusión que han tenido, más que nada porque es una idea muy simple y que ha salido de manera orgánica. No se le pidió a ningún 'influencer' ni a ningún medio que lo publicara. Es una idea que sale del barrio y la escuela hacia todos lados; que interpela un tema de racismo actual y propone una solución fácil para todo el mundo". Al ser preguntada por qué nota va a poner a sus alumnos, responde con una carcajada: "En Brother no ponemos nota. Pero sin duda va a ser el caso de referencia para los próximos años".