Cambios

Cuatro claves para entender por qué las fiestas de Gràcia se reinventan este 2024

Las fiestas de Gràcia empiezan a prescindir de conciertos y barras para frenar la masificación

Las fechas estrella de Tinder en Barcelona: las fiestas de Gràcia ganan a la Mercè

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B92A7916.jpg / Jordi Otix

Meritxell M. Pauné
Gisela Macedo
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La Fundació Festa Major de Gràcia anunció este jueves que la edición del 2024 tendrá dos importantes novedades, como mínimo. En primer lugar, tendrá una "noche tranquila", sin ningún concierto ni acto con sonido amplificado. La fecha elegida es el 18 de agosto. Asimismo, los organizaciones de esta popular fiesta de Barcelona explicaron que pospondrán la entrega de premios a las calles y plazas mejor decoradas del barrio: será el lunes 19 de agosto, al final de la Fiesta Mayor y pasado el pico de máxima afluencia del fin de semana. ¿Qué hay detrás de estos cambios?

Para los conocedores de la celebración veraniega, las nuevas medidas no resultado especialmente sorprendentes sino que culminan debates de fondo muy intensos. Se enmarcan en las quejas de los vecinos de la Vila de Gràcia los últimos años, no solo los ajenos a la fiesta sino también los que participan de la decoración y programación. Lamentan que el ruido, los botellones, la masificación y las olas de turistas amenazan con una muerte de éxito de la festividad y la pérdida de su esencia original.

Estas cuatro claves permiten entender el sentido de los cambios anunciados para las fiestas de Gràcia 2024.

Ruido nocturno

Ruido nocturno

Que el domingo 18 de agosto haya sido el día elegido para prescindir de conciertos nocturnos no es casualidad: es justo el que va después del viernes y el sábado, los dos días de máxima afluencia y ruido nocturno, y cuando los conciertos pueden alargarse hasta más tarde. En la edición del 2023, la música podía sonar hasta las 03:30 horas en viernes y sábado y, al terminar, numerosas personas se concentraron también en calles y plazas del barrio para alargar la fiesta con sus altavoces portátiles y bebidas en mano.

El año pasado, la calle Verdi ya anunció que en 2024 no organizará ningún concierto ninguna noche para evitar el efecto llamada y devolver el protagonismo a los decorados, que "son el fundamento principal de la fiesta", explicaba su portavoz Sergi Torrents a este diario.

Este año, después de las dos noches más "fuertes" (aunque la del jueves tampoco se queda corta), se espera los vecinos tengan más facilidad para descansar. Quedará por ver si grupos de visitantes y turistas que desconocen la medida organizarán su propio botellón nocturno también ese día.

Barras de bar que pagan locales

Barras de bar que pagan locales

Las voces críticas con el incivismo etílico durante las fiestas tienen en el punto de mira desde hace años las barras de bar que las comisiones instalan en las calles. Por ahora no hay ninguna directriz común acordada, si bien el año pasado Tordera y Fraternitat de Baix ya decidieron eliminar sus barras de bebidas y otras han renunciado a ofrecer los exitosos mojitos. No obstante, la mayoría recuerda que las barras son un puntal para las finanzas de la fiesta.

Una de las inquietudes crónicas de los organizadores es el alquiler de los locales que cada calle participante usa para almacenar y preparar la decoración. Unos espacios que, además, ejercen de punto de encuentro todo el año y cohesionan a los voluntarios. Y que cuestan dinero, cada vez más, empujados por el alza de precios del mercado inmobiliario de Barcelona. 

Masificación y turismofobia

Masificación y turismofobia

Los vecinos de Gràcia están hartos de que su fiesta se haya convertido en un imán para turistas. La popularidad que ha ido ganando esta celebración en los últimos años ha provocado que las calles del barrio estén masificadas día y noche, y con un alto volumen de público extranjero. Tanto es así, que en la última edición de las fiestas el barrio amaneció con pintadas de "Tourists Go Home".

Las olas de visitantes hacen que en las estrechas calles decoradas no quepa un alfiler, lo que añadiendo el calor húmedo del mes de agosto en Barcelona y el ruido termina generando un ambiente agobiante que expulsa a algunos vecinos de su propia fiesta. "Nos molesta mucho la gente. Esto está a petar. Pasan por en medio aunque estemos haciendo alguna actividad con niños, tocan los decorados, y les da igual", lamentaron las vecinas de la calle Tordera, en declaraciones a este diario.

Si bien la masificación es generalizada en todo el barrio, esta se nota todavía más en el caso de las calles decoradas ganadoras. Normalmente, los premios se anunciaban al inicio de las fiestas, lo que provocaba que los visitantes saturasen las calles galardonadas. Ahora, posponiendo el acto de entrega de premios, esperan que la gente se reparta de forma más equitativa.

Actos todo el año

Actos todo el año

La Fundació Festa Major de Gràcia se propone visibilizar su rol de actor dinamizador del barrio más allá de la gran cita de agosto, para 'desestacionalizar’ su imagen y acercarse a vecinos poco amigos de la masificación veraniega. Fuera de la Fiesta Mayor de agosto, los voluntarios se movilizan todo el año para que el barrio tenga actividades de proximidad. Un ejemplo es la singular cabalgata de las Carteras Reales de Gràcia, que llena las calles de ilusión en un ambiente familiar y cívico. Las próximas citas en las que participa la entidad son los foguerons de Sant Antoni y el Carnaval.

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