Movilidad en Collserola

El Tibidabo renueva su servicio de bus para que más del 60% de visitantes suban en transporte público

Nuevo retraso en el Tramvia Blau de Barcelona: el proyecto constructivo salta a principios de 2024

MULTIMEDIA: El último viaje del Tramvia Blau

Las 10 atracciones imprescindibles del parque de atracciones de Barcelona

Parada del Tibibus del aparcamiento de Sant Genís, en Vall d'Hebron, en el verano de 2016

Parada del Tibibus del aparcamiento de Sant Genís, en Vall d'Hebron, en el verano de 2016 / El Periódico

Carlos Márquez Daniel

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En 2024 se cumplen 15 años del estreno del bus lanzadera hasta el Tibidabo, un servicio público que se ideó para dejar atrás esa imagen tan vetusta de los lados de la carretera repletos de coches aparcados de cualquier manera. No hay que ser muy viejo para acordarse. Sucedía desde el cruce de la Arrabassada hacia el parque de atracciones, o desde Vallvidrera, por la serpenteante carretera BV-1418. Entonces, en 2009, el 60% de los visitantes llegaban en vehículo privado, por un 40% que lo hacían usando el funicular inaugurado en 1901. A día, de hoy, esos porcentajes se han intercambiado, con un 58% de movilidad colectiva por un 42% de coches (la cima mantiene un aparcamiento con capacidad para 500 turismos). Ahora el Ayuntamiento de Barcelona acaba de licitar por 3,6 millones de euros la explotación, durante cinco años, de las dos líneas de bus que dejan a los clientes en la plaza del Doctor Andreu para terminar su recorrido en la nueva Cuca de Llum, estrenada en junio del 2021.

Coches aparcados a los lados de la carretera que accede al parque del Tibidabo, en abril del año 2000

Coches aparcados a los lados de la carretera que accede al parque del Tibidabo, en abril del año 2000 / Laura Guerrero

Collserola siempre ha sido una irónica anomalía en cuanto a la movilidad. Mientras en la ciudad se imponen con mucha diferencia los que van a pie o en transporte público, en la montaña, si el destino es el Tibidabo, el coche mantiene un peso importante. Tiene una lógica orográfica (no hay metro ni tampoco llega una línea regular de bus hasta la cima) que al mismo tiempo convierte el parque de atracciones de Barcelona en uno de los más peculiares del planeta. Es justo recordar, sin embargo, y para que nadie crea que el automóvil es amo y señor del parque natural, que Collserola recibe unos seis millones de visitas anuales de gente (paseantes y deportistas) que va a pie o en bicicleta.

Las dos líneas

El concurso público lo convoca la empresa BSM, la misma que explota el Tibidabo, el Zoo de Barcelona, el Bicing, las zonas azul y verde de aparcamiento o el servicio del Bicing. Se busca una compañía que mantenga las dos líneas ya operativas del denominado TibiBus. La primera (T2B Sant Genís), con dos vehículos, tres en hora punta, tiene su base en el aparcamiento de Sant Genís, muy cerca del Hospital de la Vall d'Hebron, funciona todos los días de funcionamiento del parque y durante los fines de semana y sale un bus cada media hora. Destino: la plaza del Doctor Andreu para culminar el viaje con la Cuca de Llum. Los clientes pueden dejar el coche en este punto por 4,20 euros (todo el día). Tanto el bus como el funicular van incluidos con la compra anticipada de la entrada del Tibidabo.

Abril del año 2000. Un agente de la Urbana trata de poner orden entre los coches que quieren lllegar al parque de atracciones en coche a través de la Arrabassada.

Abril del año 2000. Un agente de la Urbana trata de poner orden entre los coches que quieren lllegar al parque de atracciones en coche a través de la Arrabassada. / Laura Guerrero

La segunda línea (T2C Funibus), con dos vehículos que pasan cada 15 minutos, tiene su origen en la parte más baja de la avenida del Tibidabo, en el número seis de esta calle que en su momento, a principios del siglo XX, fue una imponente ciudad jardín, un puzle de maravillosas villas, muchas de las cuales todavía se mantienen, aunque ya no como viviendas, sino como pudientes sedes de empresas de renombre o incluso como consulado (el de China, por ejemplo). Este bus aparca no muy lejos de la que era la parada del Tramvia Blau, el ferrocarril que lleva cinco años a la espera de un proyecto que le permita volver a circular. En junio de 2020, cuando se inauguró en nuevo funicular del Tibidabo -más rápido y con mayor capacidad- el consistorio decidió anular el servicio de bus hasta la cima, de manera que las dos líneas desembocaran en la plaza del Doctor Andreu.

Si el funicular se avería...

Los vehículos de la empresa concesionaria no podrán superar los tres años de antigüedad, deberán tener una capacidad mínima de 90 personas y estar adaptados para personas con problemas de movilidad. En el caso de que la Cuca de Llum sufra una avería, el concurso estipula que las dos líneas de bus deberán subir a los visitantes hasta la cima, como sucedía entre 2009 y 2020. El servicio, teniendo en cuenta los días de funcionamiento del Tibidabo, está activo entre 151 y 155 días al año; se pone en marcha una hora antes de la apertura del parque y deja de circular una hora después de su cierre.

"El Tibidabo estrena lanzadera para vaciar la montaña de coches", titulaba este diario el 5 de junio de 2009. Además del bus, al año siguiente se abrió un paseo para peatones de poco más de dos kilómetros desde Vallvidrera hasta la Arrabassada, una obra de 700.000 euros (asumidos por la Diputació de Barcelona, titular de la carretera BV-1418) que además de generar un vial seguro para viandantes, eliminaba buena parte del espacio destinado al aparcamiento furtivo. «El objetivo es pacificar la montaña, hacer el lugar más amable para todos», dijo a este diario el entonces gerente del área de Infraestructuras, Urbanismo y Vivienda de la Diputació, Vicenç Izquierdo. No solo en la ciudad se ponen las cosas complicadas para el coche.