Hasta el 4 de diciembre

Barcelona busca comerciantes para ocupar puestos vacíos en 10 mercados municipales

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Un puesto de olivas en el mercado de Lesseps, en Barcelona.

Un puesto de olivas en el mercado de Lesseps, en Barcelona. / RICARD CUGAT

Jordi Ribalaygue

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Barcelona anda a la búsqueda de comerciantes con vocación de asentarse en los mercados, que estén dispuestos a reabrir negocios cerrados y tapar parte de los huecos que abonan la impresión de decaimiento en algunas plazas. El Ayuntamiento se da margen hasta el 4 de diciembre para recibir ofertas por cada uno de los 28 locales que somete a subasta, repartidos en 10 de los 43 mercados de la red municipal de abastecimiento de alimentos y artículos. 

Con el concurso, el Instituto Municipal de Mercados de Barcelona intenta colocar 21 puestos de venta y siete almacenes. Los establecimientos que figuran en cartel se hallan en los mercados del Besòs, Bon Pastor, Guinardó, Guineueta, Llibertat, Ninot, Sant Andreu, Sant Antoni, Sants y Trinitat.

La escala de precios es amplia. El más asequible es un almacén de 8,5 metros cuadrados en el Ninot; de salida, vale 3.825 euros. El importe más caro se pide por una carnicería de 36,40 metros cuadrados en Bon Pastor, con sección incluida de carne de ave y caza y con opción de añadir huevería y casquería. Se ofrece a partir de 21.840 euros. Aparte, debe sufragarse un canon mensual que muda según el mercado y el tipo de comercio. Los importes oscilan de 139,51 a 54,01 euros por puntos de venta de 10 a 15 metros cuadrados. Aparte, existen las tasas por uso de frigoríficos, retirada de basura y otras.

El Instituto de Mercados marca qué clase de tienda debe alojarse en cada uno de los huecos que pretende rellenar. "Analizamos constantemente la demanda de producto alimentario en el entorno del mercado y podemos evaluar cuál es el número de pescaderías, carnicerías y fruterías que la cubrirían", expone el gerente del Instituto de Mercados, Màxim López.

Agrega que no existe una pauta idéntica para todos los mercados que fije con cuántos establecimientos de cada tipo deben dotarse. "Cuando vemos que la oferta de uno de los sectores es excesiva en esa zona, nos planteamos un cambio a otra tipología u ofrecer una nueva gama de productos, como pueden ser las especialidades que están apareciendo en los mercados, como las de pasta italiana o productos ecológicos", ejemplifica López.

Al mejor postor

Siete de los espacios en liza son almacenes. Dos están situados en el Ninot, tres en Sant Antoni y dos en Trinitat. Es imprescindible ser titular de un local comercial en uno de esos mercados para aspirar a uno de los almacenes.

Aparte, se disputan tres puestos de pescado y marisco; tres de productos no comestibles; tres carnicerías ampliadas con sección de carne de ave y caza; dos tocinerías-charcuterías; dos tiendas de frutas y verduras; dos de comida asiática; otra de comida italiana; una con olivas, conservas y pesca salada; una con carne de ave, caza y huevos; una carnicería con charcutería; una panadería con pastelería y una sin especialidad preestablecida.

Las vacantes serán concedidas al mejor postor; es decir, a quien pague más. Quien se imponga en la subasta dispone de un mes para transferir el importe. A su vez, quienes obtengan el permiso para hacerse con un establecimiento cuentan con un margen de dos meses para levantar la persiana. El plazo queda en suspenso en caso de que se requiera hacer obras antes de abrir al público.

El proceso para adjudicar los negocios está abierto desde primeros de noviembre. Tanto particulares como empresas pueden competir. El término de la concesión es variable: 16 comercios se otorgan por 25 años; cinco son por 20 años; tres se entregan por 19 años, y hay dos por 17 años y otros tantos por 12.

Las bases estipulan que los gastos en suministros y las reformas de acondicionamiento irán a cargo de los adjudicatarios. Para participar en la puja, es necesario que los candidatos ingresen una fianza equivalente al 3% del precio base de licitación. Las garantías a depositar fluctúan entre 115 y 655 euros.

'Paradas' vacías

La oferta reúne 52 'paradas' vacías. Con el vocablo catalán, el Ayuntamiento se refiere a una superficie de unos cuatro metros de largo por dos y medio de ancho. Una tienda del mercado suele ocupar dos o tres de esas plazas numeradas e indivisibles. La ciudad cuenta con 112 unidades desocupadas y otras 806 inhabilitadas por derribos de edificios, traslados provisionales o desmantelamientos pendientes. 

Las plazas incluidas en el concurso se han seleccionado porque tienen visos de ser reocupadas, comenta López. "Antes de la subasta, se identifica a gente que se ha interesado por un puesto y le informamos de las oportunidades que puede haber, dependiendo de la especialidad a la que quieran dedicarse. Cuando vemos que alguien tiene un interés concreto, sacamos el puesto a subasta", indica. Este año hubo otra puja en abril, limitada entonces a cinco puestos.

En cualquier caso, el gerente agrega que la buena disposición por adquirir un local no siempre acaba cristalizando. "No todos los que muestran interés se presentan después a la subasta. Puede pasar, pero no es lo habitual", sostiene. López añade que, aunque las instalaciones se abren a novedades, "la prioridad es ofrecer las gamas básicas de productos para que haya una oferta suficiente con la que cubrir la demanda y evitar el monopolio". "La gracia del mercado es comparar productos y precio. Es interesante que, por cada gama, haya diversidad", postula.

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