El Triangle de plaza Catalunya fusionará tiendas y se replantea la venta de libros y discos

De los grandes almacenes de Barcelona, El Triangle es el segundo más pequeño, pero parte con la ventaja de asentarse en una ubicación privilegiada, justo en medio del meollo de la ciudad. Con licencia desde 1996, el centro comercial situado en la plaza Catalunya ha recibido luz verde municipal para abordar la mayor renovación a la que se ha sometido desde que abrió puertas hace 25 años. 

El Ayuntamiento ha aprobado el plan promovido por el dueño del edificio, el fondo inmobiliario alemán Deka, que prevé fusionar nueve locales para crear una gran tienda. Concentrará casi dos tercios de la zona accesible al público y convivirá con una decena de establecimientos más pequeños.

El nuevo bazar absorberá las dos plantas que actualmente ocupa FNAC, además de los metros cuadrados de otros negocios más pequeños. A tenor del proyecto, la cadena de artículos tecnológicos y culturales no tiene garantizada su continuidad tras la reforma, al menos tal como concibe ahora el enclave más céntrico que posee en la capital catalana.  

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“No se conoce el operador que haya de explotar el nuevo local”, apunta el plan especial urbanístico que el consistorio ha aceptado tras incorporar unas aclaraciones que reclamó, ninguna sustancial sobre el fondo de la propuesta para actualizar el interior del inmueble. Aparte de proveer de productos electrónicos, FNAC es una de las grandes suministradoras de literatura y música del centro de Barcelona. No obstante, son dos de las líneas de negocio sobre las que planean dudas con la reestructuración de El Triangle. 

La incertidumbre la avienta la memoria que Deka entregó al Ayuntamiento, que traza las líneas generales de la reconfiguración del edificio. “La adaptación comporta el replanteamiento de segmentos de productos ofrecidos (en especial, en cuanto a libros, papelería, discos…)”, menciona el documento, parafraseando un informe que la titular de El Triangle contrató para analizar qué efecto tendría reestructurar la gran superficie sobre los negocios del entorno. 

El turismo, la mitad de la facturación

El mismo dictamen sostiene que los sectores de prensa, libros y papelería “son los que han tenido una peor evolución en el volumen de ventas” en Catalunya entre 2013 y 2021. También recalca que las compras de turistas pueden llegar a suponer más de la mitad de la facturación del Triangle. Enumera que los visitantes de paso por Barcelona buscan “productos de moda, tecnológicos, joyas y bisutería, perfumería y cosmética y productos locales y artesanos”.  

Al margen de las consideraciones del estudio, el plan no concreta más sobre la futura oferta de la tienda renovada. Al mismo tiempo, dice que el cambio “no supone la introducción de nuevos usos, sino que se trata de los mismos usos comerciales ya implantados, que solo remodela la configuración de los establecimientos interiores”. La empresa gestora del centro, CBRE, ha declinado hacer declaraciones para resolver las incógnitas. FNAC tampoco ha respondido a EL PERIÓDICO, que ha tratado de ponerse en contacto con la compañía, sin éxito.

Comercio más grande

A falta de concretar fechas para las obras, la reforma de El Triangle incrementa el espacio abierto a los clientes, con una tienda más grande que las que ahora se afincan en el centro comercial. Aglutinará 7.488 de los 11.584 metros cuadrados que se dedicarán a la venta de productos, 2.339 más que los que la gran superficie suma ahora. FNAC dispone de 4.554 metros cuadrados de zona comercial, aparte de otros 2.481 para su logística. La ampliación no conllevará agrandar el edificio, de 22.341 metros cuadrados. 

La propiedad consagra sus expectativas para que su gran superficie sea “atractiva y competitiva” al nuevo bazar. Acaparará por completo la segunda planta -donde FNAC expone libros, artículos de papelería, cedés de música, DVD y ‘merchandising’-, toda la primera -que acoge la oferta de tecnología de la cadena-, el altillo y el segundo subterráneo. Además, el futuro establecimiento recompondrá la planta baja, engullendo varias tiendas de proporciones reducidas: los comercios de alimentación Amorino, Hi Cream y Tea Shop, el negocio de productos de joyería Sparklean, parte del pasillo interior de la perfumería Sephora, un pedazo de otro local ahora vacío y también los bajos de FNAC.

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En todo caso, “no está definida la distribución detallada del establecimiento” y el reparto entre espacios de venta, de almacén y de acceso, indica la memoria. El documento sí señala que “las previsiones son que el nuevo local destine un 90% de su superficie a venta”. También aventura “una nueva configuración de los espacios comunes y los accesos, con nuevas conexiones visuales y transparencias entre el espacio exterior y el espacio interior” del edificio, así como “nuevos espacios abiertos” para el público.

"Resituar la oferta"

Uno de los informes incorporados al proyecto alega que “es el momento de resituar la oferta del centro comercial”. “La configuración de una importante superficie destinada a una nueva tienda clarificará la imagen comercial del centro y le puede aportar una importante mejora a su capacidad de atracción”, predice. 

El mismo dictamen aboga por “una mayor adaptación a las necesidades de la demanda”, “un modelo de negocio y comercio de gran superficie de venta, a pie de calle” y que esté “más adaptado a las nuevas tendencias de la moda”. Además, afirma que la transformación “no tiene efectos sobre el comercio de la zona” y que se prevén que sean “totalmente marginales” sobre el resto de la ciudad y su entorno.

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