25 años del eje de compras

La meca del 'shopping' de La Roca Village impulsa su ruta gastronómica y de 'tardeo'

La ampliación de su oferta de 'outlet' comercial ha potenciado también las experiencias de restauración y culturales

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Terraza del restaurante Atmósferas Mordisco en La Roca Village.

Terraza del restaurante Atmósferas Mordisco en La Roca Village. / Sam Farràs

Patricia Castán

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Procedentes de Barcelona y otros muchos municipios catalanes, los visitantes (locales y turistas) que desde 1998 cruzaban el umbral de La Roca Village llegaban programados para jornadas maratonianas de compras con descuento, hallazgo de chollos y horas de probadores. El apetito se saciaba con un bocado rápido y socorrido, en pos de la sesión de 'shopping'. Pero los tiempos han cambiado y el edén, que ya suma 150 comercios 'outlet' y este año batirá con holgura su récord de más de cinco millones de visitantes, ha ido dando un giro a su propuesta gastronómica hasta desplegar nueve restaurantes y bares, así como cuatro quioscos, alejados del 'fast food' y llamados a redondear la llamada "experiencia del Village", disfrutando de desayunos, comidas o cenas tempranas. Se trata de establecimientos con horarios de cocina abierta (el recinto cierra a las 21.00 horas) pero que ahora también incitan al tardeo, el 'afterwork' o el tapeo, dado que han desplegado generosas terrazas donde tomar algo o relajarse entre paseos y compras.

Interior del restaurante Corso Iluzione en La Roca Village.

Interior del restaurante Corso Iluzione en La Roca Village. / Alba Ricart

Desde que un verano de hace ya 25 años se levantase el telón de La Roca Village, su concepto ha ido ampliando miras más allá de los mostradores de sus 'boutiques' y grandes marcas, con creciente peso del lujo. Las actividades culturales, las sinergias con Barcelona y su entorno del Vallès Oriental y los servicios personalizados se han ido abriendo paso, como también informa hoy este diario. Pero una de las principales mutaciones en cuanto a oferta y diseño la han aportado los establecimientos de restauración.

Poco a poco se ha ido renovando toda la oferta, hasta que recientemente han completado el proceso y cerrado (al menos de momento) el cupo enfocado en el paladar. Han querido que se instalasen operadores de origen barcelonés o con negocios en la ciudad, de modo que La Roca sea también un escaparate de la cocina que se encuentra en la capital catalana y se estreche la conexión entre ambos destinos turísticos, que funcionan como uno solo en materia de compras.

Una ensalada y un taco de salmón en Flax and Kale, en La Roca Village.

Una ensalada y un taco de salmón en Flax and Kale, en La Roca Village. / Alba Ricart

Teniendo en cuenta que el año pasado ya sumaron un millón de servicios en sus restaurantes (con una clientela de unos dos millones de personas), la comida se ha convertido en un reclamo clave de su oferta. “No entendemos la experiencia de compra sin un momento de relax y degustación", señala Elena Foguet, directora de Negocio de Value Retail, la empresa impulsora y operadora de La Roca Village, que suma ya 2.000 empleados y ahora está integrado en The Bicester Collection. La pandemia de covid, lejos de paralizar las inversiones, propició la inyección de 50 millones de euros y la creación de nuevos espacios en el recinto, entre los que destacan algunos nuevos bares y restaurantes con terrazas rodeadas de vegetación, fuentes u ornamentos, de estilo mediterráneo.

Sabor local e internacional

¿Qué se puede comer en La Roca Village? Desde sushi hasta cocina italiana, pasando por platos de cocina tradicional catalana, paellas (de verdad), recetas 'healthy' y un ineludible repertorio internacional (de las 'burger' de calidad, a pizzas, 'fingers' o filetes) porque no hay que olvidar que este oasis del comprador tiene un 60% de visitantes foráneos (entre turistas y expatriados) cuyos gustos implican añadir algunos platos a las cartas originales de estas enseñas en Barcelona. Así, cuatro de las carnes de cuatro establecimientos son halal, dado el peso de los visitantes musulmanes.

Especialidades del japonés Mori by Parco, en La Roca Village.

Especialidades del japonés Mori by Parco, en La Roca Village. / Alba Ricart

Foguet destaca que El Village cuenta con un repertorio gastronómico "con identidad local", pero que además dirigen profesionales reconocidos en el sector y la capital catalana. Lo integran espacios como Atmósfera Mordisco (de Rosa Esteva), donde lo mismo se puede tapear con sus churros 'bravos' de patata, sus célebres croquetas, pescados y carnes a la brasa, carpaccios o paellas, que encontrar algún producto más 'turístico', como unos 'nuggets' o su hamburguesa al plato ; Flax& Kale, el exitoso sello de Jordi Barri y Teresa Carles, que convirtió lo 'healthy' flexiteriano en delicioso y marcó tendencias en Barcelona, donde se despachan hamburguesas veganas de primera, su famoso 'pad thai' de 'pollo' vegetal o sus 'crunchy' tacos, con pesca sostenible, así como zumos y kombuchas; o Andreu (originalmente un negocio familiar de productos de gurmet locales donde el jamón ibéricos es la estrella, pero que aquí añade algunos bocadillos y 'burgers' que solo ofrece también en su local de Rambla de Catalunya.

Dos jóvenes comiendo en un terraza de La Roca Village.

Dos jóvenes comiendo en un terraza de La Roca Village. / Alba Ricart

El apetito de sushi y otras especialidades japonesas se puede saciar en Mori by Parco; Corso Iluzione (que fusiona la tienda Luzio 'concept store' y el restaurante Illuzione abierto hace cuatro años en la zona alta de Barcelona de Maria José Gómez y Maxi Zigart) es uno de los últimos fichajes, con un espacio y terraza espectaculares y un despliegue de pasta casera, pizzas de masa madre y especialidades italianas a las que han añadido algún plato sin fronteras con gran acogida . Otras opciones son Pasarela (Fonda Europa de Granollers) y Fire& Bread (una propuesta creada en exclusiva para La Roca), así como una coqueta sede de Farggi (grupo Farga) con una larga lista de propuestas heladas y pasteles con los que endulzar una sesión de compras que abarca más de un kilómetro de paseo.

 La gracia añadida de la ruta gastronómica del Village (que bien permite picar aquí y allá) es que si se contratan experiencias personalizadas o se es un cliente asiduo se puede disfrutar de degustaciones a medida en las instalaciones privadas, como The Appartment, donde uno puede comprar y comer sus platos favoritos en un mismo recinto y con sus acompañantes en un ambiente de intimidad y exclusividad, aseguran.

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