L'Illa Diagonal estrenará en un mes su nuevo 'look' exterior y apura su reforma

El exitoso centro comercial L'Illa Diagonal, que en 1993 revolucionó la oferta de 'shopping' de la zona alta de Barcelona, está a punto de celebrar en plena forma su 30 aniversario con una puesta a punto que lleva muchos meses cocinándose y encarrila su recta final. El nuevo 'look' exterior del edificio, que en la parte posterior ha anexionado un umbráculo que potenciará la vegetación y la integración del recinto con los jardines públicos de Sant Joan de Déu (en vías de renovación), se estrenará finalmente a finales de septiembre. Quedarán también por rematar los trabajos en el interior, que deben finalizar a final de año y además de hacer más sostenibles sus suministros, elevarán la altura de techos en los pasillos centrales, les dotarán de una iluminación más natural y mejorarán la señalización del espacio, con pantallas digitales y una imagen más tecnológica.

Parece que era ayer cuando el complejo diseñado por Rafael Moneo y Manuel de Solà Morales recibió el Premio FAD de arquitectura en 1994, por su singular diseño en forma de rascacielos tumbado --con fachada de 334 metros-- inspirado en el Rockefeller Center de Nueva York. Fue el primer centro comercial construido dentro de la ciudad, con una superficie comercial de 35.000 m2 y 170 locales que aglutinan moda, ocio y gastronomía y recibe 16 millones de visitantes anuales. Pero el conjunto, que además encaja dos hoteles de cuatro estrellas, oficinas, dos colegios, un polideportivo, una sala de conciertos, un centro de convenciones, un parque público y un parking con capacidad para más de 2.400 vehículos, necesitaba ponerse al día estética y funcionalmente.

En 2007 vivió una ampliación, y en 2019 se proyectó la reforma cuyo concurso ganó el estudio Batlleiroig, con un diseño que potencia el entorno natural. No obstante, las obras se iniciaron tras la pandemia, en verano de 2022. Desde entonces, se ha ido trabajando fuera y dentro para que L'Illa Diagonal mantenga su tirón comercial e integre las tendencias de los centros comerciales urbanos del siglo XXI. Todo ellos sin afectar a la actividad comercial, y sin cierres. Para la gerencia del centro se trata de adaptarlo a "las nuevas demandas de los usuarios", que se traduce en "espacios verdes, sostenibles y respetuosos con el medio ambiente". Con ese objetivo se están invirtiendo un total de 35 millones de euros.

Diferentes fases

El proyecto de remodelación cerrará su etapa exterior en un mes, cuando estará listo el umbráculo de una longitud de casi 200 metros con vegetación. Será una nueva zona verde polivalente integrada en los jardines, que pretende optimar el confort térmico y acústico del recinto. Pero además servirá para reordenar y renovar las áreas gastronómicas a la fresca, a la par que incorporar nuevos conceptos de restauración, aseguran. Estará conectado con la primera planta mediante una pasarela.

Los operarios y la maquinaria trabajan van a destajo en ese perímetro trasero, donde la estructura de madera está completada pero resta el trabajo de jardinería. Todo ello, encaminado a fomentar "la interacción de los usuarios con los jardines públicos de Sant Joan de Déu y recuperar la permeabilidad entre el interior y el exterior del recinto", según los responsables del centro comercial.

Los jardines de L'illa Diagonal se reformarán para convertirse en un nuevo parque más agradable

Dichos jardines suponen 8.000 m2, fueron urbanizados hace tres décadas y ahora resultaban anodinos. Su renovación responderá a nuevas necesidades de los usuarios, con la creación de zonas de juego, descanso y espacios verdes. El proyecto se basa en un convenio con el Ayuntamiento de Barcelona aprobado el pasado mayo. Esta intervención comenzará a principios de 2024, y L’illa Diagonal la sufragará con una donación de 3,8 millones de euros. 

La parte infantil, para disfrute del vecindario y de las familias que acudan de compras a la zona, incorporará una cúpula gigante, una cama elástica, columpios y una zona de escalada, entre otros. También habrá una zona estival con aguas, que en invierno se retirará para utilizar como explanada multiusos.

El plan prevé conservar el máximo número de arbolado existente, aunque en estos momentos ya se aprecian los ejemplares que han sido cortados para abrir el espacio y añadir arbustos con flores. Por último, se creará un anfiteatro (junto al umbráculo) con una gradería de 12 niveles y un espacio inferior libre de 85 metros cuadrados para actividades diversas.

De puertas adentro, prevalecerá también la filosofía del confort para el visitante. Están en marcha las obras para varias zonas de descanso y también la reforma de los aseos (de diseño pero también de alta eficiencia energética). Algunos siguen en obras y otros ya lucen nueva estética. Más visible es para el visitante la profunda intervención en los techos de los espacios comunes, que han podido elevarse en diversas zonas generando espacios visualmente mucho más amplios y luminosos, aunque de momento tienen el cableado a la vista y afrontan aún afrontan obras al menos hasta diciembre.

Precisamente los techos del centro comercial ganarán efectos lumínicos, recrearán la luz natural y podrán ofrecer proyecciones de imágenes; se instalarán muros vegetales y rediseñarán algunas escaleras. Dentro del objetivo de reducir consumos y emisiones, se instalarán placas solares.

La intervención no pasa por alto las necesidades del comercio, que ha tenido que encajar las inevitables molestias de una reforma importante. Así, unos cuantos sufrirán modificaciones para mejorar su visibilidad. En pocos meses, los clientes se orientarán mejor, ya que se implementará un proyecto de 'wayfinding' para facilitar la ubicación y el recorrido de los visitantes. Según avanzó la gerencia, se desplegarán nueva señalización digital de nueva generación y grandes pantallas.

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