Red canadiense LCI

Barcelona estrenará en 2024 un "hub europeo" de estudios artísticos en el 22@

Felicidad Duce, la feminista de la moda española que impulsó la formación de las mujeres

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La directora general de LCI Barcelona, Sílvia Viudas, junto a los arquitectos Ivan Serrano y Fernando Ansorena

La directora general de LCI Barcelona, Sílvia Viudas, junto a los arquitectos Ivan Serrano y Fernando Ansorena / Jordi Otix

Meritxell M. Pauné

Meritxell M. Pauné

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Barcelona incorporará en octubre de 2024 una pieza más al distrito tecnológico de Glòries, el 22@, que le inyectará vida estudiantil local e internacional. Se trata del primer “hub europeo” de LCI Education, una red canadiense de campus universitarios que aterrizó en la ciudad en 2013 como socio inversor de la histórica escuela de moda Felicidad Duce. La nueva sede culmina la metamorfosis de este centro educativo con 95 años en la capital catalana.

La nueva vecina se instalará en el cruce de las calles Sancho de Ávila y Álava, junto a las sedes de Amazon, Suara y Simon. El solar ha esperado casi una década, entre la gestación del proyecto, la covid y desacuerdos con el consistorio. Pero hoy operarios y grúas ya construyen a todo ritmo el edificio: más de 11.000 m2 que en 5 años podrán albergar hasta 3.000 alumnos de grados, másteres y FP sobre diseño y artes visuales.

EL PERIÓDICO ha podido acceder en primicia a la obra y retratarla en esta completa fotogalería. Con cubierta verde y fotovoltaica y paredes de cristal, ambiciona el certificado británico de sostenibilidad arquitectónica BREEAM. Todo el proyecto, incluido el interiorismo y la ingeniería, lo firman dos arquitectos noveles: Ivan Serrano y Fernando Ansorena del barcelonés Circular Studio.

El barrio ganará una plaza pública con árboles, juegos infantiles, zona de picnic y petanca, sin coste para el erario municipal porque la urbanización forma parte de las ‘cargas’ urbanísticas del terreno. Una gran biblioteca de materiales y un ‘TecnoFab’ de prototipos complementarán el cercano Museu del Disseny. El público general podrá entrar en el edificio para ver desfiles de moda –como el de este julio en medio de las obras– o asistir a los eventos corporativos que alquilen la vistosa sala-mirador de la fachada.

Triple salto mortal

El triple salto mortal de este centro –titularidad, sede y oferta lectiva– es toda una metáfora de la globalización educativa actual. Felicidad Duce (1907-2000) fue una pionera de la moda y de la formación de mujeres. Autodidacta y visionaria, esta vecina de Gràcia abrió en 1928 el primer taller-escuela de patronaje y patentó una técnica –el ‘Método Feli’– que aún se usa en la industria. María Escoté, Juan Vidal o Dominnico, cuyos diseños visten Letizia, Rosalía o Beyoncé, se formaron en su escuela.

Renders nou campus LCI Barcelona

Render del nuevo campus LCI Barcelona / LCI

Su modesta escuela en la calle Guillem Tell llegó a tener medio centenar de franquicias en España, pero entró en declive a partir de los 90. Al fallecer la fundadora, y tras una breve etapa en manos de su hija, dos emprendedores de Barcelona compraron la escuela: Eduard Prats y Sílvia Viudas sanearon la contabilidad e iniciaron una nueva etapa. “Era una escuela con pérdidas pero con unos 500 alumnos y muy buenos profesores”, recuerda Viudas.

Nuevo edificio súper sostenible, de la universidad canadiense de moda y diseño LCI.

Nuevo edificio súper sostenible, de la universidad canadiense de moda y diseño LCI. / Jordi Otix

Una vez saneada, empezaron la búsqueda de un socio capitalista para renovar las instalaciones y dar el salto internacional. “Justo entonces LCI estaba mandando cartas a escuelas de moda de toda España y media Europa, porque buscaba cómo entrar en el continente”, relata. “¡En tres meses habíamos hecho match, como si fuera Tinder!”, ironiza Viudas, hoy directora general de LCI Barcelona. Prats bajó del proyecto amistosamente –de hecho es presidente honorífico de la nueva escuela, como la hija de Duce, Mercedes Freixa– y en 2013 la LCI aterrizaba oficialmente en Barcelona.

Crecer en todas direcciones

LCI aspiraba a crecer tanto en metros como en oferta lectiva. Así que el primer paso fue mudarse a la calle Balmes 209, en unas instalaciones puente que rehabilitaron en 2015 y que dejarán en julio de 2024. El salto de escuela de moda a escuela de diseño era complicado por la vía natural de abrir y publicitar nuevos itinerarios. Así que, talonario mediante, optaron en 2019 por comprar Seeway, un centro de formación emergente dedicado a videojuegos, animación, artes gráficas y fotografía. Primer millar de alumnos.

La red canadiense tiene 23 campus esparcidos por el mundo, cada uno con su acento pero en todos ellos imparte estudios de Moda. La primera piedra fue LaSalle College de Quebec, fundada en 1959 por otro emprendedor, Jean-Paul Morin, a quien ha sucedido un CEO de solo 38 años, Claude Marchand. La sede de Barcelona ofrecerá 7 itinerarios formativos y aspira a ser “hub europeo”, es decir, a enviar y recibir alumnado del resto de la red, aunque la regulación catalana de los estudios artísticos dificulta la homologación.

Nuevo edificio súper sostenible, de la universidad canadiense de moda y diseño LCI.

Nuevo edificio súper sostenible, de la universidad canadiense de moda y diseño LCI. / Jordi Otix

Hoy el alumnado extranjero ronda el 25% en los grados de cuatro años y el 70% en los másteres de uno. La nueva etapa en el 22@ modulará la oferta para incrementar ambos porcentajes. Consolidará la recepción de estudiantes de EEUU a través del programa ‘Study Abroad’, el equivalente al Erasmus europeo. Todos los grados tendrán doble línea: castellano e inglés. Y los másteres pasarán a impartirse un 60% en inglés y un 40% en castellano para captar demanda de Asia y Europa del Este, como contrapeso del actual tirón latinoamericano. Hoy por hoy la víctima de la globalización de la enseñanza postobligatoria es el catalán, a falta de una regulación más garantista.

Renders nou campus LCI Barcelona

Render del nuevo campus LCI Barcelona / LCI

Cómo será la sede

La orientación de los paneles de la fachada en diagonal busca maximizar la luz solar todo el año, sin que entren directamente los rayos para no deslumbrar. Así no hacen falta cortinas y se reduce el gasto en climatización. “Además al recorrer el perímetro, el edificio va cambiando de aspecto y se ve más opaco o más transparente”, presumen Serrano y Ansorena. Aunque el Ayuntamiento no les ha dado licencia para abrir al público, la cantina de la planta baja tendrá un acceso independiente desde la plaza: “Si un día descongelan el permiso, la abriremos al barrio”, apunta Viudas.

Nuevo edificio súper sostenible, de la universidad canadiense de moda y diseño LCI.

Nuevo edificio súper sostenible, de la universidad canadiense de moda y diseño LCI. / Jordi Otix

El corazón del nuevo edificio estará en el sótano: una zona de estudio libre y talleres para que se mezclen alumnos de todas las disciplinas. Gracias a la elevación de la planta baja sobre el nivel de la calle, claraboyas y una apertura en la fachada, la luz natural llega generosamente hasta el piso -1 todo el año. Debajo, aparcamientos. Y hacia arriba, seis plantas. Una curiosa escalera cose todo el edificio, primero por dentro y a partir de la cuarta por el exterior, mediante una rampa suave con vistas a la torre Glòries, el TNC y la Sagrada Família.

El recorrido por la obra permite intuir la forma de los futuros platós de fotografía en la 3, aulas de informática, una terraza con gradas y vegetación y una enorme aula de patronaje en el ático. Todo aislado con fieltro natural para reducir el ruido. El tejado, que no será transitable, tendrá vegetación crasa de bajo mantenimiento, un hotel de insectos y placas fotovoltaicas para generar el 60% de la electricidad que consuma el edificio. Si no hay contratiempos, la nueva sede estará terminada el próximo marzo.

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