Plan anti ruido

Barcelona promete un agosto "tranquilo" en Triángulo Golfo tras imponer 23.000 multas en dos años

Barcelona cerrará antes bares musicales del Poblenou si siguen los problemas de ruido

Los bares piden guerra al incivismo y no contra las terrazas del Triángulo Golfo del Poblenou

El ocio nocturno se rebela contra el plan de ruido para el Triángulo Golfo

Ambiente en el Triángulo Golfo del Poblenou, el pasado verano.

Ambiente en el Triángulo Golfo del Poblenou, el pasado verano. / ZOWY VOETEN

Patricia Castán

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El Ayuntamiento de Barcelona ha prometido un agosto tranquilo, mientras ultima cómo poner coto a los excesos y molestias de convivencia que provocan la gran afluencia de noctámbulos en el llamado Triángulo Golfo del Poblenou con un plan anti ruido que implantará a partir de septiembre. Las medidas, que ya superaron la aprobación inicial en mayo, han recibido una docena de alegaciones durante su exposición pública, que están ahora en fase de resolución. Los vecinos las ven insuficientes, mientras que el ocio nocturno y la restauración las consideran excesivas, porque culpabiliza a los negocios de problemas de orden público e incivismo a pie de calle, que han sumado 23.000 sanciones desde 2021. Parte del plan ya se ha impuesto por la vía urgente en los últimos meses y el resto se desplegarán a final de verano. Van de los recortes horarios en 11 terrazas, a la amenaza de hacerlos en algunos locales si no mejora la problemática, pasando por mantener las restricciones a nuevas aperturas de locales de bares y discos, e implicar a los operadores en la mejora de la convivencia, además de añadir recursos municipales en seguridad y limpieza.

El plan contra el ruido abarca la zona delimitada por las calles de Almogàvers (entre Marina y Àlaba), Pallars (entre Zamora y Àlaba), Pere IV (entre Zamora y Àvila), y Zamora, Pamplona y Àlaba entre Almogàvers y Pere IV. El concejal de Sant Martí, David Escudé, ha explicado este lunes que desde la pandemia las aglomeraciones en la calle se dispararon y la convivencia de la actividad con la vida vecinal se resintió hasta el punto de forzar una batería de actuaciones en marcha.

Una vecina del Poblenou, en una protesta contra el ruido en el llamado Triángulo Golfo.

Una vecina del Poblenou, en una protesta contra el ruido en el llamado Triángulo Golfo. / MANU MITRU

Ya se aplican el recorte horario en colmados que puedan suministrar alcohol para botellón, el baldeo de las calles (se amplía más allá de Pere IV) para evitar que los jóvenes se instalen en las aceras y portales, el cierre de alguna salida de metro para reconducir los flujos de los noctámbulo, o una mayor dotación de Guardia Urbana en el Triángulo Lúdico (más conocido como 'golfo'), sancionando consumo de alcohol en la calle y a los que allí orinan. Entre 2021 y 2023 se han impuesto 23.000, frente a los dos años previos con 8.000 multas. No se ha precisado su importe ni detalles sobre su cobro.

El ayuntamiento realizó un estudio sobre el ruido en la zona, donde considera que se superan "de forma reiterada y con creces los valores límite que marca la ordenanza de Medio ambiente". Consideran que se superaron los valores límite en más de tres decibelios, por lo que se imponía un plan específico de reducción de las molestias. En este punto discrepan con las patronales del ocio y la restauración, que consideran que las pruebas no se realizaron adecuadamente ni tuvieron en cuenta posteriores modificaciones para reducir el ruido introducidas en negocios afectados. Por ello, ambas han alegado en contra.

Escudé ha insistido en que el ayuntamiento ha trabajado con vecinos y operadores, y su afán "no es ir contra los negocios", sino que trabajan con ellos para mejorar la situación. El grueso de las medidas apuntan a reducir la estancia de los noctámbulos en la vía pública, sea en las aceras o en las terrazas, y mantenerlos en el interior de los establecimientos, ha dicho.

Nueve puntos en otoño

El plan que verá la luz en septiembre, pendiente de potenciales ajustes por las alegaciones, se basa en nueve puntos.

Por un lado, se promete mantener en el próximo plan de usos (el vigente es de 2016) la actual restricción de implantación de nuevas actividades recreativas musicales, bares y establecimientos comerciales alimentarios que venden alcohol.

Además, se mantiene la reducción horaria de los establecimientos comerciales alimentarios de pequeñas dimensiones que venden alcohol (activa desde septiembre de 2022), que deben cerrar de 22.00 a 7.00 horas los miércoles, jueves, viernes, y sábados, así como las vigilias de festivos.

Tampoco se permite instalar nuevas terrazas ni ampliar las existentes, que pasarán a tener un horario de 8.00 a 23.00 horas todo el año (una menos de lo normal en invierno y dos en verano). Quienes tengan veladores deberán asumir medidas para minimizar el ruido, como colocarles tacos de goma, sujecciones con gomas, y marcar las superficies de ocupación.

Sin fiestas ni eventos lúdicos

Escudé ha enfatizado que para garantizar el descanso no se permitirán eventos lúdicos, culturales o festivos en el espacio público (más allá de actos puntuales como la fiesta mayor o el Festival de la Llum) y no se autorizarán actividades extraordinarias en espacios abiertos (por ejemplo, azoteas o terrazas) en horario nocturno.

Los establecimientos de concurrencia pública tendrán que tener limitadores de sonido, tirar el vidrio antes de las 23.00 horas, mantener el número adecuado de sanitarios, y otras medidas. Y se comprometarán a colaborar en la prevención del incivismo con dispositivo de vigilancia privada y de agentes cívicos que conciencien al público sobre la convivencia.

Se contempla la futura reducción horaria de actividades en zonas de máxima concentración de locales si previamente no se logra reordenar los flujos de los noctámbulos por calles sin vecinos con ayuda de mediadores cívicos.

El ayuntamiento, ha recalcado el concejal, se compromete al control e inspección de actividades y terrazas, más presencia policial, limpieza de las calles una vez finalizadas las actividades, desarrollo de campañas de sensibilización e incluso incorporar la zona del Parc i la Llacuna del Poblenou al ámbito de las subvenciones del Consorcio de Vivienda de Barcelona para la rehabilitación de domicilios que mejoren su aislamiento acústico.