Conflicto en el Triángulo Golfo

Los bares piden guerra al "botellón y el incivismo" y no contra las terrazas del Poblenou

Barcelona amenaza con cerrar dos horas antes los bares musicales del Triángulo Golfo si sigue el ruido

El ocio nocturno se rebela contra el plan municipal para los bares del Triángulo Golfo del Poblenou

La Barcelona que no puede dormir por el ruido y el incivismo

Ambiente en las calles del llamado Triangulo Golfo del Poblenou, hace unos meses.

Ambiente en las calles del llamado Triangulo Golfo del Poblenou, hace unos meses. / ZOWY VOETEN

Patricia Castán

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Las medidas previstas por el Ayuntamiento de Barcelona para frenar los problemas de convivencia que genera el ocio nocturno entre los residentes de la zona del Triángulo Golfo del Poblenou han provocado el rechazo total de los bares y restaurantes de la zona, que se sienten "criminalizados". Creen que "a corto plazo" solo contemplan avanzar el horario de cierre de sus terrazas, en lugar de abordar el "botellón y el incivismo", contra el que piden mano dura.

"El borrador del plan de acción pasa de puntillas sobre estos fenómenos", lamenta el Gremi de Restauració, que ha presentado alegaciones contra la estrategia municipal y espera reunirse pronto con el concejal de Sant Martí, David Escudé.

En representación de los afectados, el director de la patronal, Roger Pallarols, insiste en que "se trata de un problema de orden público que se ha abordar a través de la Ordenanza de civismo y sin criminalizar a los restauradores” situados en la zona, que el consistorio denomina Triángulo Lúdico. Las quejas vecinales por el ruido y el incivismo nocturno han desembocado en un plan para domesticar la zona que, según explica la entidad a este diario, pone el foco en las terrazas, que "no son responsables" de lo que ocurre en el entorno, en plena vía pública.

Jóvenes de fiesta en el Triángulo Golfo. 

Jóvenes de fiesta en el Triángulo Golfo.  / ZOWY VOETEN

El borrador del plan de acción elaborado por el gobierno municipal está en fase de información pública y también cuenta con la firme oposición del sector del ocio nocturno, en tanto que contempla un potencial recorte horario del cierre de los locales si la situación no mejora. La asociación Fecalon también ha alegado en contra.

"Desconexión con la realidad"

En el caso del Gremi de Restauració, Pallarols afirma que al sector le "preocupa la desconexión [del consistorio] con la realidad”, porque “ninguno de los problemas a que se refieren los informes municipales (botellones, incivismo, peleas y agresiones) tienen nada que ver con la restauración". Por contra, de nuevo coloca a las terrazas en el punto de mira, dice.

El colectivo subraya que no es la primera vez que el ayuntamiento "impone restricciones a la restauración para luchar contra problemáticas completamente ajenas". Argumentan que la Guardia Urbana "no señala las terrazas en ningún momento y que ", es obvio que el polo de atracción son las discotecas, a pesar de que el problema es de orden público”. Por ello, Pallarols reclama que se utilice la Ordenaza del civismo como herramienta para apaciguar la zona.

En una nota, el gremio ha pedido este jueves prudencia a los partidos políticos, alertando de que “criminalizar a los negocios de restauración genera frustración y desafección entre las miles de familias que viven de este sector". Y mantiene que el plan tampoco ayuda a los vecinos que sufren las molestias "porque no se incide sobre las verdaderas causas”.