Permisos con trampa

El Gremi de Floristes denuncia que las tiendas cannábicas utilicen sus licencias

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Una tienda de productos cannábicos en Ciutat Vella.

Una tienda de productos cannábicos en Ciutat Vella. / Elisenda Pons

Patricia Castán

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Se registran como floristas pero despachan todo tipo de productos cannábicos, dirigidos especialmente a los turistas. Esa sencilla licencia ha posibilitado que, al amparo de vender "derivados de las plantas" se haya producido una auténtica eclosión de este tipo de establecimientos, en el centro de Barcelona. A raíz de las disparadas cifras de licencias de floristerías que avanzó ayer martes EL PERIÖDICO, el Gremi de Floristes de Catalunya ha denunciado este miércoles que estas se concedan para "actividades comerciales que nada tienen que ver con la venta de plantas y flores" y ha exigido nuevos requisitos para combatirlo.

El coletivo también se queja de que dichas licencias se otorgan a bazares y tiendas de decoración, como complemento a su actividad, en este caso para poder ocupar con productos la vía pública. Un hecho que ha disparado también las supuestas floristerías registradas en el Eixample, entre otros.

Los floristas han reclamado en un comunicado una "revisión de las condiciones" para conceder permisos de floristería "ante la proliferación, muy preocupante, de la demanda" por parte de diferentes tipos de comercios que no se dedican a la tradicional venta que ellos ejercen profesionalmente. El caso de los productos cannábicos es el más llamativo.

La patronal tenía contabilizados 30 establecimientos de flores en Ciutat Vella en 2019, pero en los últimos seis años el ayuntamiento ha concedido 118 licencias, como informó este diario. Ese desajuste se debe en esta zona al 'boom' de los negocios de productos derivados del cáñamo de todo tipo, que se integran en la tendencia al monocultivo turístico que sufre el corazón de la ciudad. En el caso de los artículos cannábicos, Barna Centre denunció hace unos días a las diferentes administraciones irregularidades en su venta, ya que se incluyen productos alimentarios y de bebidas no autorizados sanitariamente, y con potenciales sustancias psicoactivas.

Indignación en la profesión

"En los últimos años hemos visto cómo diferentes tipos de comercios, que no tienen como actividad principal la venta de plantas y flores ni tampoco la formación específica, se aprovechan de unas condiciones demasiado abiertas en la solicitud de licencias para tener más de un epígrafe profesional", ha denunciado el gremio. "Se benefician de una actividad comercial que nada tiene que ver con el epígrafe por el que se pide la licencia", insisten.

En relación al intrusismo profesional, el Gremi de Floristes, fundado en 1880, también señala que "las plantas y flores necesitan estar en fresco y condiciones que muchos comercios no cumplen, lo que genera perjuicios y desconfianza al consumidor".