La falta de arena en las playas de Barcelona obliga a trasladar conciertos y chiringuitos

Barcelona arrastra desde hace años un problema de falta de arena en sus playas. No es ningún secreto, pero poco a poco va notándose de forma más evidente; hasta el punto de que ciertas actividades que antes se hacían en estos lugares han tendido que trasladarse por escasez de espacio.

Es el caso, por ejemplo, del 'Clàssica a la platja', un evento de dos días con conciertos de música clásica organizados por el Gran Teatre del Liceu, L’Auditori y el Palau de la Música Catalana, que tendrán lugar el 20 y 21 de junio. Hasta ahora, estos espectáculos se hacían en la playa de Sant Sebastià, pero en esta ocasión se harán en la del Bogatell por las circunstancias.

Asimismo, el chiringuito Bambú, ubicado en la playa de Llevant, tendrá que pasar otro verano fuera de la arena, al igual que los dos últimos años, tal y como ha detallado Betevé. Antes, el Bambú estaba colocado en la propia playa, como suele ser habitual en un chiringuito. Ahora, poner un establecimiento así en la playa podría perjudicar a los bañistas porque no tendrían hueco para plantar la toalla y la sombrilla en verano; un verano en el que se prevé una gran oleada de turistas con ganas de baño, paella y sangría. Todo un reto para tan pocos metros cúbicos de arena.

Las playas de la ciudad necesitan un importante aporte de arena artificial. Después del temporal Gloria del 2020 y las lluvias torrenciales que se han repetido en los últimos inviernos, y teniendo en cuenta que estas zonas de baño apenas pueden recibir aportaciones sedimentarias de forma natural. Y es que cabe recordar que las de Barcelona son playas esencialmente artificiales, con fecha olímpica, 1992.

Las aportaciones del Ministerio para la Transición Ecológica resultan insuficientes, y desde la Generalitat ya se han resignado. "El nivel del mar subirá y tendremos playas más cortas. Otras playas más pequeñas ganarán arena y algunas desaparecerán", explicaba recientemente Mireia Boya, directora general de Canvi Climàtic, refiriéndose al litoral catalán.

El año pasado, el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (ICM-CSIC) también publicó unas imágenes en las que se podía observar la superficie emergida de las playas de la capital catalana, la rotación de la línea de costa, la erosión causada por los temporales o el aumento de las superficies después de las regeneraciones artificiales.