Medidas ante la sequía
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Patricia Castán
Periodista
Periodista en El Periódico de Catalunya desde 1996. Ha ejercido de redactora y jefa de sección en Gran Barcelona. Especializada en los ámbitos de economía local, comercio, turismo, vivienda, ocio, gastronomía y tendencias urbanas.
Patricia Castán
Con el agua convertida casi en oro líquido, los hoteles más concienciados con la situación de sequía que vive Catalunya y con políticas de sostenibilidad enfocadas en el turismo, empiezan a redoblar esfuerzos para reducir su consumo. En Barcelona, los tres hoteles Yurbban han convertido ese objetivo en un "reto" que plantean al viajero: ducharse en cuatro minutos. Para ponerlo más fácil e incentivar el esfuerzo, colocan un reloj de arena y un cartel informativo en los baños. En paralelo, el Gremi d'Hotels de Barcelona facilita material gráfico a todos los hoteles de la ciudad para que promuevan, ahora más que nunca, ese ahorro de recursos.
"4 minutes shower challenge", reza el letrero, que ilustra en los Yurbban Passage, Trafalgar y Ramblas Boutique sobre la "concienciación" de un consumo "responsable" y acaba sugiriendo: "¿Te animas a intentarlo?". Parten de un estudio de la OMS que estima que la media de tiempo invertido en una ducha diaria es de 10 minutos, con un gasto de 200 litros de agua, y sugiere hacerlo en la mitad de tiempo. "En nuestros hoteles hemos decidido ir un poco más allá e implicar a nuestros huéspedes para que lo hagan en cuatro minutos", explica Javier Díaz, subdirector de los establecimientos y responsable de las áreas de Responsabilidad Social y Sostenibilidad.
Yurbban intenta que sus huéspedes se conciencien y no consuman más de 80 litros al ducharse, y cada vez más hoteles promueven ese ahorro
Con una ventosa, la explicación y el reloj de arena se fijan en la pared junto a la ducha. O se dejan junto al albornoz sobre la cama. Díaz cree que el viajero internacional que puebla sus hoteles está "sensibilizado" sobre el calentamiento global y sus consecuencias, y se sumará al reto que han empezado desplegar estos días con el fin de que cada ducha no supere los 80 litros, en la medida de lo posible. La misma empresa instaló ya hace tiempo grifería con reductores de caudal de agua.
Como ellos, hoteles como la cadena H10, Princess, NH, Me Barcelona u Olivia, entre otros, están desplegando acciones en el mismo sentido de ahorrar agua. En Majestic Hotel & Spa, además de reducir el caudal de sus duchas de efecto lluvia de 40 a 9 litros por minuto, o de las descargas por pulsación, dejan una tarjeta en la mesilla informando a los clientes de que si no necesitan el cambio de sábanas, la depositen sobre la cama para así evitar el lavado para dos días, como es habitual, informa un portavoz.
Más concienciación en el sector
La patronal hotelera distribuye regularmente información que pueden utilizar sus agremiados en el marco de mejorar sus políticas de sostenibilidad. Pero en las últimas semanas ha reforzado la comunicación sobre el problema del agua. Envía carteles en castellano, catalán e inglés donde se sugiere optar por duchas en lugar de baños, se explica cuánta agua se consume al tirar de la cadena para reducir su uso a lo necesario, se pide utilizar un vaso con agua para enjuagar los dientes en lugar de mantener el grifo abierto... Los hoteles pueden utilizar este material o desarrollar el suyo propio que recoja las medidas proactivas. Y preparan nuevas iniciativas.
Por otra parte, diversos hoteleros rechazan la validez de los datos que ha utilizado en las últimas semanas el ayuntamiento sobre el hipotético consumo de agua de un turista, al que se atribuye gastar cuatro veces más que un residente. Critican que estos parte de un estudio de Barcelona Regional de 2016, que además toma como base algunas cifras de 2007, aducen. Sin embargo, en los últimos años, cuando el tema de la crisis climática ha cobrado protagonismo, los hoteles han adoptado cambios sustanciales sobre reciclaje, ahorro energético y de consumos, y demás. Tanto por concienciación ecológica como por ahorro de costes, teniendo en cuenta el auge de los precios de los suministros. Y a nivel tecnológico, a la par que haciendo pedagogía con huéspedes y trabajadores.
En Yurbban, siguiendo el ejemplo, fueron de los primeros en lograr en 2019 el certificado Biosphere que se promueve en la ciudad, con un programa de objetivos medioambientales que desde sus inicios (2015) la marca ya había ido desplegando. En el Passage, los residuos orgánicos (que en un trimestre equivalen al consumo de un banquete para 4.300 personas, cuenta Díaz) se llevan a plantas de compostaje. El resultado es un abono natural que utilizan en todas las plantas de sus hoteles, como muestra de economía circular, y que hasta venden como abono natural en su pequeña floristería ecológica.
También destinan un 0,7% de su facturación (reservas directas) a entidades sociales. Este semestre, a la Fundació Roure, para el taller de costura que en el Raval promueve la inserción laboral de mujeres en situación de vulnerabilidad.
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