Conflicto en el Turó de la Rovira

La masificación vuelve a provocar el desalojo de los búnkers del Carmel

Barcelona anuncia sanciones si siguen los saraos en los búnkers del Carmel

Los vecinos del Turó de la Rovira reclaman que se desalojen cada noche los búnkers del Carmel

Los búnkers del Turó de la Rovira: El mirador que murió de éxito por la basura, el incivismo y la turistificación

Hasta 1.300 personas desbordan las baterías antiaéreas y avivan el conflicto vecinal en un enclave histórico marcado por la turistificación y las molestias para el barrio

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Como era previsible, el Turó de la Rovira ha vuelto a ser uno de los enclaves de Barcelona preferidos por cientos de jóvenes, entre ellos una multitud de turistas atraídos por las recomendaciones de las guías turísticas que elogian a los conocidos como búnkers del Carmel -aunque realmente son unas baterías antiaéreas de la Guerra Civil de alto valor histórico y, por desgracia, en unas condiciones de conservación que no respetan ese legado- como un 'must' para pasar la tarde viendo como la ciudad desemboca en el mar con las últimas horas de luz del día en una de las postales más representativas de la ciudad.

Este viernes, hasta 1.300 personas, según fuentes de la Guàrdia Urbana, se han concentrado en las inmediaciones del Turó de la Rovira, en otra jornada en el que el emblemático enclave y todas sus calles adyacentes se han visto desbordadas -finalmente, el operativo policial ha tenido que desalojar la zona sobre las 20 horas-, transformándose, otra vez, en una pesadilla para unos vecinos que ven con amargura y hastío como cada fin de semana o previa de festivo las baterías antiaéreas se convierten en un polo de atracción turística que llena de ruido, molestias y suciedad un barrio que continuamente ha denunciado ante el consistorio esta problemática y que se ha visto obligado a manifestarse para provocar una reacción desde el estamento político.

Nuevo desalojo de los búnkeres del Carmel

Nuevo desalojo de los búnkeres del Carmel / MANU MITRU

Estas reiteradas y longevas quejas de los habitantes del barrio del Carmel son las que han llevado al Ayuntamiento de Barcelona a ponerse manos a las obras y adelantar el dispositivo policial, inicialmente previsto para el 1 abril y ya en funcionamiento desde marzo, para gestionar el acceso a los búnkeres, cortando el paso a vehículos privados, y actuar para que no se cometan actos incívicos que, en esta ocasión, se han 'castigado' con identificaciones personales, pero sin sanciones.

Tras la reciente amenaza del Ayuntamiento de sanciones y decomisos de equipos de música y luz en el caso de que se siguiesen protagonizando saraos en los búnkers del Carmel, este sábado no ha habido Djs 'amenizando' la velada a los presentes, pero ha continuado el consumo de alcohol en vía pública, esta vez sin latas pero sí con botellas de vidrio.

A punto de acabarse las obras de vallado que permitirá cerrar por la noche las baterías antiaéreas, y que tantos recelos ha suscitado entre los vecinos -temor a que, como ocurrió el pasado fin de semana con el anterior desalojo, los turistas acaben dispersándose por el barrio e 'invadiendo' otros lugares emblemáticos como el Turó del Carmel o la Creueta del Coll-, la concejala de Horta-Guinardó, Rosa Alarcón, ha admitido que es un problema que no se podrá solucionar a corto plazo, ya que considera que la solución definitiva pasa por lograr un "cambio de hábitos" en los visitantes.