Medidas municipales

Barcelona prohibirá regar céspedes y jardines privados por la sequía

El concejal Eloi Badia explica los cambios en la ciudad por la fase de excepcionalidad dictada por la Generalitat

Un brazo de niebla matinal entra en Barcelona por el cauce del río Besòs

Un brazo de niebla matinal entra en Barcelona por el cauce del río Besòs / Alfons Puertas / Observatori Fabra / RACAB

Toni Sust

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Los barceloneses no sufrirán por ahora nuevas restricciones llamativas de agua, dentro de las medidas contra la sequía, en su día a día más allá de los que tengan jardines privados, que no podrán regar, y piscina, que no podrán vaciar y llenar. El cambio más significativo que verá la ciudadanía es que el ayuntamiento dejará de regar el césped de la capital catalana, lo que ahora se hace con agua potable en un 80% y con freática en el 20% restante. Como solo se puede emplear la freática, el consistorio dejar de regar su verde y solo lo haré en los casos de arbolado y plantas arbustivas.

Sí que tendrán riego los árboles y arbustos, aunque mediante métodos gota a gota o manuales, con lo que se espera ahorrar un 50% de agua. Desde noviembre ya no se podían llenar fuentes ornamentales ni piscinas y ahora tampoco se podrán vaciar piscinas privadas. La limpieza en las calles se mantiene prácticamente igual porque utiliza agua freática, es decir, no potable. Los campos de futbol quedan exentos de la nueva limitación de riego de céspedes.

Una ahorro efectivo

El concejal de de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia, que ha precisado cuál es la afectación para Barcelona del decreto aprobado por la Generalitat este martes, que afecta a 5,9 millones de catalanes y 224 municipios. Localidades que este miércoles pasan a la fase de excepcionalidad, el último eslabón antes de la emergencia. Las zonas afectadas son las cuencas de los ríos Ter y Llobregat (abastecen a varias comarcas de Barcelona y Girona) y del acuífero Fluvià-Muga (Empordà).

Badia ha asegurado que la labor hecha por las administraciones desde la sequía de 2008 ha permitido afrontar mejor la actual, que es, ha dicho, la más severa del siglo XXI. La mitad de la que ahora empleamos, ha relatado Badia, es en un 50% agua desalinizada y en otro 50% regenerada. Es decir, que se afronta la dificultad hídrica con el doble de recursos que hace 15 años.

Consumo por persona

El consumo de agua por barcelonés ha bajado de 2008 a ahora de 113 a 106 litros por día, y si se computa la actividad económica, de 170 a 153. Como el límite por persona que fija el decreto es de 230, no es necesario limitar de momento la cantidad de consumo. Es, ha recalcadlo, una labor colectiva que ha permitido una reducción significativa. La media española está en 140 litros por persona y día.

Tras 29 meses de “régimen pluvial de sequía”, Barcelona afronta por ahora pocos cambios, que en cambio, ha explicado Badia, serán más duras en los municipios que si están en 280 o 300 litros por persona y día de consumo. Alguno, ha precisado sin citarlo, está en el Área Metropolitana.

Las calles

Más allá de no regar el verde, la limpieza de las calles cambiará. Habitualmente se hace con un 80% de agua freática y un 20% de potable. La parte potable será cambiada por freática. La restricción no afectará a campos de deporte federado, que podrán regarse pero con un 40% del uso de agua habitual. Los juegos de agua no podrán abrirse si no mejora la situación.

En noviembre el consistorio ya tuvo que aprobar una batería de restricciones, previstas en la fase de alerta del protocolo por sequía en la capital catalana. Entre otras limitaciones, prohibió regar los jardines privados más de dos días por semana, así como llenar con agua potable fuentes ornamentales y lagos artificiales.