Informe anual

El Síndic de Barcelona insiste en pedir espacios donde hacer botellón bajo control

Reclama también medidas contra el ruido nocturno, acelerar la retirada del amianto y más prevención contra la violencia sexual

Imagen de archivo de un botellón.

Imagen de archivo de un botellón.

Jordi Ribalaygue

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Las propuestas de ocio que se ofrecen a jóvenes y adolescentes para que socialicen “son las grandes olvidadas de las políticas públicas”. Lo advierte el Síndic de Barcelona, David Bondia, sobre quien cayó un chaparrón de críticas del sector del ocio nocturno y de partidos como el PSC, ERC, Cs y Junts por proponer hace casi un año que se habilitaran espacios en la ciudad donde se tolere el botellón, siempre que fuera bajo condiciones de seguridad y con servicios que adviertan del riesgo del consumo excesivo de alcohol. El defensor del pueblo barcelonés insiste ahora en la idea, que ninguna formación ha adoptado.  

El balance anual de la Sindicatura de Greuges sitúa la “falta de oferta de espacios y actividades de ocio gratuitas y seguras” como uno de los problemas de la juventud en Barcelona. Como remedio, recupera la premisa que fue despreciada por una parte de las fuerzas del ayuntamiento e ignorada por el resto. 

El informe recomienda “señalar espacios recomendados donde se puedan llevar a cabo acciones de ocio nocturno en el espacio público en ubicaciones que no generen molestias al vecindario”. Dicho a las claras, se trata de zonas distanciadas de viviendas para beber y hacer fiesta sin perturbar el descanso de los vecinos, uno de los estorbos que Bondia incluye en un decálogo de asuntos candentes de la ciudad en los que enumera posibles soluciones.

Eso sí, el dictamen del organismo fiscalizador del consistorio plantea que se adecúen lugares para que los jóvenes se diviertan “sin que adquieran la forma de botellódromos”. Es la etiqueta que ya se colgó a la medida cuando trascendió por primera vez, por lo que el matiz se antoja ahora una réplica preventiva a quienes pretendan ridiculizar la sugerencia de nuevo. 

Bondia ha comentado que la sindicatura no ha buscado espacios donde emplazar esos botellones regulados. "¿Si el ayuntamiento los está buscando? No nos conta", ha añadido. En todo caso, el síndic ha opinado que algunos de los aderezos con los que revistió la controvertida propuesta sí se han implantado en grandes eventos en los últimos meses, como la instalación de puntos lilas contra las agresiones sexuales, los servicios para concienciar sobre los efectos del alcohol y las drogas, el refuerzo de limpieza o itinerarios seguros para prevenir la violencia machista.

Igual que hace un año, Bondia plantea que los espacios para que los jóvenes se congreguen por la noche sean “accesibles”, “seguros” y ofrezcan “la información y la confianza necesarias”. La Sindicatura de Greuges también hace mención a las quejas por las secuelas que se asocian al botellón, como el bullicio y la suciedad. La adjunta al síndic, Eva G. Chueca ha abogado por otorgar a los jóvenes "un papel protagonista para establecer alternativas que puedan funcionar”. A su vez, el informe aconseja “fomentar programas de tiempo libre alternativos” y "abrir equipamientos por la noche" para brindar entretenimientos “menos vinculados con el ocio nocturno tradicional”.   

Escenarios móviles

El dictamen de la Sindicatura de Greuges urge a tomar medidas contra el ruido por suponer un daño a la salud. Además de las causadas por las jaranas a deshoras en la calle, Bondia ha recibido también quejas por el estorbo al descanso que se achaca a las actuaciones musicales en las fiestas populares. Al respecto, idea como apaño “variar el emplazamiento de los escenarios para no afectar siempre al mismo vecindario”.

Caso aparte son los vehículos de limpieza, estridentes a juicio de algunos vecinos que han acudido a la Sindicatura de Greuges, incomodados porque les desvela durante la retirada nocturna de basura. En ese sentido, Bondia solicita que se estudie “avanzar el horario de recogida de los residuos”. También insta a que el ayuntamiento sea diligente en resolver expedientes disciplinarios por contaminación acústica para “evitar afectaciones más graves en la salud”.

La amenaza del amianto

Otra amenaza insalubre es el amianto, extendido con la construcción durante décadas y que, al deteriorarse y desprender polvo, alienta el peligro de provocar alteraciones respiratorias crónicas y cánceres de pulmón y pleura. La Sindicatura de Greuges tiró de las orejas al gobierno municipal en 2021 por demorarse en elaborar un censo sobre la presencia de la sustancia tóxica que sigue instalada en edificaciones públicas. El inventario debería haberse cerrado antes de las elecciones municipales de 2019. 

Ahora, el ente reconoce “esfuerzos” para localizar cubiertas de fibrocemento, fabricadas con amianto. No obstante, avisa que se deben “acelerar los trabajos de diagnosis del estado de este material para programar las actuaciones necesarias que permitan una ágil eliminación”. Destaca que es apremiante erradicarlo en “centros educativos, sanitarios o de concurrencia pública”.

La decaída de la atención presencial

Chueca ha alertado de que se detectan "esfuerzos insuficientes" para erradicar la violencia sexual y los abusos, por lo que ruega más prevención en centros educativos y reparación a las víctimas. También observa "margen de mejora" en la accesibilidad de personas com discapacidad en parques infantiles, transporte público y en oferta de deporte inclusivo. A su vez, el organismo insta a incrementar la presencialidad en los servicios sociales tras la decaída del covid, mitigar la pobreza energética, agilizar el empadronamiento para personas sin techo en el conjunto del área metropolitana y auxiliar a los jóvenes inmigrantes que han llegado solos cuando quedan fuera del circuito de atención a menores cuando alcanzan la mayoría de edad.

El grueso de las críticas que el síndic tramita se refieren a la lenta burocracia de la administración, sobre todo por lo que se refiere a la concesión de licencias y la respuesta a instancias. La institución propone dotar de más plantilla a los distritos y las oficinas de atención ciudadana.

La Sindicatura de Greuges tramitó 556 quejas en 2022, inició 31 actuaciones de oficio y prestó 957 asesoramientos. A su vez, dirigió 459 resoluciones a organismos municipales. El Eixample fue el distrito donde la oficina del defensor del pueblo barcelonés más intervino: acapara el 18,6% de las gestiones del año pasado. Los trámites ante el ayuntamiento, las peticiones a servicios sociales, cuestiones de movilidad o el acceso a la vivienda sobresalen entre los asuntos que recogen más demandas y malestar.