El tercer sector pone el foco en proteger a mayores y migrantes: "No pueden vivir en BCN"

Las desigualdades en la metrópolis de Barcelona, especialmente en lo que se refiere a personas mayores y migrantes, han sido este 14 de febrero el elemento central de una conferencia de Llum Delàs, presidenta de la Fundació Roure, en la sede de Foment del Treball. La charla ha tenido lugar en el marco del ciclo de encuentros organizados por 'RethinkBCN', Societat Barcelonina d'Estudis Econòmics i Socials.

El acto, presentado por Felipe Campos, consejero delegado de Aigües de Barcelona y director de Acció Social d'Agbar, y conducido por la periodista Glòria Marín, ha permitido a Delàs mostrar, de forma detallada, las crecientes desigualdades que padece Barcelona y sus alrededores.

También ha servido para mostrar el agradecimiento por parte del tercer sector a las empresas, afirmando que "el odio a la riqueza es un eslogan que se va repitiendo, pero que no ayuda al tercer sector. Nunca estaremos en contra de la riqueza, la necesitamos".

Esta riqueza contrasta con la parte más vulnerable de la sociedad, protagonista de la conferencia de Delàs, y la cual cada vez "está más empobrecida", según la presidenta de la Fundació Roure.

Para Delàs, los principales culpables son la COVID y la globalización. La primera, por haber abofeteado a la población vulnerable; la segunda, por homogeneizar la sociedad: "La globalización entiende la sociedad como un todo, y eso es un error, la sociedad no es homogénea, no todos somos iguales", explica Delàs.

Proteger a mayores e inmigrantes

Llum Delàs ha puesto el foco en la inmigración y el trato a las personas mayores. Sobre estas últimas, Delàs considera que la pandemia las desterró y las dejó "sin derechos". El tercer sector, apunta Delàs, "tuvo que salir al rescate" de esta parte de la población durante el confinamiento, considerándose un sector esencial para poder seguir ayudando a este colectivo vulnerable durante los meses que debieron permanecer encerrados en casa.

En el tema de la inmigración, Delàs ha sido muy crítica, pese a que no ha señalado a nadie personalmente: "¿España contenta de acoger inmigrantes? Si luego los tienen tres años sin poder trabajar. Esto implica el fomento de la delincuencia, drogas, abuso… Y si alguna empresa les ofrece trabajo, les multan". 

Sin vivienda pública

Una vez superado el problema del trabajo, el tercer sector se encuentra con otro de los grandes problemas de la metrópoli de Barcelona: el precio de la vivienda. "En Barcelona no pueden vivir. No hay vivienda pública. ¿Quién puede tener una vivienda de alquiler por mil euros?", protesta Delàs.

Ante la incerteza de no encontrar trabajo y, posteriormente, no encontrar hogar, Delàs reivindica el papel importante del tercer sector ante estas situaciones: "La proximidad es crear un vínculo con esa persona, ayudarla y estar con ella hasta que sea autónoma; no queremos cronificar pobrezas", ha concluido Delàs.