Movilidad sostenible

Barcelona mantiene su subvención del 20% al transporte público durante todo 2023

Congelar las tarifas y mantener las ayudas tendrá un coste de 114 millones de euros para la ATM, que mantendrá la bonificación de la T-Usual y la T-Jove

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t-mobilitat / Ricard Cugat

Carlos Márquez Daniel

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A menos de 15 días para que termine el 2022, los usuarios del transporte público todavía no saben qué tarifa pagarán a partir del año próximo. Sí saben de este lunes, los viajeros del ámbito de Barcelona, que los precios se congelan, y que la bonificación que pagan las Administraciones catalanas para los títulos más recurrentes (T-Usual y T-Jove) se mantiene. Es decir, un 20% de descuento. Está por definir, aunque se intuye, el 30% que añade el Gobierno de Pedro Sánchez desde que el 1 de septiembre empezó esta nueva era de ayudas al transporte colectivo.

La medida ha sido aprobada este lunes en el consejo de administración de la Autoritat del Transport Metropolità (ATM), que también ha ha decidido prorrogar a todo el próximo año la citada bonificación del 20%. Esta decisión tendrá un coste de 114 millones de euros, 80 para las ayudas y 34 para la congelación. Un dinero que deberán asumir los socios de la ATM: Govern (51%), Ayuntamiento de Barcelona (25%) y Área Metropolitana de Barcelona (AMB, con el 24%). La situación económica de este ente, sin embargo, dista de ser ideal, pues el dinero que el Estado debe derivar a la ATM para que la haga llegar a los operadores sigue sin cruzar el Ebro. Se supone que todo se pondrá en su lugar, pero a día de hoy no acuerdo sobre lo que el Gobierno debe pagar a Catalunya en concepto de subvención de transporte público. Las regiones que han aceptado la cifra ofrecida ya están cobrando. Al haber presentado alegaciones, Catalunya deberá esperar a que se resuelvan.

Una joven trata de adquirir un título de transporte en el metro de Barcelona

Una joven trata de adquirir un título de transporte en el metro de Barcelona / Elisenda Pons

Si el Consejo de Ministros de esta semana o de la que viene decide prorrogar las ayudas del 30% (la gratuidad de Renfe ya se aprobó semanas atrás), los precios serán exactamente los mismos que hemos tenido desde septiembre. Si no es así, el ATM sí mantendrá igualmente su 20% para esos dos títulos de transporte, pero la T-Casual se quedaría sin el 30% que aplica el Estado. Lo más probable es que todo siga igual, y que los billetes que ahora deberían caducar el 15 de enero por estar sujetos a las ayudas queden prorrogados hasta 31 de diciembre. Recuerden: estamos en año de elecciones municipales y generales.

Más viajeros

La teniente de alcaldesa de Urbanismo, Janet Sanz, ha recordado que el uso de la T-Usual ha crecido un 300% respecto a septiembre de 2019, mientras que la T-Joven ha aumentado un 55% (son los títulos que premian la recurrencia). Respecto a 2021, los viajeros en metro y bus de Barcelona se han disparado un 16%. Pero mientras el subterráneo se acerca a los registros precovid, al bus todavía está al 90% de los solía llevar antes de la pandemia.

Usuarios del metro, el pasado mes de septiembre.

Usuarios del metro, el pasado mes de septiembre / Jordi Otix

Según Sanz, el 5% de los nuevos usuarios de transporte público iban antes en coche, dato que puede darse como bueno, pero sin olvidar que el otro 95% suele venir de la movilidad activa. Según los cálculos municipales, además, se han ahorrado 100.000 desplazamientos diarios en coche. Una cifra que llama la atención, puesto que Trànsit aseguraba hace escasas semanas que la circulación en los accesos solo ha caído un 0,4%. No contaban, es cierto, los movimientos internos.

Baño de realismo

Laia Bonet, presidenta de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) ha celebrado la medida pero no ha orillado la situación delicada en la que se encuentra la ATM. "La calidad del servicio la tenemos garantizada. Cómo mantener a medio y largo plazo estas tarifas es una cuestión que mantenemos abierta". Eso tiene un nombre y lo sabe todo el mundo: financiación pública. Si las Administraciones implicadas se comprometen y pagan, todo irá bien. A la que una empiece a flaquear, mala costa para la ATM. Mala cosa para el transporte público.

Pere Calvet, director de la ATM, lo resumía con estas palabras el 14 de septiembre en un primer balance sobre las bonificaciones: "Un transporte público eficiente y de calidad pasa por estar dotados de los recursos ordinarios para hacer frente a los gastos que tenemos. Si disponemos de ellos, cualquier otra medida me parece perfecta. Si no, nos causará un problema importante de gestión".