Colectivos vulnerables

Barcelona abre la puerta a las mascotas de las personas sin hogar

"No puedo separarme de mi perra", explica Domingo Francisco, el primer usuario del albergue de la Zona Franca que ha podido convivir con su perra

El ayuntamiento firma un convenio con el Colegio de Veterinarios para ofrecer tratamiento a la cuarentena de personas que viven con sus perros en la calle

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barcelona/IMG_1731.JPG / Ayuntamiento de Barcelona

Elisenda Colell

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En marzo de 2021 se quedó en la calle. Domingo Francisco vivía solo en un piso que no podía pagar y le desahuciaron. Su única compañía era su perra Bea, rescatada de una perrera tres años atrás. "Cuando te quedas sin casa tienes que deshacerte de todas tus cosas... pero de ella no podía, me da abrazos, me cuida... me ayuda a seguir adelante", explica el hombre. Finalmente, Domingo ha acabado viviendo en el albergue municipal de la Zona Franca de Barcelona junto a su perra en una habitación individual. Es la primera persona sin hogar con quien se ha aplicado el cambio de los protocolos del ayuntamiento de Barcelona, que hasta entonces impedía que los animales pudieran entrar en estos establecimientos.

Cuando tuvo que abandonar su hogar, Francisco acabó viviendo en un coche. "La asistenta social me dijo que podía ir a un albergue, pero sin la perra. Pero yo no me quería separar de ella, es lo único que me quedaba", cuenta. Estubo 42 días viviendo en el vehículo, adentrado en el Parque Natural de Collserola. "Fue un infierno", sincera. Fue precisamente el día 43 del infierno cuando se le abrió una oportunidad única. "El coche se había estropeado y me quedaba en la calle de verdad", sigue. Pero su trabajadora social de referencia le propuso una opción que jamás antes había logrado: podía entrar en el Centro de Acogida Residencial de la Zona Franca, uno de los albergues con más camas y diversidad de usuarios de la ciudad.

Evitar la separación

"Era todo un reto... era la primera vez que lo hicimos, había muchos nervios de cómo se adaptaría la perra, Domingo y todo el resto de personas que conviven aquí", cuenta Carlos Prieto, referente de Domingo y educador social del centro. Primero el ayuntamiento desparasitó a la perra, la castraron y pasó varias revisiones. Luego, establecieron un plan de horarios. "Las personas que viven aquí tienen un regimen de horarios muy estrictos, teníamos que hacer nuevos circuitos para la perra para que no hubiera conflictos", sigue Prieto. Al cabo de unos meses, la respuesta no podía ser más positiva. "Creo que se ha de incorporar a las mascotas de las personas sin hogar porque en muchos casos es su único vínculo. Son personas que en muchos casos han roto relaciones con sus familiares, se encuentran muy solas, y sus mascotas son muy importantes para ellos. Se tenía que haber hecho antes: muchas personas se han tenido que separar de sus animales o no han venido a los albergues y se han quedado en la calle", sigue.

Según los datos del ayuntamiento, una cuarentena de perros viven en el raso junto a sus propietarios, según ha detallado la concejala de Derechos Sociales, Laura Pérez. Son el 4% de las personas sin techo de la ciudad. "Los vínculos con los animales son fundamentales para la recuperación de estas personas, no queremos que el hecho de tener animales sea un impedimento para acceder a los albergues o las soluciones aportadas por servicios sociales", ha explicado. Lo ha dicho en la rueda de prensa de este viernes, en la que el consistorio ha llegado a un acuerdo con el Col·legi de Veterninaris de Barcelona para permitir la atención sanitaria gratuïta de todas estas mascotas.

El plan, que tiene un coste de 22.000 euros, permitirá atender más de 60 perros callejeros. "Cualquier persona sin hogar que vaya a los servicios sociales podrá acceder a estos servicios. Destinaremos un coordinador que les buscará un centro veterinario lo más cerca posible que visitará estos animales", ha contado Ricard Adán, miembro de la junta del 'col·legi'. "Hace un año que estamos desparasitando, vacunando y colocando chips a un centenar de mascotas de personas en situacion de emergencia social. Pero queremos ir más lejos y atender esta realidad de las personas sin hogar", ha explicado la concejala Laia Bonet, responsable entre otras cosas, de bienestar animal en el consistorio.