Hallazgo escultórico

Hercúles recupera el lugar que Calígula le ‘robó’ en el Palau de Pedralbes

El buen ojo del fotógrafo Pere Vivas permite descubrir en un almacén una cabeza perdida un siglo, obra de Rossend Nobas, que coronaba una fuente de Gaudí

En lugar de la pieza, quizá ocultada tras la guerra civil, se colocó un busto del emperador romano que descansaba en un sótano de la antigua Finca Güell

hercules

hercules / .

Toni Sust

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El fotógrafo Pere Vivas participaba el pasado 31 de mayo en una visita a los almacenes del centro de mantenimiento municipal que lleva el nombre del que fuera concejal barcelonés Josep Maria Serra Martí. Vivas acudió al lugar con otras personas para comprobar en qué estado estaba las puertas que el arquitecto Antoni Gaudí diseñó para la Casa Larrard, en el Park Güell. Paseando entre esos objetos del pasado, destapó un busto y en seguida se dio cuenta de que era idéntico al que había visto en una foto de una de las fuentes que Gaudí construyó en la antigua Finca Güell, el actual Palau de Pedralbes: la Fuente de Hércules.

De hecho, la pieza que regresará a su emplazamiento inicial será una reproducción; la auténtica se quedará en el MNAC

Es considerablemente meritorio que Vivas identificara tan rápidamente esa cara, que por cierto podría ser la del propio Gaudí, pero esa es otra historia, que llegará al final. Es meritorio porque solo se conservaba una foto de la fuente original, con Hércules encabezándola.

Imagen frontal del Hércules que coronó la fuente de Gaudí en Pedralbes.

Imagen frontal del Hércules que coronó la fuente de Gaudí en Pedralbes. / Pere Vivas

La cabeza y la foto

Eso cuenta el Ayuntamiento de Barcelona al dar a conocer, incluido un texto muy completo del geógrafo urbano, profesor y escritor Josep Liz, la historia de una cabeza que ha pasado por lo menos casi un siglo desaparecida. Joan Bassegoda, el que fuera director de la Reial Càtedra Gaudí, fallecido en 1992, explicó que quién le facilitó la foto fue el hijo de un antiguo mayordomo de los Güell, de apellido Arbestain. En la imagen aparece junto a la fuente una niña, quien sabe si integrante de la familia Güell, propietaria de la finca hasta que la entregó a la Familia Real, a principio de los años 20 del siglo XX. Después, tras la proclamación de la Segunda República y el exilio de Alfonso XIII, pasó a ser de propiedad pública.

Bassegoda no hizo alusión al autor de la estatua: ni en la foto ni en otra documentación aparecía su nombre. Por su parte, Carme Hosta, arquitecta técnica y responsable de la conservación del arte público en Barcelona, comprobó que la cabeza llevaba la firma del escultor Rossend Nobas, y la fecha de 1884. Pero pese a que se conocieran esos datos, no se sabía que ese Hércules venía del Palau Reial.

Fuente de Hércules, en el Palau Reial, con Calígula ocupando el espacio que inicialmente correspondía a Hércules.

Fuente de Hércules, en el Palau Reial, con Calígula ocupando el espacio que inicialmente correspondía a Hércules. / Pere Vivas

Aunque no está claro, la cabeza de Hércules pudo haberse retirado al finalizar la Guerra Civil, en 1939, como tantas otras estatuas que acabaron en un almacén o bien antes, cuando el Gobierno de la República, evacuado ya Madrid, instaló su sede temporalmente allí donde los Güell tuvieron su finca. Junto con otras muchas piezas, la cabeza acabó en un almacén de la calle de Wellington, del que se tapiaron todas las salidas. Con los años, ese contenido pasó a otro local, en la calle del Ciervo, para terminar en el citado Centro de Mantenimiento Serra Martí.

Del héroe al depravado

Resulta algo llamativo, a toro pasado, que alguien, en 1984, decidiera echar mano de un repuesto. Según relata el consistorio, la propia fuente de Gaudí quedó en el olvido hasta 1983, 99 años después de que fuera construida: el arquitecto municipal Ignasi Serra la restauró. Y un año después, se decidió coronarla con un busto que estaba en un sótano del Palau Reial, del emperador romano Calígula.

No es cuestión de simplificar, pero atendiendo a la fama que les ha deparado la posteridad, con el peso potencial de ficción que hay en ello, la operación suponía cambiar a un héroe mítico por un depravado sexual amigo de asesinar sus rivales políticos y a familiares, valga la redundancia.

Tras ser encontrado, el busto fue analizado por Alex Mesalles, restaurador del Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), que concluyó que la pieza tiene unas medidas de 103 centímetros de alto, 67 de ancho y 46 de fondo, y pesa 476 kilos. Está hecha de gres rojo, del tipo Buntsandstein, que coincide con los medallones laterales de la base que lleva 37 años sosteniendo a Calígula. Está en buen estado, excepto en el caso de la visera del casco, perdida, y algunos rasgos de la cara. El busto ha sido restaurado durante octubre pasado por la empresa Arcovaleno Restauro SL.

El busto de Hércules recuperado en un almacén.

El busto de Hércules recuperado en un almacén. / Pere Vivas

El busto de Hércules, el original, no regresará al Palau Reial. Se quedará en el MNAC, donde podrá verse en el contexto de una exposición sobre Gaudí. Al antiguo terreno de los Güell se llevará una reproducción, que aleje de donde no debió ser colocado a Calígula, tercer emperador romano, hijo de Germánico y Agripina, muerto hace 1980 años, en el 41, y sucedido por su tío Claudio.

El rostro del arquitecto

La historia tiene una última incógnita que, informa el ayuntamiento, está siendo investigada con técnicas de fotogrametría. Del análisis hecho por Mesalles se ha concluido que para hacer el busto de Hércules se hizo primero una figura en yeso a partir de la cual se realizó la copia en piedra. Eso abre la puerta a que se empleara un modelo humano. Dice Liz en su texto que Gaudí, que recurría a obreros y colaboradores para ejercieran de modelos en otros casos, podría ser la cara que sirvió de base para que Nobas hiciera su Hércules. Es un debate interesante, en el que debería tenerse en cuenta el estudio que se hizo sobre una de sus fotografías de joven, de 1878, seis años antes de que el Hércules del Palau Reial fuera esculpido.

Suscríbete para seguir leyendo