Barceloneando
Los nuevos museos del postureo de Barcelona
Carnaza fresca para Instagram y TikTok. Estos son los nuevos destinos de peregrinaje selfi: The Chocolate Factory y la hipnotizante 'Diamond Matrix' del Moco Museum
Ana Sánchez
Periodista
En vez de “¿cómo estás?”, a ella le preguntan “¿que has hecho qué?”. No sabe cocinar, pero sí tirar hachas. Si le haces una pregunta retórica, lo más probable es que la responda. Autora de ‘Barcelona increíble’ (Ediciones B).
Un paseo por aquí le endulzaría la vida hasta a Koeman. Da caries solo de echar un vistazo. Se ven casitas de chocolate, 'cupcakes' gigantes con purpurina, muros de chicle, 'chocotronos', montañas de nubes de azúcar. Dos minutos y te entra más querencia por los chuches que a Rajoy.
Carnaza fresca para 'influencers'. Otro destino de peregrinaje selfi. Nuevo imán de 'tiktokers', 'instagrammers' y demás especímenes fotogénicos de redes sociales. Acaba de abrir The Chocolate Factory (Buenaventura Muñoz, 6). Una fábrica a lo Willy Wonka de postureo. Microcosmos de chocolate de pega con 6 salas temáticas en las que poner morritos bajo la mascarilla por encima de tus posibilidades.
“Choco de tronos”, anuncia un cartel sobre un asiento regio a lo 'Juego de tronos' versión chocolatera. Sí, aquí cualquiera puede marcar tableta delante del móvil. Tableta de chocolate. Depende de la hora, te encuentras 'millennials' postureantes o familias con niños deseando un subidón de azúcar. Se hacen más fotos por segundo que en la casa de las Kardashian. Unos pasos y te topas con una pared de piruletas. Un par más, y te salen alas de caramelo. Hay piscina de bolas, 'cupcakes' elásticas sobre las que saltar, un muro de chicle donde siempre hay gente pegada. Sabe a poco decir “pa-ta-ta”.
“¡Todos los prejuicios los dejamos fuera!”. Te van guiando de sala en sala los obreros de la fábrica. Son los de los cascos con gominolas incrustadas. “Exposición teatralizada”, la define su ideólogo. Es un paseo de 45 minutos entre guías peliculeros, chascarrillos de chocolate y regalos azucarados.
La última moda selfi
“La gente le pega bocados a las cosas”, asegura Jordi Serra. Es el director creativo de esta Chocolate Factory. 39 años. Ninguna caries, promete. Tampoco se le ven parecidos razonables con Willy Wonka. Él viene del mundo del teatro y del musical. ¿Su objetivo? “Sorprender”, responde. ¿Por qué una fábrica de chocolate? “El dulce gusta a todo el mundo”, se encoge de hombros. “El chocolate atrae mucho”.
No, a nadie le amarga un dulce. Y menos si es instagrameable. Es la última moda selfi. El año pasado ya se instaló en la cúpula del centro comercial Arenas El Museo Más Dulce del Mundo, con donuts formato columpio y ositos de gominola tamaño selfi. En Madrid han abierto este año un Sweet Space.
The Chocolate Factory se estrenó en marzo en Madrid. Allí estuvo 4 meses, con casi 17.000 tíquets vendidos, detallan desde la productora, Fever. El viernes pasado las gominolas gigantes se mudaron a Barcelona. Hasta Navidades, prevén. Este fin de semana abrirá otra fábrica de chocolate fotogénica en Londres. El 17 de noviembre, en París.
El Matrix de diamantes
No es el único 'hot spot' de Barcelona del que se han apropiado instagramers y tiktokers. Hay otro 'hashtag' que lleva días echando humo en las redes: #MocoMuseum. Las 'influencers' ahora se graban haciendo rutas en TikTok por este nuevo museo de arte moderno y contemporáneo. Abrió hace apenas dos semanas en el antiguo palacio Cervelló del siglo XVI (Montcada, 25). La estrella de los selfis es su hipnotizante Diamond Matrix, de Studio Irma. En el Moco Museum de Ámsterdam ya hay quien lleva a la sala varios cambios de ropa. Según entras, se te queda la misma cara de embobado que al ver la factura de la luz.
Te reflejas entre cientos y cientos de diamantes iluminados, uno de los materiales más fuertes de la tierra, detalla el cartel informativo. “Celebra tu brillo indestructible”, te anima antes de entrar. Son 12.000 bombillas sincronizadas con música envolvente. Tardaron cuatro meses en construirla. Sí, cuesta salir.
Los otros 'hits' del museo en Instagram: el “sofá mejor amigo del hombre”, el de peluches de Snoopys de KAWS, y el icónico cuadro garabateado con el ‘home sweet home’ de Banksy. Se recomienda regodearse en las obras sin tirar de móvil. Hay más de 40 piezas con pedigrí: Andy Warhol, Jean-Michel Basquiat, Salvador Dalí, Damien Hirst, Keith Haring.
No son los únicos destinos a los que peregrinar con palo selfi. Hace más de un año que abrió The Set Lab. Una escuela de postureo en toda regla. «El primer espacio creativo de fotografía para usuarios de redes sociales», definían entonces sus creadores. Incluso un instagrammer de gama baja acabaría con complejo de Dulceida: son más de 20 sets en 150 laberínticos metros cuadrados. Aun con pandemia de por medio, han inaugurado dos locales más, en Leganés y en Madrid. Ya han superado los 20.000 visitantes entre los tres centros, incluida buena parte de 'La isla de las tentaciones'.
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