ESTUDIO DE FOTOS PARA INSTAGRAMMERS Y TIKTOKERS

Abre en Barcelona una escuela de postureo

La llaman "The Selfie-Taking Experience". Hacerse selfis ha pasado a ser una experiencia. Esto es The Set Lab. "El primer espacio creativo de fotografía para usuarios de redes sociales", se proclama

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Ana Sánchez

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Uno aquí se siente más observado que Bárcenas. Entran ganas de decir «pa-ta-ta» compulsivamente. Según cruzas la puerta, te dan palo selfitrípode, hasta un aro de luz desde donde autoacribillarse a fotos sin que parezca que estás bailando el 'Gangnam style'. Una influencer lloraría de la emoción aún más que la Pantoja en 'Idol Kids'. Es el nuevo imán de tiktokersinstagrammersmusers y demás especímenes fotogénicos de redes sociales. «The Selfie-Taking Experience», la llaman. Se podría traducir como «el postureo máximo». Hacerse selfis ha pasado oficialmente a ser una experiencia en sí misma. 

En la puerta se lee <strong>The Set Lab</strong> (General Álvarez de Castro, 6). «Estudio de fotos interactivo», intentan definir sus ideólogos. «El primer espacio creativo de fotografía para usuarios de redes sociales», se proclaman en la nota de prensa. «Lo explicas y la gente no lo entiende –se encogen de hombros–. Hasta que no vienen aquí». 

Y aquí estás. Ondeando el palo selfi con el mismo ímpetu que si estuvieras en una batalla de 'Juego de tronos'. En 30 segundos te quedarás en bolas. Solo literalmente. Hay una piscina de bolas con nubes de algodón. Cinco minutos en formato chikipark y pasas por inercia al posado influencer. Morritos, felicidad de pega, algún 'pataky' por encima de tus posibilidades. Clic, clic, clic. Das un paso y apareces en una mini sala de fiestas llena de confeti que tirarse por encima. Dos pasos más y estás metido en un carrito de súper flanqueado por cajas de cereales (el paraíso 'instagrammeable' de los 'centennials'). 

Hay más de 20 sets en 150 laberínticos metros cuadrados. Clase con pizarra. Túnel de neón. Caramelos gigantes. Jardín vertical. Un oso de peluche de metro y medio. Incluso un instagrammer de gama baja acabaría con complejo de Dulceida. Tienes una hora de estudio por 15 euros, aparte de talleres de fotografía y de posados. 

«La gente –se ríe Alba– se pierde por dentro». Alba Prat, 31 años, es una de los cuatro socios de The Set Lab. Es quien diseña los decorados. «La idea era crear un local fotografiable en todo su perímetro –explica–. Esta pared, el suelo, incluso la escalera». 

La pregunta recurrente: "¿Me puedo hacer fotos desnudo?"

En Instagram lo etiquetan como #selfiemuseum. «Interactúas con lo que te vas encontrando  y de ahí te haces tus selfis», justifica Víctor. Como un museo de las ilusiones. Pero aquí la ilusión es ganar 'likes'.

 Víctor Martínez, 35 años, es otro socio del estudio. Cumplió años el día en que se declaró el estado de alarma. Era cuando iba a abrir The Set Lab. El covid pospuso la inauguración a junio. En tres meses, calcula, han desfilado entre sus decorados un millar de personas. Veinteañeros, sobre todo. Alguna tiktoker con millones de seguidores. Mucha bailarina. «De 'Operación Triunfo' han venido casi todas», asiente Víctor.  

La pregunta recurrente: «¿Me puedo hacer fotos desnudo?». Les ha sorprendido la cantidad de gente que se lo pide. Se puede, les responden, pero hay que reservar todo el local.     

Ojo, que hay postureos con los que se suda como en los tiempos de 'Fama'. Hay quien ha estado seis horas aquí metido para publicar tres fotos, cuenta Víctor. Hay quien viene con tres maletas para una sesión de una hora.

El estudio irá cambiando los sets según los gustos de la audiencia. En breve, adelanta Alba, instalarán uno donde lloverá dinero. Quizá empiecen a venir políticos. 

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