Los efectos de la crisis sanitaria

Barcelona quiere recuperar a sus estudiantes Erasmus

El ayuntamiento impulsa un plan para fomentar estancias académicas de extranjeros en la ciudad y recuperar a los más de 20.000 que venían al año antes de la pandemia

Alumnos de Erasmus en una clase en la Universitat Pompeu Fabra

Alumnos de Erasmus en una clase en la Universitat Pompeu Fabra / ACN / MARTA RUBIROLA

Toni Sust

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Barcelona es un destino atractivo para viajeros de cualquier origen. Y eso incluye, naturalmente, a los estudiantes que cursan parte de su formación en otros países, cuya llegada se vio frenada por la pandemia del covid. Ahora, la ciudad se propone recuperarlos. Según datos del Ayuntamiento de Barcelona, a la ciudad venían hasta hace un año y medio cerca de 30.000 estudiantes universitarios foráneos en distintos programas. Cerca de 12.000 lo hacen en función de un programa universitario de movilidad, de los que más de 5.000 lo hacen mediante el que sin duda es el más conocido, el Erasmus. El resto llegan en función de multitud de acuerdos entre centros, que en algunos casos de universidades privadas pueden igual o superar en número al Erasmus.

Según los mismos datos, otro millar de jóvenes europeos venían a Barcelona cada año para seguir sus estudios de formación profesional, y cerca de 200 profesores y directivos de centros formativos desempeñaban su labor de forma temporal en centros de la ciudad. Pero llegó la pandemia y dejaron de llegar los estudiantes y profesores extranjeros, si bien, según el ayuntamiento, no se conocen los datos concretos sobre las bajas que ha habido a causa de las restricciones sanitarias. Naturalmente, el plan municipal tiene un punto no escrito que es muy relevante: cuál es el desarrollo de la afectación del covid en los próximos meses, es decir, cuando regresa eso a lo que llamamos normalidad.

Movilidad internacional

Ahora, el consistorio impulsa un plan que persigue recuperar a ese colectivo, fomentar las estancias académicas en la capital catalana.

El plan, que se desarrollará a partir de septiembre, incluye cuatro medidas. La primera es una campaña de atracción de estudiantes de otros países; la segunda, acciones para mejorar el alojamiento asequible, un factor decisivo para que alguien elija Barcelona como destino; la creación de una oficina de atención a la comunidad universitaria internacional, y la celebración de un acto de bienvenida en el inicio del curso.

El objetivo de la campaña de atracción es subrayar el potencial que Barcelona tiene para un estudiante foráneo. Con varias patas: la oferta estudiantil, con universidades que forman un sistema “potente”, pero también como una ciudad con una calidad de vida evidente. De hecho, el contraste ya sirve para muchos de esos estudiantes que viven en países en los que el clima no otorga las ventajas del de Barcelona.

La campaña también incidirá en la posibilidad de desarrollar carreras profesionales en ámbitos como el tecnológico, el digital, el científico y el de la investigación. Ámbitos que cita el ayuntamiento al anunciar la campaña y que son los que a menudo cita todo el mundo como sectores por los que Barcelona debe apostar, en contraste con el de la apuesta por el turismo, especialmente el low cost, al que se le achacan no pocos de los males que sufre la capital catalana, y que en tiempos de pandemia se ha desmoronado por la falta de visitantes.

Residencias más baratas

En el frente de la vivienda, el ayuntamiento ha iniciado una reforma normativa para crear una bolsa de plazas de residencia a precios asequibles, con lo que se espera cubrir la demanda y ayudar indirectamente a que los precios de las residencias privadas se reduzcan. La medida también prevé la posibilidad de estancias más cortas que la de un curso entero.

El plan contempla la apertura de una oficina de atención a la comunidad universitaria mediante un acuerdo entre el consistorio y el Barcelona Centre Universitari (BCU) para apoyar al colectivo de estudiantes extranjeros, que unificará toda la información y servicios disponibles, la Barcelona International Welcome Desk. El último punto del plan es el acto de bienvenida, algo que otras ciudades de marcado perfil universitario ya hacen.