INICIATIVA SOCIAL

Gasolina para las 'Lolas': 'Lolailo' busca acercar la sororidad de Nou Barris al resto de Barcelona

Lola no estás sola, asociación que trabaja con mujeres sin hogar con una perspectiva feminista en Nou Barris, inicia una campaña de micromecenazgo para arrancar 'Lolailo', una furgoneta que les permita llevar su proyecto (y mirada) al resto de la ciudad

Lola no estás sola

Lola no estás sola / FERRAN NADEU

Helena López

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Aparcada en la calle de Artesania, justo por encima del parque de la Guineueta, una furgoneta blanca con un mensaje escrito con letras lilas: "Sororidad es cuidarnos las unas a las otras". Sororidad en mayúsculas es, también, lo que se respira y casi puede tocarse a pocos metros, en la acera de enfrente, en la pequeña terraza del local de Lola, no estás sola, asociación que trabaja con perspectiva feminista y de forma horizontal -aquí no hay planes de trabajo, sino compañía, calor humano y empatía- con mujeres sin hogar en el distrito de Nou Barris. Un espacio no mixto -donde no entran hombres-, una de las claves para que todas las mujeres pueden sentirse cómodas y, lo más importante, sentir este pequeño refugio como un lugar seguro.

-¿Mañana vendrás?

-Sí, sí, claro, mañana vendré.

-Genial, mañana nos vemos, entonces.

Clara Naya, fundadora del proyecto, se despide como de una amiga de una de las mujeres que participa del espacio. Está sentada en la puerta del local con dos móviles, una libreta y un bolígrafo encima de la mesa. Trabajo no les falta. Además del propio del día a día, estas semanas andan liadas con la campaña de micromecenazgo del proyecto Lolailo. El objetivo es reunir el dinero necesario para 'camperizar' la furgoneta que les han cedido y poder llegar a mujeres que duermen en la calle más allá de Nou Barris.

Lolailo no persigue ir a buscarlas a los sitios en los que duermen, sino hacerse presentes en los lugares que estas mujeres frecuentan durante el día para empezar a establecer vínculos. "Hoy por hoy todavía no se sabe exactamente cuántas mujeres duermen en la calle en Barcelona porque uno de los mecanismos de defensa contra las abusos y las agresiones que usan las mujeres en la calle es esconderse. Por eso es fácil que en los recuentos anuales de personas sin hogar no se las encuentre, ya que hacen lo posible por ser invisibles", señala Naya, quien apunta otro mecanismo de protección usado por estas mujeres que también dificulta llegar a esta ellas. "Es habitual también que las mujeres a las que sí puedes llegar en la calle, porque están en espacios más accesibles, lo hacen acompañadas por un hombre, que muchas veces es su propio agresor, pero son mujeres que llevan tanto tiempo sufriendo violencias y tienen tan interiorizados esos patrones que no saben identificar esas relaciones tóxicas, y creen que estar junto a una hombre es una manera de protegerse del resto de posibles agresiones y abusos", relata. A estas mujeres sí es posible verlas, pero no conectar con ellas, ya que delante de su agresor no son libres para expresarse ni pedir ayuda.

Espacio no mixto

Ese último motivo fue decisivo para que, al abrir el local de las Lolas, tuvieran claro que tenía que ser un espacio no mixto al que estas mujeres pudieran acudir libremente y hablar sin miedo. Sin ningún tipo de miedo, ni a su agresor ni a ser juzgadas.

El objetivo de Lolailo -la 'furgo'- es poder ofrecer una especie de refugio como lo es el local, pero de forma móvil. Al que las mujeres que están en la calle se puedan acercar, tomar un café y encontrar un espacio de confianza, en el que se aplicará la misma metodología feminista que siguen en el local. Una metodología que se basa en el vínculo horizontal. Para las Lolas es muy importante también que no sea una obligación para ninguna mujer acudir allí porque forme parte de ningún plan de trabajo desde los servicios sociales, por ejemplo. Las mujeres tienen que llegar a ellas de forma voluntaria porque quieran. Solo así es posible esa horizontalidad.

Recuento real de mujeres

El proyecto que tratan de lanzar tiene cuatro puntos. El primero es hacer un recuento real de las mujeres que duermen en la calle. Y eso no lo harán saliendo por las noches a buscarlas, sino acercándose a los recursos que esas mujeres usan durante el día. Un censo que realizarán en colaboración con estudiantes de la Facultat de Treball Social de la Universitat de Barcelona. El segundo es identificar los puntos de la ciudad en los que es más efectivo-necesario que estén, para estar lo más cerca posible de esas mujeres. El tercero es preparar una campaña informativa y de difusión para dar a conocer el recurso y, el cuarto e imprescindible, ofrecer la atención a estas mujeres; una atención que irá a cargo de una profesional contratada específicamente para el servicio -de ahí la necesidad de recaudar fondos vía micromecenazgo-, ayudada por varias aliadas. Mujeres que participan y colaboran en el proyecto como parte de su militancia feminista y/o mujeres que han pasado por esa situación y saben mejor qué se siente y cómo actuar. "Desde el principio teníamos claro que nada de esto tendría sentido si ellas no tenían voz", concluyen.

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