Urbanismo táctico

Los bares de Barcelona estrenan con satisfacción las terrazas seguras y estéticas

Once locales de la capital catalana participan en la prueba de unos prototipos de terraza en la calzada, que sustituirán a los bloques de hormigón y pivotes amarillos

Barcelona 3/06/2021  Nuevas plataformas para las terrazas de Barcelona En la foto terraza modelo Leku-Durbanis en carrer Dos de Maig, 217 Restaurante Gochos  Foto Ferran Nadeu

Barcelona 3/06/2021 Nuevas plataformas para las terrazas de Barcelona En la foto terraza modelo Leku-Durbanis en carrer Dos de Maig, 217 Restaurante Gochos Foto Ferran Nadeu / Ferran Nadeu

Victoria Flores

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En el restaurante Marinada todo es novedad hoy. El local, situado en el carrer de Casp número 61 ha sido uno de los bares elegidos por el Ayuntamiento de Barcelona para implementar uno de los nuevos prototipos de terraza. "Hace un mes y medio que nos llamaron y pensé que era broma", cuenta Jordi Sol, el propietario del negocio. Después de varios retrasos -tendría que haber estado lista para el 15 de mayo- los operarios del consistorio llegaron el martes por la mañana y lo dejaron listo esa misma tarde. "No hemos hecho nada", explica Sol.

Los parroquianos llegan al bar y lo primero que les llama la atención es la nueva plataforma. "Qué terraza más bonita", recalca uno de ellos. "He visto las demás y esta es la más acogedora de todas", responde orgullosa Dolors. Han sido 11 los negocios elegidos para la prueba que se hará este mes de junio.

Hasta la mañana del miércoles, la ampliación de terraza -a raíz de la pandemia del covid- estaba protegida por unos pivotes amarillos que apenas separaban las mesas de la carretera. "Muchos movían la mesa y la ponían encima de la acera", explica el propietario. En lugar de esos pivotes, ahora hay una plataforma de madera elevada protegida por una barrera decorada con flores. "Con esta barrera te sientes más seguro, porque todo el mundo quiere estar en el exterior y antes era más complicado", comenta uno de los clientes habituales. "Es una mejora, y todo lo que sea mejora está bien", zanja.

Problema de la nueva plataforma

Al restaurante llegan también trabajadores del ayuntamiento para comprobar que todo está en orden y la terraza está funcionando, pero se dan cuenta de algo que, tanto clientes como trabajadores han notado ya, la plataforma está inclinada. "Depende de la pendiente de la calle", apunta una de las trabajadoras mientras fotografía la tarima. De hecho, algunos de los comensales han tenido que mover la mesa para tener estabilidad. "Tiene bastante pendiente y la acera está más baja", señala el dueño. "Según nos ha dicho el arquitecto, como esto es un prototipo, los que hagan a partir de ahora procurarán mejorarlo, aunque este se va a quedar fijo", lamenta.

Cerca del Marinada está Boca di Bonifacio, donde los camareros montan la terraza, todavía entre bloques de hormigón amarillo. "Esto es muy útil para nosotros porque la cosa funciona, a la gente le apetece estar fuera y la terraza está siempre llena", indica Roberto Pongo, dueño del restaurante. Desde el negocio están expectantes con la decisión que anuncie el equipo municipal. "Confiamos en que se pueda convertir en una terraza agradable que conecte con el ambiente de Barcelona", recalca.

También está rodeada de hormigón el bar Casa Sorio, que comparte la ampliación de la terraza con el local de al lado. "Los clientes la prefieren a la terraza normal", explica Carmen Onieva, propietaria del bar. "Esta sí está muy bien porque es bastante amplia, pero las hay muy estrechitas también", comenta una de las clientas. "Muy seguras no me parecen en la calzada", añade.

Pago de las ampliaciones

El mayor problema al que se enfrentan ahora los dueños de los bares de la ciudad es que estas nuevas terrazas que instalará consistorio tendrán que pagarlas ellos. "Nosotros no cobramos más por atender en la terraza porque tenemos clientela familiar, a ver qué nos piden", apunta Onieva. "Después de ser uno de los sectores más afectados, el ayuntamiento tendría que hacer algún tipo de esfuerzo. Escuché a la alcaldesa hablar de unos precios bastante elevados", critica Sol. "Si cuesta cinco euros vale, pero si son 500, no", insiste Sebastián González, otro de los propietarios de Casa Sorio. “Siempre se podría hacer más, pero, dentro de este panorama, estamos bastante satisfechos”, termina Pongo.