'Welcome' to La Bordeta

Juegan al escondite alrededor de la icónica chimenea de La Bordeta, en la plaza de Joan Corrades, frente a la 'escoleta'. Es el último miércoles del 'casal' y hoy tienen excursión a Montjuïc. Son las 10 y media de la mañana y, tras una primera hora de clase dentro, toca desayunar para reunir fuerzas para la subida. La sombra de la plaza es perfecta para ambas cosas, para comerse el bocadillo y para hacer de patio de la Escola Popular La Bordeta, en los bajos del conocido como Bloc La Bordeta desde el curso 2018-2019. El conjunto de viviendas del edificio había sido ocupado años antes, en el 2015, pero el local, entonces sin acabar, no se abrió al barrio hasta entonces. A varios miembros del Grup d'Habitatge de Sants (GHAS), espacio vecinal de apoyo mutuo, hacía tiempo que les rondaba la idea de crear una escuela popular en el barrio. "Detectábamos dos necesidades: un espacio de ocio para los peques al salir del colegio y plantear una alternativa con una mirada distinta, con ganas de incidir en la transformación social", resume Alba Crespo Rubio, una de las acompañantes de la 'escoleta'. "La idea no era abrir un espacio en el que hacer deberes, aunque también lo hacemos, si los peques lo necesitan, sino rebelarnos contra el hecho de que los niños que no pueden pagarlas no tengan extraescolares", añade Adrià Galofré, otro de los jóvenes impulsores del proyecto. Así fue como el verano del 2018 decidieron acabar las obras de los bajos del bloque y convertirlos en la Escola Popular La Bordeta, que todos conocen como la 'escoleta'. 

"La idea nace del GHAS, pero aquí ha colaborado muchísima gente", destaca Alba. En la transformación física del local, por ejemplo, fue clave la ayuda -y las herramientas- de la gente de Can Batlló, proyecto comunitario de referencia en la Bordeta y más allá con una dilatada experiencia en reformas integrales. Para el 'casal' de inglés que han llevado a cabo durante tres semanas de este mes de julio contra viento, marea, pandemia y rebrotes, ha sido clave la colaboración del <strong>Aula d'Idiomes</strong>, cooperativa del barrio que ofrece un espacio de aprendizaje de lenguas "horizontal y de calidad basado en la autogestión y la pedagogía crítica". "Ellos querían organizar un 'casal' de inglés abierto, en el que compartieran experiencias los niños que pudieran pagarlo y los qué no, pero el covid se lo impidió. Nosotros teníamos ganas de montar un 'casal' para nuestros niños sin ningún coste y uno de los socios del Aula con ganas se animó a hacerlo aquí", explica Alba, muy contenta con el resultado. Habla desde la puerta de la 'escoleta', mientras, dentro, Vicent, el 'profe' de inglés, termina la clase con los 'peques' antes de salir a la plaza a almorzar y empezar la excursión. Junto a Vicent, Alba y Adrià son los otros dos acompañantes que subirán a la montaña mágica.

Además de la excursión de este miércoles a Montjuïc, han hecho varias salidas de proximidad. De barrio. Otro día fueron a la Horta Alliberada de la calle de Cáceres, otro a Can Batlló... El fin de semana pasado tenían programadas unas colonias con las familias en la Casa Buenos Aires, en Vallvidriera, pero días antes estalló el brote metropolitano y eso sí tuvieron que suspenderlo.

Antiracismo y crisis climática

Más allá del 'casal', la Escola La Bordeta está abierta a los niños del barrio durante todo el curso, de martes a viernes, de cinco a siete, como una extensión a la escuela ordinaria, donde a los pequeños también se les proporciona fruta para merendar. Los lunes son el único día que no hay 'escoleta' porque sus acompañantes realizan esos trabajos de cuidados en las asambleas del GHAS, el origen de todo. Están con las criaturas para que sus madres puedan participar activamente en las asambleas (y salvar sus casas). "Cada curso tiene tres ejes, uno por trimestre. Este curso trabajamos el antiracismo en el primer trimestre, la vivienda en el segundo y en el tercero teníamos que centrarnos en la crisis climática, pero no pudo ser", detallan Alba y Adrià. Cada día es para un grupo de edad: infantil, primer ciclo de primaria, segundo ciclo de primaria y el grupo de los 'jóvenes', los de la ESO,  con los que la intención es darles un espacio para ellos. 

Aunque la semilla la plantan en las asambleas de vivienda del barrio, la 'escoleta' está abierta al resto de niños que la necesiten y ha funcionado mucho por el boja a oreja. Este curso han sido una media de entre siete y nuevo niños por día y grupo. "Queríamos cubrir una necesidad, pero no ser un servicio", insiste Adrià, enfatizando el objetivo de transformación social del proyecto. En febrero montaron una comida popular en Can Batlló con las familias para tejer complicidades que fue un éxito y querían seguir trabajando en esa línea en las colonias en la Buena Aires que no pudieron ser...

Referentes y socios

"Hemos aprendido mucho de proyectos hermanos, como la Escola Popular de Manresa, nacida de las asambleas de la PAHC Bages, una 'escoleta' muy potente de la que hemos aprendido muchísimo, y han compartido con nosotros mucho material", destaca Alba, quien apunta también que durante el I Congrés de l'Habitatge de Catalunya, celebrado en noviembre del año pasado en la Fabra i Coats, una de las líneas de trabajo abiertas entre los cientos de activistas por el derecho a la vivienda allí reunidos fueron las escuelas populares. "Otro referente es la Escola Popular Riza de la PAH Ripollet-Cerdanyola", añaden. La Xarxa d'Habitatge del Baix Maresme está creando también en 'escoleta' en Can Sanpere, en Premià de Mar, con la misma lógica.

Cuando niños y monitores se marchan para la excursión, la 'escoleta' no queda vacía. Otro par de jóvenes del barrio entra en el local cargados con cajas de judías verdes para empezar la entrega de alimentos de la Xarxa d'Aliments creada durante la pandemia también aquí. Más jóvenes del barrio trabajando por el barrio con ganas de transformar la realidad.