LA RESPUESTA INSTITUCIONAL

Frente común de las administraciones en la previa de la 'derrota' del Mobile

El Mobile World Congress continuará en 2021 en Barcelona

Rueda de prensa de la GSMA e instituciones tras la cancelación del Mobile World Congress. / periodico

T. Sust / F. Masreal / X. Barrena

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La historia de cómo han vivido los días previos a la cancelación del Mobile World Congress las administraciones afectadas, el Gobierno central, el catalán, el Ayuntamiento de Barcelona, el de L’Hospitalet, la Fira de Barcelona, se resume con algo que parece lógico pero que no tenía por qué pasar: ha primado la lealtad institucional y la discreción. No ha habido puñaladas. Y no es poca cosa si se recuerda cómo han sido las relaciones en los últimos años entre administraciones.

Ni la unidad ni la discreción ni el espíritu constructivo han servido para salvar la edición del 2020 de la feria tecnológica, pero sí han evitado esperpentos adicionales que bien podrían haberse dado. Fuentes de esas administraciones explican cómo han afrontado la previa de un desenlace no querido.

Cuando la coreana LG se convirtió en la primera gran empresa en anunciar que no acudirá a Barcelona, el 5 de febrero, las instituciones todavía no pensaban en la cancelación, pero se encienden alarmas. Durante el pasado fin de semana el temor era aún moderado: entre el viernes y el sábado, el vicepresidente catalán y titular de Economia, Pere Aragonès, se pone en contacto con el consejero delegado de GSMA, John Hoffman, para trasladarle el apoyo del Govern. Aragonès también habla con la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el presidente del consejo de administración de la Fira, Pau Relat.

Cunde la impresión de que la anulación no tiene relación con el riesgo sanitario

El lunes, 10 de febrero, a la una de la tarde, se produce una reunión que no trasciende, lo que en sí mismo es llamativo: no es habitual cuando hay tantas partes implicadas. En la sala Verge de Montserrat del Palau de la Generalitat, se sientan, entre otros, el ‘president’, Quim TorraColau; la ‘consellera’ de Salut, Alba Vergés; la de Empresa, Maria Àngels Chacón; el ‘conseller’ de Polítiques Digitals, Jordi Puigneró; el subdelegado del Gobierno central Carlos Prieto; el primer teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni.

Torra llama a Hoffman

Para entonces, los representantes institucionales consideran que todavía existen opciones de salvar la feria y, sobre todo, se conjuran para defender de forma unitaria que no existe una alerta sanitaria que justifique anularla. Torra traslada telefónicamente esa unidad de las administraciones al consejero delegado de GSMA, John Hoffman.

Colau se mantiene en contacto con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el vicepresidente Pablo Iglesias, así como con el ministro de Sanidad, el socialista catalán Salvador Illa.

Torra mantiene una comunicación constante con Hoffman y la Fira. Los ‘consellers’ Alfred Bosch y Alba Vergés convocan a los cónsules y anuncian una atención a los periodistas que después se suspende por la voluntad de que la discreción se mantenga.

Un miembro del Govern de Torra admite en privado el martes por la tarde que el riesgo de cancelación es elevado y sostiene que el temor al coronavirus no es el motivo: las autoridades sanitarias catalanas, españolas e incluso la OMS no aprecian riesgo. Lo que parece estar sobre la mesa son intereses geoestratégicos vinculados a la guerra comercial entre EEUU y China.

Después de llamar al 'president', Colau convoca para el miércoles a las 16.30 una reunión como presidenta del consejo general de Fira, con una alineación similar a la del lunes pero con la presencia de Hoffman. 

El desenlace

Ese mismo miércoles, antes del encuentro, Torra es conocedor de que habrá cancelación. En la reunión, Hoffman lo anuncia. Los asistentes celebran que el comunicado de la GSMA subraye que habrá edición en el 2021. En el contexto del pacto de silencio constante, la consellera de Salut anula la entrevista que tenía prevista el jueves por la mañana en Els Matins de TV3.

Último episodio: el jueves  produce la rueda de prensa en la que se aborda la cancelación. Las instituciones mantienen su apoyo al GSMA, al que consideran víctima de presiones por motivos ajenos al coronavirus.